Los Errores Que Cometimos (y como los arreglamos)

21

 

FLETCHER

 

Estoy convencido que la noche de ayer lo cambió todo en el universo, y si no en el universo entero, al menos sí en el mío.

No solo tengo a Bianca a mi lado mientras Benny toca la guitarra espectacularmente, sino que tomo su mano y no la aparta. Ella sonríe y sigue disfrutando del concierto gratuito de Benny, un genio de la guitarra eléctrica.

Ojala el universo hubiera volteado sus cartas a mi favor y ojala no hubiera pensado que la mano entrelazada con la de Bianca significaba que las cosas irían bien ahora. En realidad, todo lo opuesto comenzó a suceder.

Y esto sucedió cuando nos despedimos de Benny y le pregunté a Bianca si quería caminar a mi lado antes de llevarla a su casa. Quería tomar su mano de nuevo pero tampoco quería forzar nada con ella, quiero que deje atrás mi idea de chico que está con una chica diferente cada semana y que me vea como ahora, como el chico que la quiere.

Caminamos al lado del otro y estamos llegando a mi casa, pienso si es buena idea estar aquí pues alguno de mis hermanos puede verme y decirle algo a Harriet. Harriet sigue molesta y yo he decidido pasar la tarde con Bianca que disculparme con ella.

Pero el auto de Elthon no está y el de Tomas tampoco así que seguramente están en algún otro lugar lejos de aquí.

Señalo la casa. —Aquí vivo yo.

Bianca levanta sus cejas. —Es grande.

Mezo un poco mi cabeza. —Bueno, vivimos cinco personas aquí y… — ¡Tonto! Ellos también son cinco y su casa es la mitad de la mía—, la familia de Harriet viene mucho aquí así que al final somos básicamente diez personas.

Asiente sin decir nada.

— ¿Quieres pasar un rato? —pregunto nervioso.

Ella niega. —Hoy no, debo regresar —avisa.

—Claro, sí, vamos —le digo.

Y justamente en ese momento, como si fuera un chiste de quien sea controla la vida, llega Elthon y se estaciona justo al frente. No me hubiera importado si solo hubiera sido él pero la puerta del otro lado se abre y sale una chica.

No es una chica, es Harriet.

Mi ceño se frunce. ¿Qué hace Harriet con Elthon?

Ellos no me han visto aún, están riendo por algo que alguno de ellos dijo y se señalan por alguna razón. Nunca había visto a Elthon tan alegre ni a Harriet reírse de esa forma con Elthon.

Los ojos de ambos se mueven a la casa y ahí me encuentran, con Bianca a mi lado. No nos estamos tomando de las manos pero nuestros dedos se están tocando.

Veo a Elthon que frunce el ceño, confundido de este momento. Sé que a Elthon no le sorprende verme con una chica pero sí que esté aquí con ella. Yo no traigo a nadie a mi casa, nunca les he presentado a mis padres a nadie porque nadie me ha importado lo suficiente.

Luego veo a Harriet y no entiendo su rostro. Ella me mira con los labios apretados y me pregunto si no le duele hacer eso, aún tiene un poco hinchado el labio superior. Sus ojos están clavados en los míos y no parpadea.

Elthon es el primero en acercarse. —Hola —dice entre dientes.

Harriet se acerca pero se queda más cerca de Elthon que de mí. —Fletcher —la forma en que pronuncia mi nombre, es diferente.

Lamo mis labios. —Eh, ella es Bianca —les digo.

Bianca sonríe amablemente. —Hola.

Elthon asiente con una sonrisa pequeña. —Hola Bianca, gusto conocerte.

Harriet no la saluda, sigue viéndome.

Tomo aire y lo retengo por unos segundos. —Bueno, iré a dejar a Bianca a su casa.

—No —Harriet habla—, ¿Por qué no pasan un rato? —Luego entrecierra los ojos—, ¿O estaban solos en la casa?

Bianca abre los ojos y niega. —No, no, para nada. Estábamos caminado.

Harriet sonríe en su dirección pero conozco esa sonrisa, no está feliz. —Pasa, Bianca. ¿Eres amiga de Fletcher?

Bianca me mira un tanto confundida. —Sí, somos amigos.

—Amigos —repite Harriet—. Claro, por supuesto —sube sus ojos a los míos de nuevo y comienza a asustarme—. Bueno, entonces, ¿Por qué no entras?

—Ella tiene que regresar —le digo—. Tenemos que volver a su casa.

Harriet sonríe ampliamente. —Vaya, ¿Sabes dónde vive? Interesante.

Elthon la mira y coloca su mano en su brazo. —Vamos Harriet, tienes que darme mi suéter, ¿Lo olvidas?

Harriet no despega su mirada de mí. —Fletcher irá a dejarme, ¿Lo harás, no?

Elthon le dice: —Pensé que esperarías a Tomas, ya viene en camino con Mia.

—Fletcher —ignora a mi hermano—, ¿Lo harás, no?

Asiento. —Sí pero… tengo que ir a dejar a Bianca.

Se encoje de hombros. —Voy con ustedes.

Bianca sonríe —Esta bien.

Elthon suspira y trata de decirle algo a Harriet pero no me quita los ojos de encima.

No sé porque está actuando de esta forma, comprendo que esté molesta pero no ha actuado de esta forma antes.

Bianca se despide de Elthon y él se despide igual. Harriet me entrelaza el brazo y pide que vayamos.

— ¿Dónde dejaste tu auto? —me pregunta.

Bianca se queda al otro lado, con la mirada hacia abajo. Quiero explicarle que no malinterprete nada, además ella sabe que Harriet es solo mi amiga. La verdad, quiero quitar el brazo lejos de Harriet y tomar la mano de Bianca.

—En la casa de Benny —contesto malhumorado.

¿Se estará vengando por el golpe? Bueno, no puedo quitarle ese derecho, le saqué sangre así que me resigno a que se comporte así por hoy.

— ¿Qué hacías ahí?

Bianca decide contestar; —Estábamos escuchándolo tocar.

Harriet voltea para verla pero no le dice nada, solo la observa. Se queda así unos segundos muy largos y luego rompe el silencio. — ¿No eres la chica que estaba obsesionada con su calificación?

Bianca abre la boca y yo quiero que Harriet se calle, sé cómo puede llegar a ser. —Pues, sí…

Harriet ríe. —Qué lindo Fletch, pasando tiempo con las que no tienen amigos.

— ¡Harriet! —me detengo y quito mi brazo de ella.




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