FLETCHER
Ha pasado un mes desde que todo explotó.
Pasó navidad y año nuevo y fueron las celebraciones más extrañas de todas. La pasamos sin visitar a los Moore como siempre, papá estaba en un hotel y ninguno de mis hermanos tenía ganas de celebrar.
Mis padres si están divorciándose porque papá estaba engañando a mamá, cada vez que recuerdo lo que pasó me odio. Odio que me da asco lo que hizo papá pero yo hice lo mismo con Bianca.
Bianca no me habla y no la culpo, ella ha vuelto a su vida rodeada de libros y alejada de los demás. Me duele pensar que tal vez yo seré el culpable que ella cierre su corazón.
Mia no me habla, ni siquiera en su cumpleaños quiso hablarme y pidió que no le celebraran su cumpleaños, solo salió con Tomas todo el día y no aceptó mi regalo, me lo dejó en la mesa.
Tomas no me habla ni a mí ni a Harriet, lo sé porque ahora que Mia tiene auto ya no tiene que irse con Harriet y en la escuela no la voltea a ver. Algunas clases las teníamos juntos y él se sienta lo más alejado de nosotros.
Elthon ya no pasa tiempo con Harriet, él siguió con su rutina de ir a trabajar y hacer lo suyo. Ah, por cierto, Elthon ya no trabaja en la compañía que todos pensábamos, él ahora trabaja en el albergue y cuando nuestros padres nos sentaron para hablarnos del divorcio, él avisó que ya no iría a la escuela de leyes.
Harriet se ve tan sin vida como yo. Es raro pensar que hace unos meses éramos el alma de las fiestas, todos nos saludaban y siempre se acercaban para pasar tiempo con nosotros. Harriet no habla con nadie, mantiene la cabeza hacia abajo y se ve más triste que nunca.
Yo también. Me veo al espejo y no me reconozco, tengo ojeras y cada día se siente más pesado. Lo único que me da algo de fuerza es la última audición para ganarme el puesto con Los Firestones. He seguido practicando con Benny pero no puedo concentrarme.
—Chico, concéntrate —me pide Benny dejándose caer en la silla plástica.
Bajo la mirada. —Lo siento Benny.
Benny niega sacudiendo su cabello largo.— ¿¿puedes decirme que te pasa? Desde hace días que no lo estás haciendo tan bien como antes, así no vas a ganar.
Cierro los ojos. —Hice muchas cosas malas.
—Arréglalas —sugiere.
Bufo. —Como si fuera tan fácil.
Cruza la pierna. — ¿Qué tanto hiciste? A ver dime, te daré soluciones.
Bajo la mirada —Pues… —no es por dónde empezar—. Mi mejor amiga se enamoró de mí pero la rechacé, luego comencé a salir con una chica de la cual me enamoré, la que vino conmigo en algunos ensayos y luego besé a mi amiga quien después fue a decirle muchas cosas a la chica que me gustaba y todo se arruinó.
Benny entrecierra sus ojos. — ¿Eso es todo?
Ruedo los ojos. —Sé que no es un gran problema pero para mí lo es —le digo—. Además mis hermanos no me hablan y papá ha estado engañando a mamá, por eso se van a divorciar.
—Ya veo —se hace para atrás—. Mira, lo del divorcio es algo que no te concierne, es algo entre tus padres y no puedes hacer nada —rasca su ceja—. Ahora, de lo otro, puedes empezar por hablar con tus hermanos y arreglar las cosas con ellos.
—Pero…
—No he terminado —levanta una mano—. Tu drama con las chicas, ¿Aun quieres con la que estabas saliendo? —Asiento—. Bien, entonces ve y habla con ella. Si no le dices todo, ella jamás lo entenderá, tienes que abrir tu corazón.
—No creo que quiera.
—Hazlo —ordena—. Ahora, ¿La otra chica también la quieres?
Me permito pensar la respuesta.
No creo que ahora quiero a Harriet como quiero a Bianca. —No sé, pero la extraño porque era mi amiga —explico—. Ella y yo hicimos muchas cosas malas pero me arrepiento de lo que sea arruinó nuestra amistad.
—Bien, entonces empieza con tus hermanos —repite—. Ve y habla sin discutir y escucha lo que tiene por decir —señala un tatuaje sobre su brazo derecho, una fecha—. Mi hermano menor se murió en un accidente y lo extraño mucho, tú tienes a los tuyos con vida, ve y arregla las cosas.
Bajo la mirada.
Continua: —Luego ve con la chica, ¿Blanca?
—Bianca —corrijo.
Me señala. —Pues ella, Bianca —estira sus piernas—. Habla con la chica, pídele perdón de corazón y deja que ella te diga todo lo que tiene por decirte.
Rasco mi barbilla. —Lo intentaré.
—Y tu amiga, la otra chica —se cruza de brazos—. No puedes culparla por enamorarse de ti, yo me enamoré de mi vecina y ella era la novia de mi mejor amigo.
— ¿Y qué paso? —pregunto.
Sonríe. —Nada, tuve que dejarla ir —asiente viendo hacia afuera—. Pero te diré algo en nombre de todas las personas que nos hemos enamorados de las personas equivocadas, duele mucho. No te enojes tanto con ella, es probable que detrás de sus malas acciones se encuentre un corazón roto en muchos pedazos.
Suspiro. —Pero no es una justificación.
—Lo sé —se pone de pie—. No es una justificación pero es una causa. Las personas hacen muchas cosas por el dolor que han tenido que aguantar, no es lo mejor pero es su modo de lidiar con el dolor.
Él coloca su mano sobre mi hombro. — ¿Y qué pasa si hago todo eso y nada se arregla?
Me da unas palmadas. —Entonces ya sigues adelante. Pero tienes que intentarlo primero.
Supongo que es cierto.
—Hola Mia, ¿Puedo hablar contigo? —pregunto tocando la puerta de su habitación.
Escucho que se queda en silencio y pocos segundos después la abre. — ¿Qué quieres?
Doy un paso hacia adelante. —Necesito hablar contigo, por favor.
Ella suspira. —Estoy ocupada, tengo que terminar este trabajo para mañana.
Asiento. —No tomará mucho —respiro profundo—. Mia, te quiero pedir perdón por todo. Pensé que era un buen hermano pero no lo soy, eres muy importante para mí y quiero estar bien contigo. No quiero que no me hables, quiero que lo hagas y te quejes de todo lo que quieras, quiero que confíes en mí.