Los Errores Que Cometimos (y como los arreglamos)

30

 

HARRIET

—Gracias por ayudarme —les digo a los chicos de vuelta en el albergue.

Fred se encoje de hombros mientras desenvuelve su hamburguesa pues pasamos a comprar algo de comer de regreso. —Fue interesante aunque… lamento eso.

Ruedo los ojos. —No importa, sabía que algo así podría pasar. Es solo que… no sé, no es la primera vez que veo a Fletcher besar a alguien, pero ella es diferente.

Albert me entrega una hamburguesa. —Eres bastante popular, todos te miraban.

Sonrío. —Lo soy, soy súper popular —resoplo por la nariz—. Como si eso importara ahora.

Park destapa su bebida. —Te diré algo, tú te veías mucho mejor que ella.

Sé que están tratando de animarme y lo agradezco. —Lo sé, mi vestido es mucho más bonito.

—Y misterioso —afirma Fred vestido de vampiro.

Veo sus disfraces una vez más. —Se ven todos geniales —volteo con Albert—, en especial tú, robaste un par de miradas —me recuesto con los codos en la mesa—. Creo que me pedirán sus números el lunes.

Fred sonríe. —Lo hiciste bien, Harriet. No perdiste el control, eso fue algo bueno.

Park mastica una papa frita. —Y él no dejaba de verte, seguro le molestaba todo el teatro que estábamos haciendo.

Durante la fiesta ellos no dejaban de decir chistes sin sentido y tontos para hacerme reír, Park iba susurrando lo que Fletcher hacía y cada vez que me miraba uno de ellos se acercaba o tomaba mi mano. La verdad lo disfruté y no solo por el plan de venganza si es que se le puede llamar así, sino porque me la pasé bien. Fue divertido salir de nuevo.

—Ya no importa —suspiro—. Que se quede con esa pelirroja, yo no lo necesito.

—Esa es la actitud —dice Park.

Seguimos comiendo mientras hablábamos sobre películas de miedo, historias de miedo y esas cosas.

Yo me reía cuando trataban de asustarme pues nunca me han dado miedo los fantasmas. Ellos me contaban también sobre sus anécdotas de Halloween y un poco sobre sus vidas. El tiempo pasaba y yo me sentía mucho mejor.

Luego de terminar de comer y de recoger toda la basura, Fred sugirió que hiciéramos karaoke.

— ¿Karaoke? —pregunté.

Señaló a Albert. —Arriba hay una máquina de Karaoke, podemos divertirnos un rato.

Nos movemos hasta las escaleras y yo dudo si está bien para Albert subir pero él me explica que en realidad en el segundo nivel, en la parte de atrás hay otras escaleras y estas conducen a lo que es básicamente un pequeño apartamento para él.

—Yo vivo aquí —me explica mientras subimos a su ritmo. Me gusta que los chicos sean pacientes con él y no lo hagan sentir limitado.

— ¿Solo? —pregunto.

—Básicamente —me explica—. Es donde trabajo y para mi es mucho más cómodo que estar yendo y viniendo. Lo construyeron el año pasado y aquí me quedo.

Llegamos hasta la segunda planta y pasamos por un montón de puertas que son las habitaciones que se les da a las personas gratuitamente por un mes mientras consiguen trabajo o lugar donde vivir. Todo parece tan limpio y ordenado y realmente creo que es básicamente como si fuera un hotel. Llegamos hasta otras escaleras y él va subiendo poco a poco.

Estando en esta tercera planta que es un poco pequeña, él recuesta su bastón y ahora se mueve sin él. Me doy cuenta que es cierto, que él puede caminar sin el bastón pero tiene que ir apoyándose en la pared o en los muebles para mantener el equilibrio.

Hay dos sofás negros y una mesa pequeña al centro, donde está un libro con portada azul y que dice “La Biblia”

Fred se sienta y estira las piernas, se quita la capa de vampiro y la deja a un lado. Park se mueve hasta el mueble de enfrente y enciende un aparato tomando dos micrófonos.

Albert regresa sin el sombrero y con el cabello algo despeinado. La primera vez que lo vi no me pareció nada más que un chico común pero ahora, siento agradecimiento cuando lo veo.

No solo por esta noche sino porque a pesar que no nos conocemos muy bien, él me ayuda y ha sido bueno conmigo.

Park me entrega un micrófono y se sienta también, con el control remoto en sus manos. —Que cante primero Harriet.

Lo volteo a ver. — ¿Por qué yo?

Fred sonríe. —Porque nos disfrazamos por ti, ahora tienes que cantar.

—Canto mal —les advierto.

Albert se encoje de hombros. —Todos cantamos mal, solo es para divertirnos.

Tomo un largo suspiro y luego me piden que elija una canción, reviso las opciones y me topo con una que va muy acorde con la situación actual de mi corazón.

“I Will Survive”

Cierro los ojos y empiezo a cantar la canción que me sé de memoria porque a mi mamá le gustaba mucho cuando era niña y la escuchaba siempre.

Ahora comprendo la letra de la canción.

Me imagino a Fletcher frente a mi cuando canto “sobreviviré” abro los ojos cuando escucho que los chicos me aplauden y actúan como si fueran mis fans y este fuera un concierto.

Sigo con la canción sintiendo cada palabra, cantándola con ira y dolor pero también con fuerza y determinación. No sé como pero si Fletcher no me quiere voy a superarlo. No sé de qué forma, no sé como pero sobreviviré.

Sigo con la canción y ellos también la cantan, Fred se sabe la letra a la perfección y Park solo las partes más conocidas. Albert aplaude y se divierte. Yo también me divierto.

“¿Acaso no eras tú el que quería romperme con tu adiós?”

Esta canción describe como me siento y me hace querer llorar también pero sobre todo, me hace sentir mucho mejor. Me encanta cuando encuentras una canción que describe exactamente lo que sientes.

Cuando Fletcher se acercó a mí en la fiesta y preguntó si podíamos hablar, me hizo sentirme tan enojada. ¿Cómo esperaba que habláramos luego de lo que sucedió? Me molestaba tanto verla con ella pero ver que esperó a que ella se fuera para hablarme lo hizo aún más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.