Los Errores Que Cometimos (y como los arreglamos)

13

FLETCHER

—Hola Bianca —le digo cuando llego al salón.

Ella y yo solo tenemos tres clases juntos y no lo había notado hasta que me enteré que nos gusta la misma banda de rock alternativo.

Estamos en la clase de física, una clase que antes me parecía extremadamente aburrida pero que ahora no  me molesta venir pues al menos puedo hablar con Bianca cada vez que nos dejan trabajar con compañero.

Aparte de Geografía y Física, también llevo Química con ella pero ahí mi compañera es Harriet y he estado ocupado bromeando con ella como para darme cuenta que Bianca existía y que también llevábamos esa clase.

—Hola —me saluda de vuelta, estoy sentado a su lado y me volteo para hablar con ella mientras llega el profesor—. ¿Practicaste ayer? —me pregunta.

Bien, de nuevo le mentí a Harriet.

Ayer íbamos a pasear y luego al cine pero Benny me envió un mensaje y me dijo que me prestaría su vieja guitarra para practicar con él, tuve que aceptar sin pensarlo. Ella se fue a su casa y yo me escapé a la de Benny.

—Sí, tanto como pude —sonrío—. Me siento bien, siento como si… pudiera ganar.

Bianca asiente. —El que persevera alcanza, sigue practicando y verás que saldrá bien.

—Gracias —ella no es tan molesta como al principio creía—. ¿Vamos hoy a la biblioteca? —le pregunto bajando la voz.

Ella lo piensa por un segundo.

Bianca es diferente, la mayoría de las chicas se sentiría emocionada por una propuesta de ese tipo, incluso pensarían que lo hago para besarlas pero ella no es así. Bianca no ha mostrado nada de interés por mi lo cual no debería molestarme pero lo hace.

Es probable que me sienta atraído a ella por lo que nos unió, que le gustan los Firestones. Quiero creer que es solo eso, que realmente no me gusta. Ella no es mi tipo, ella no parece encajar en mi vida y en lo que me gusta. Yo salgo de fiestas, yo no me estreso por la escuela y me gusta salir con chicas sin ningún compromiso.

—Está bien —me dice—. Pero ahora compra algo para comer, me has estado quitando mi comida últimamente.

—Hola Fletcher —siento las manos de alguien que está parada detrás de mí, colocadas en mis hombros y un perfume que me sofoca.

Volteo y veo a Lisa, una chica de piernas largas y cabello rojo pero no como el de Bianca que es más anaranjado, este es falso. —Ah, Lisa.

Ella sigue con sus manos sobre mis hombros y me sonríe. —No me has llamado desde nuestra última cita —nuestra única cita, en realidad—. Supongo que has estado ocupado, mañana por la noche habrá un fiesta en mi casa —mueve su mano un poco y un dedo toca mi cuello—. ¿Vendrás, verdad?

— ¿Una fiesta el miércoles? —Bianca lo dice para sí misma pero lo escuchamos.

Lisa la mira apretando los labios. —Tranquila, no estas invitada.

Bianca la mira y sonríe. —Será una lástima no poder ir, tendré que reponerme del rechazo.

Sonrío viendo a Bianca defenderse. Me gusta. —Eh, ya veré —quito sus manos de mi cuerpo—. Gracias por invitarme de todas formas.

Lisa chasquea sus labios pero eleva las comisuras seguidamente. —Invité a Harriet y aceptó ir. Ustedes son como mellizos o como sea que se llamen los que están pegados —ahora su mano está en mi mejilla—. Sé que estarás ahí.

Asiento solo para que ya se aleje. Ella lo hace, se regresa a su asiento y yo regreso a la posición en la que estaba, con las piernas en dirección a Bianca.

—Eso podría considerarse acoso —me dice mientras ve a Lisa.

Me encojo de hombros. —Es mí día a día, las chicas me aman, ¿Qué puedo hacer?

Bianca aprieta un poco los ojos. —Como digas.

Me inclino para quedar lo más cerca posible. — ¿Quieres ir a la fiesta de mañana?

Ella abre los ojos y luego se ríe por lo bajo. —Definitivamente no.

Otro rechazo de Bianca. — ¿Qué haces para divertirte?

Ella me mira pero antes que podamos seguir conversando, el profesor entra con tres libros de pasta dura en la mano y nos pide que todos veamos al frente.

Me muevo para quedar en la posición que el profesor espera que estemos, aunque por momentos veo a Bianca de reojo.

 

—Entonces, ¿Qué haces para divertirte? —le pregunto en la biblioteca.

Otra mentira más. Tuve que decirle a Harriet que hoy no estaría en la cafetería con ellos, que tengo otro trabajo grupal para terminar, esa es la excusa que le he estado dando últimamente cuando Bianca acepta pasar el rato conmigo en la biblioteca.

Bianca mastica una uva. —Muchas cosas.

Ruedo los ojos. — ¿Puedes darme detalles?

Me ofrece una uva y la tomo. —Pues aparte de leer, me gusta ayudar a mi familia. Ella y papá hacen muebles por pedido y yo la ayudo a pintarlos cuando puedo.

Le doy un mordisco a la uva y siento su sabor dulce. — ¿Muebles? ¿Cómo qué?

—Más que todo: sillas, mesas, roperos y libreras —me explica arrancando otra uva—. Y yo los pinto.

—Eso suena genial —le digo honestamente.

—Pues sí, es algo que ellos hacen y son buenos así que… —se encoje de hombros.

Yo abro la botella de Coca Cola que compré en una máquina expendedora antes de venir aquí. — ¿Tienes hermanos?

Asiente. —Tengo una hermana menor y un hermano mayor.

Mis ojos se abren y sonrío. — ¡Yo también! Mia, la chica que come con nosotros... no sé si la has visto por ahí. También está Elthon, es un año mayor —le explico.

Se limpia las manos con un pañuelo desechable. —No estoy segura de conocer a tus hermanos. Antes pensaba que Harriet era tu hermana, luego pensé que era tu novia.

Me río. — ¿Cuántos años tienen tus hermanos?

Levanta cinco dedos al aire. —Mi hermana menor, Rose, tiene cinco años menos que yo, tiene doce —baja la mano—. Brandon tiene veinte años.

—Ya veo —tomo un poco de Coca Cola—. ¿Te llevas bien con ellos?

Asiente. —Rose es tierna y Brandon me ayuda todo el tiempo —me mira recostando su brazo en la mesa—. ¿Te llevas bien con tus hermanos?




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