Los Errores Que Cometimos (y como los arreglamos)

32

 

FLETCHER

Hoy es mi tercera audición.

Ahora que ya no tengo porque ocultarme.

He estado practicando mucho más tiempo y algunas veces, Bianca me acompaña cuando voy con Benny. La próxima semana será el siguiente concierto de Los Firestones y estoy emocionado porque iré con Bianca.

Supongo que las cosas han mejorado.

—Estoy nervioso —le digo mientras esperamos en la fila para entrar.

Bianca toma mi mano. —Lo harás bien, Fletcher. Te he escuchado tocar y lo haces muy bien, sé que pasaras a las finales.

Me inclino y le doy un beso. —Gracias, Bianca.

Cuando finalmente nos dejan entrar al salón principal, están los cuatro chicos sentados al frente y Bianca se mira bastante emocionada. Lo sé, yo también me emociono cada vez que los veo.

En esta fase somos unos veinticinco participantes y hoy se reducirán a diez. Solo diez. Necesito entrar en esa posición.

—Bienvenidos —Ark habla primero, el vocalista y líder de la banda—. Me alegra que estén aquí todos ustedes. Sé que todos quieren una oportunidad y sé que si han llegado hasta este punto es porque son buenos, pero necesitamos a alguien realmente bueno.

Los demás chicos van acompañados de sus novias, novios o amigos. Algunos van solos, como yo antes de salir con Bianca.

—Esta vez no vamos a escucharlos tocar solamente —expresa Ark—. Necesitamos que sientan la música, queremos que toquen algo diferente.

Theo se para, es el baterista. —Vamos a preguntarles algo y ustedes tocan una canción como respuesta —se mueve con el chico de la esquina, él viene solo—. Por ejemplo si te pregunto cómo te llevas con tu padre, ¿Qué canción usarías para responder?

El chico levanta la mirada. —Tal vez “These Days” de Bon Jovi.

Theo frunce el ceño. — ¿Por qué esa canción?

Se encoje de hombros —Sé que no es una canción que habla sobre una relación padre e hijo pero la escuché durante la semana que él estaba en el hospital y la parte donde dice “No queda nadie más que nosotros estos días” me la dijo un día antes de morir, fue un buen padre.

Theo asiente, está aprobando esa respuesta.

Ark lo señala —Pasas a la siguiente fase, amigo.

Él se asombra de alegría y los demás nos vemos algo molestos, sentimos que no es justo pero bueno, ellos son los que mandan. Ahora solo quedan nueve lugares, tengo que hacerlo bien.

Pasan al primer chico, llaman por orden de lista y lo hacen caminar al frente. Bianca mira todo con los ojos abiertos, asombrada por estar en todo esto. Estoy feliz que ella esté feliz.

— ¿Qué piensas de tu ex novia? —le pregunta Ark al chico de cabello rubio hasta el mentón.

Él comienza a tocar con su guitarra la canción de “Your Love” de The Outfield.

Cuando termina sonríe y dice: —No quería que termináramos.

—Gracias amigo, regresa a tu lugar —le pide Theo.

Llaman al siguiente de la lista, él tiene tatuajes y piercings. —Bien, ¿Qué canción odias?

Él sonríe, toma su guitarra y empieza a tocar “Take My Breath Away” lo hace realmente bien, suena genial honestamente. Será difícil quedar entre los nueve mejores.

Bianca mece su cabeza con el sonido de la guitarra.

— ¿Por qué odias esa canción? —pregunta Four, el bajista.

El chico se encoje de hombros. —Mamá la escuchaba después de estar con su amante, la odio.

Ellos asienten y le piden que regrese a su lugar. Me pregunto que me van a preguntar a mí, espero hacerlo bien.

El siguiente chico toca “Hopelessly Devoted to You” luego de preguntarle con que canción conquistaría a una chica.

Al siguiente le preguntaron qué canción considera sobrevalorada, él escogió “Total Eclipse of The Heart” no estoy muy de acuerdo pero bueno, es su opinión.

Luego llega finalmente mi turno, mis manos tiemblan pero Bianca me da un apretón y sonríe. Yo asiento hacia ella y le doy un beso en la frente rápido antes de pararme.

—Bien —Ark habla—, ¿Fletcher, verdad? —Asiento—. Bien, tu pregunta es, ¿Qué canción te han dedicado?

Se me corta la respiración. Detesto que no tengo ni siquiera que pensarlo, que sé que canción me han dedicado. Acomodo mi guitarra y suspiro, tratando de concentrarme en la canción que estoy a punto de tocar.

Y así comienzo a tocar “I Don’t Want to Miss A Thing” de Aereomith.

Sucedió el verano pasado, en el cumpleaños número diecisiete de Harriet y dieciocho de Elthon. Todos estábamos en la casa de la playa y ya habíamos terminado de celebrar el cumpleaños de Harriet, Elthon solo aceptó los abrazos y un par de regalos, pero no quería una celebración necesariamente.

Nosotros salimos a la playa para terminar el día, el sol estaba comenzando a ocultarse y los colores del cielo estaban cambiando. Nos acercamos a la parte de la arena que está lo suficientemente cerca del agua para mojarnos los pies pero no los tobillos.

Ambos mirábamos hacia la inmensidad del mar, tanto como nuestra visión nos permitía. Sentíamos la brisa del verano sobre nuestra piel y reíamos recordando los momentos graciosos del día.

Nos sentamos y sentí que mi ropa se mojaba un poco con la humedad retenida en la arena pero no me importaba, me gustaban esos momentos donde hacia algo que me recordaba estar vivo. Sentir el mar en los pies, caminar bajo la lluvia, ensuciarme con tierra. Cosas así.

Harriet también disfrutaba esos momentos y por eso siempre estaba a mi lado, ella nunca me abandonaba.

—Solo un año más de escuela y seremos libres, Fletch —había dicho ella, dibujando figuras en la arena mojada.

Asiento. —Solo un año más y nos vamos a la universidad —me incliné hacia ella—. Pasaremos de fiesta todo el tiempo y ya nos emborracharemos libremente.

Ella rio, siempre reía de lo que decía. —No limpiaré tu vomito.

Rodeé sus hombros con mi brazo. —Claro que lo harás, porque yo limpiaré el tuyo.




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