ELTHON
UN AÑO DESPUES
—Entonces, ¿me amas? —Harriet me rodea con sus brazos por encima de los hombros mientras yo sostengo su cintura con uno.
Con mi otra mano muevo su cabello para descubrir más su rostro. —Mucho.
Ella mueve una de sus manos a mi mejilla. — ¿Qué tanto es mucho?
Antes que pueda responder, Tomas entra a la cocina. —Ay, por favor, han estado así por media hora, váyanse a otro lado.
Harriet no se mueve. —Cállate y ve a cambiarte para el baile.
Hoy es el baile de graduación de mi hermana Mia. Muchas cosas han cambiado pero no el hecho que Mia es muy importante para Tomas, tanto que él fue hasta la escuela donde antes estudiábamos y le propuso que fuera al baile con ella, de una manera muy dramática con globos y un oso de felpa gigante.
Aunque Mia tuvo que pasar un año entero sin Fletcher, Tomas y Harriet, el hecho que ella era hermana de Fletcher Moore le ayudó a hacer nuevas amigas. Al comienzo nos dijo que fue cautelosa evitando que solo le hablaran por interés pero después, sus nuevas amigas mostraron que realmente querían pasar tiempo con ella.
Me alegro por ella, el hecho que creció con Tomas hizo que ella siempre estuviera a su lado y ahora ha aprendido a moverse sola.
Sin embargo, eso provocó algo en Tomas, algo que Harriet y yo hemos notado. Tomas ha olvidado a cualquier otra chica y la única que parece importarle es Mia.
Cualquiera diría que es cuestión de mejores amigos pero tanto Harriet como yo tenemos experiencia en reconocer cuando un Bona se fija en un Moore o viceversa.
—Trata bien a mi hermana —le advierto, aunque no hay chico en esta tierra que pueda tratarla mejor.
Tomas ha cuidado de Mia toda su vida y últimamente, más que nunca. Durante los últimos meses de escuela él pasaba por ella y, según dice Mia, se aseguraba de cargar sus libros o rodear sus hombros con su brazo cuando algún chico intentaba hablarle en la salida.
Tomas ha estado trabajando en una agencia de viajes, pero el horario le ha permitido pasar tiempo con Mia.
Tomas bosteza, recostándose en la encimera. —Te diría lo mismo pero en este caso, mejor le pido a Harriet que te trate bien.
Harriet me da un beso corto en la mejilla. —Lo hago.
—Qué asco —Tomas reniega—. Extraño los día cuando Elthon afirmaba que Harriet era molesta y Harriet se quejaba del aburrido Elthon, buenos tiempos.
Harriet baja una de sus manos a mi pecho. —Jamás dije eso, me la pasaba hablando muy bien de él —claro que no hacia eso, pero no me importa—. Decía que era lindo, inteligente, guapo y que podría besarlo todo el día.
—Cállate Harriet —Tomas está sufriendo, como siempre que venimos a visitar.
Mia entra a la cocina, aun no se ha vestido pero ya tiene el peinado que Harriet le ayudó a hacerse. —Tomas, déjalos, ya deberías acostumbrarte.
Tomas sonríe automáticamente. —Son un asco.
Ella se acerca a él y coloca su mano en su brazo. —Estoy seguro que el día que te enamores serás peor que ellos dos juntos.
Tomas coloca su mano sobre la de ella. —Tú también.
Ambos se observan a los ojos y por muchos segundos, permanecieron de esa forma. Harriet me da un empujón y señala con su cabeza, yo asiento. Son tan obvios.
Aclaro mi garganta. —Mia, no quiero que llegues tarde.
Ambos se voltean, ambos tienen las mejillas rojas. —Elthon, basta, no me avergüences.
—Y nada de cosas ilegales —advierto, señalándolos—. Te castigaré Mia Moore.
Rueda los ojos. —Basta.
Tomas suspira, toma su mano. —Ven, vamos a jugar una partida antes que nos veamos como supermodelos —tira de ella—. ¿Estas lista para que te consideren la chica más linda de la noche?
Ella suelta una carcajada. —Claro.
Ambos salen, tomados de las manos y desaparecen.
Yo veo a Harriet. — ¿Crees que debería ir a vigilar si no están besándose?
Me abraza. —Olvídate de ellos, mejor bésame a mí.
Lo hago, beso su frente. —Recuerdo cuando peleabas conmigo en esta casa, eras realmente buena ocultando tu amor por mí.
Se separa y cruza los brazos. —Fue al revés.
Eso me recuerdo a algo, mejor dicho, alguien. — ¿Crees que Fletcher esté aquí antes que se vayan al baile?
Aunque Fletcher y Harriet lograron hacer las paces, no volvieron a ser como antes. Fletcher se fue de gira con la banda en verano y Harriet y yo nos fuimos a otra ciudad, ahí compartimos un piso mientras que yo trabajo como profesor de inglés para personas mayores y Harriet ha empezado con un negocio en línea de ropa.
No me molesta cuando Fletcher y Harriet se ven de nuevo, como hace unos meses cuando Fletcher regresó. Realmente no me importa, sería un tonto si me sintiera celoso por mi hermano y la chica que fue su amiga por tanto tiempo.
Además, sé que Harriet me ama. Lo sé, no necesita decírmelo (aunque lo hace todo el tiempo) sino que me lo demuestra con muchas pequeñas acciones. Como la manera en que me besa mientras preparamos el desayuno, cuando sostiene mi mano mientras caminamos los fines de semana y cuando me prepara una taza de té en la cena.
Ahora mi hermano está persiguiendo sus sueños al lado de la chica que conoció en la escuela, él está feliz y yo me alegro por él. Fletcher fue muy tonto y ha cambiado pero siempre lo he querido, ningún error que él cometió me hizo quererlo menos.
Digo, aunque sea alto y ahora es un adulto, siempre será mi hermanito.
—Fletcher… quien sabe, ahora mismo podría estar en España o en un taxi de camino aquí, no lo sé.
Veo hacia el techo. —Esa es una buena forma de describirlo.
La puerta del frente se abre, seguramente es mamá, quien fue por la madre de Harriet y Jana para reunirnos todos aquí. Harriet me besa una vez más aprovechando que estamos solos.
Yo me concentro tanto en el beso que no escucho los pasos acercándose.