Los Enredos De Una Vida

Capítulo 1: El Regreso

En aquella época de lluvias que no parecían terminar iba una joven vestida con un suéter rayado de azul y negro, unos jeans negros ajustados y unas botas de cuero que hacían juego. Iba brincando en la acera, evitando tocar los charcos; su nombre era Vielka, aunque no era su nombre original pues se los había cambiado tantas veces que ya no recordaba cual era el original, pero ella lo prefería así, pues no quería recordar su vida horrible y miserable con ese nombre y su real nacionalidad.

Llego de viaje vacacional a Honduras, pero tanto tiempo fuera se le olvido el idioma y que el mes que escogió era el más lluvioso. Lo único que la podía alegrar era ir a Expresso Americano con su amigo Jorge, que al igual que ella se había cambiado el nombre y su nacionalidad, ella a diferencia de él, ella no deseaba volver por ningún motivo. Pero él insistió que lo acompañara aun recordaba cuando estaban en Inglaterra en una bella casa de campo, el olor a té de hierbas y ella con su computadora viendo en que parte meterse cuando escucho la puerta abrirse, era Jorge quien aún no había terminado de entrar cuando dijo: Hola Vielka. Ya vine.

-Hola Jorge, ¿Qué tal te fue? ¿Fuiste por lo que me dijiste que ibas?-Dijo ella despegándose de su laptop para ver si el té estaba listo.

Fue cuando él se acercó, le dio un abrazo y le dijo con una voz suave y calmada: Sabes algo ¿Podríamos hacer algo interesante?

Ella con una mezcla de alegría y extrañeza le contestó con voz seca: Sé a qué te refieres. La respuesta es no.

Él se sorprendió, pero ya esperaba esa reacción y nuevamente pregunto: ¿Porque no quieres ir a nuestro país natal?

A lo cual contesto con la cabeza agachada y con tristeza: Para mí ya no es mi hogar.

-Por favor. Vamos a Honduras. No solo porque allí nos conocimos, sino que está en nuestra sangre y quiero ir a ver los lugares turísticos.- Dijo Jorge.

Ella se compadeció de él. Entonces decidió aceptar sin protestar.

Era la una. Estaba en el café para reunirse los dos pero él no ha llegado, le preocupo ya que siempre era puntual. Le marcaba al celular, pero solo la mandaba al buzón. Entonces decidió ir lo a buscar a la casa que ellos alquilaban.

Esperaba que estuviera bien, que solo tuviera un retraso y que tenía el teléfono sin carga suficiente para llamar.

Salió del café y agarro un taxi de la Juan Ramón Molina, que es donde ellos alquilaba la casa, aunque ella no deseaba estar en esa residencia ya que tenía buenos y malos recuerdos. Pero él la convenció.



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En el texto hay: crimenes, amorpeligroso

Editado: 22.10.2019

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