Los Errores Que Cometimos (y como los arreglamos)

26

HARRIET

Había salido de nuevo de la casa solo para quedarme lejos de Fletcher, arrastrando a Elthon fuera conmigo.

Él me estaba ayudando a calmarme cuando mamá abre la puerta y me ve con una expresión rara en la cara, luego llama a Elthon para que se acerque.

—Necesito hablar contigo —suspira.

Ella me hace entrar y nos obliga a todos a quedarnos en la sala en silencio, unos diez minutos después llega papá con algunas bolsas plásticas con cosas del supermercado.

Mamá se lo lleva a la cocina sin darle oportunidad de saludarnos, se quedan unos minutos ahí y luego me piden que vaya a el comedor con todos los demás.

Nos movemos hasta la mesa, me siento y Fletcher se iba a sentar a mi lado pero Elthon le quita el lugar y se mueve a la siguiente silla vacía. — ¿Qué pasa? —pregunto confundida.

Mamá me mira, luego a Elthon y luego a los demás. — ¿Hay algo que quieran decirnos?

Todos nos quedamos callados.

Papá mira a Elthon. — ¿Estás saliendo con Harriet?

Elthon abre la boca y la deja así un par de segundos. —No. Nosotros no estamos saliendo.

— ¿De qué hablas? —le pregunto a papá frunciendo el ceño.

Mamá mira a Fletcher. —Él dijo que ustedes están juntos.

Lo miro y él retira la mirada, viendo hacia el suelo. — ¡¿Qué?! ¿Por qué estas inventando cosas de mi?

— ¡Fletcher! —le regaña Elthon.

— ¿Qué? —Voltea a ver a Elthon—. ¡Mia vio que Harriet salía de tu habitación!

— ¡Dios mío! —papá se lleva las manos a la cara.

Yo niego. — ¡Eso no es cierto!

Mia muerde su labio cuando habla. —Te vi, Harriet… el viernes.

Ah, la vez que me quedé en el cuarto de Elthon porque Fletcher me rompió el corazón. Cuando salí no vi a nadie, no sabía que Mia seguía en la casa.

— ¿Por qué inventas cosas de mi? —le reclamo de nuevo a Fletcher.

—Harriet, cálmate —pide mamá.

Fletcher no me mira cuando dice: —Tenías el suéter de mi hermano, tú salías de su auto.

— ¡Se lo presté! —responde Elthon.

—Harriet, dinos hija, solo queremos tratar de entender esto.

Yo golpeo la mesa. — ¡Ya les dije lo que tenía que decirles!

—Harriet —papá habla—. Cálmate y cuéntanos que pasa.

Fletcher abre la boca pero no lo dejo hablar.

Yo niego enojada. — ¡No lo haré hasta que Fletcher se vaya de aquí!

Fletcher se para y suspira. —Iré con Jana.

Mamá se deja caer en la silla. —Solo queremos que nos digan la verdad.

— ¡No estoy saliendo con Elthon! —repito por octava vez.

¿Así que esto es lo que pasaría si yo estuviera saliendo con Fletcher?

Mis padres me tienen a mí sentada en la mesa con Elthon a mi lado. Mia y Tomas están a los lados de la mesa, viendo todo como jurado en un juicio. Fletcher está en la sala con Jana, quien es la única que no está metida en este lío.

—Pero el suéter… —dice Tomas.

Ruedo los ojos. — ¿Acaso no me puede prestar su suéter? Estaba usando un vestido y hacia frio, ¿Qué tiene de malo? Todo el tiempo me he puesto ropa de Fletcher y nadie dice nada.

Papá señala a Mia. —Ella te vio saliendo de la habitación de Elthon.

Elthon contesta esta vez: —Harriet estaba triste y no quería que la vieran llorar.

— ¿Por qué estabas triste? —pregunta mamá.

Tomo aire, no quiero decirlo. —Porque sí, estaba llorando y ya.

—Harriet… —papá dice viéndome a los ojos.

—No creo que… —Elthon trata de hablar.

Papá levanta la mano. —Necesito que ella hable, Elthon.

Siento que estoy a punto de explotar. —No me sentía bien.

— ¿Cómo quieres que te creamos si no nos explicas que estaba pasando? —pregunta él insistiendo.

Tomo aire. —Basta papá.

—Por favor, dejen que… —Elthon intenta de nuevo intervenir.

Mamá niega. —Ella tiene que explicar porque no vino a su casa a dormir en su casa en lugar de quedarse dentro de tu habitación, Elthon.

—Mamá —mi voz se quiebra.

Aprieto los puños. —Harriet, dinos la verdad.

Ya no puedo más.

Me pongo de pie. — ¡Porque me rompieron el corazón! ¿Feliz? ¿Eso querías escuchar? Alguien me rompió el corazón y no me sentía bien y no quería hacer nada y no quería afrontar al mundo, ¿Feliz? ¿Estás feliz ahora de humillarme frente a ellos? ¿Qué más quieren de mí?

Quiero llorar de nuevo.

Mi papá abre la boca sin saber que decir. Yo solo quiero irme de aquí.

—Pero… —mamá intenta decir algo.

Golpeo de nuevo la mesa. — ¿Por qué tienen que hacer esto? No estoy bien y ustedes…

Papá estira su mano pero me hago hacia atrás.

—Déjenme en paz —rompo en llanto—. Ustedes no lo entenderían y solo él ha hecho algo por mí. No lo entienden, déjenme.

Salgo de ahí corriendo y paso por la sala de estar hasta la puerta de la entrada, escucho que Fletcher me llama pero no volteo, solo necesito salir de aquí. Necesito desaparecer.

— ¡Harriet! —Fletcher grita detrás de mí—. ¡Espera!

Sigo sin detenerme, tengo que alejarme de todo esto.

De él.

Salgo de la casa y corro, pero él también lo hace y va detrás de mí.

— ¡Harriet, por favor!

No me gusta correr, no soy una persona atlética pero ahora estoy corriendo como si cientos de leones vinieran detrás de mí. Corro sin un rumbo, sin poder dejar de sentirme tan mal, corro llorando y ahogándome. Corro porque necesito respirar.

Fletcher es más rápido de lo que pensaba y puedo escucharlo cada vez más y más cerca llamándome.

No me voy a detener.

— ¡Harriet! —grita a pesar de estar muy cerca.

Finalmente me alcanza, me toma por los hombros y trato de librarme de su agarre pero no me deja, está intentando que voltee y no quiero, forcejeamos sin parar y me logra voltear. Yo comienzo a dar golpes para que me suelte pero no lo hace, sigue sujetándome con fuerza.

— ¡Déjame! —le grito.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.