Todo el lugar estaba rodeado por una mezcla de colores intensos y tenues con algunas estrellas blancas alrededor. Evocaba a la perfección el proceso de transformación individual que experimentaba cada muchacho; podría ser que así luciese si todos se convertían en superhéroes a la vez.
—¿Qué es este lugar? —preguntó Wilson en voz alta observando a todos lados. No comprendía en lo absoluto qué estaba sucediendo, pero pensaba que estaba en un sueño; era lo más probable.
Ante él, se materializaron sus hermanos. Ellos estaban igual de confundidos que el gemelo mayor. Todos vestían de manera similar, con pantalones de piyama negros y un abrigo cerrado cuyo color era el característico para cada uno: rojo para Wilson, naranja para Jilton, amarillo para Luitor, verde para Yeison, azul para Deimon e índigo para Teilor.
—¡¿En qué nos metiste ahora?! —exclamó Yeison con voz quejica mientras acusatoriamente a Wilson.
—A ver, que yo no sé cómo llegué aquí… ¿Y por qué sería mi culpa? —replicó cuasi indignado, dispuesto a pelear.
—Como fue contigo que empezó todo este asunto de los héroes mágicos; quizás hiciste dormido un hechizo y, ¡nos transportaste a quién sabe dónde!
—Diantres, ustedes dos siempre buscan una razón para discutir —habló Jilton tras suspirar.
Wilson y Yeison lo observaron con molestia, mas antes de poder hacer algo, Luitor preguntó:
—Entonces… ¿Por qué creen que estemos aquí?
—Cierto… No es normal vernos t-todos juntos en un espacio multicolor… Tanta iluminación… Este sitio no me agrada en lo absoluto —añadió Deimon con ritmo respiratorio más alto de lo habitual. Deimon abrazó a Teilor, quien tenía a su lado derecho, en busca de calma.
—¡¿Nos habrán secuestrado?! —profirió Luitor pretendiendo estar asustado; sin embargo, las risas que soltó posterior a sus palabras lo delataron.
—Ya, porque de seguro es gracioso ser secuestrado —balbuceó el de verde rodando los ojos.
—Además, dudo mucho que nos pongan en un espacio multicolor; estamos flotando, definitivamente es un sueño —habló Teilor antes de bostezar—. Ojalá dure mucho, significa que no tendré que levantarme aún.
—¡Bienvenidos sean a este sueño compartido!
Los sextillizos visualizaron a los espíritus, quienes descendían hasta quedar frente a ellos.
—¿Su-sueño compartido? —Se atrevió a hablar Deimon.
—Sí, ¿eres sordo o qué? —exclamó petulante el espíritu del aire.
—Supongo que ya podemos comentarles por qué los trajimos a… —empezó a hablar Hydren.
—¡Uy, uy! ¿Nos darán más detalles respectos a las ventajas de ser guerreros empíreos? —propuso Luitor interrumpiendo con brusquedad al espíritu del agua.
—No —respondió Roíen, sonriendo ante la ocurrencia de su portador—. Es sobre cómo y por qué fueron escogidos.
—Realmente habríamos esperado a que fuesen adultos para estas cosas, pero dadas las circunstancias nos hemos visto obligados a estar aquí ahora —agregó Geoen con los ojos cerrados y la boca curvada en una ligera sonrisa—. Verdaderamente, ustedes tienen una gran misión sobre sus hombros para salvar a Ízîka de quedar en ruinas.
—¿Y ustedes no pueden hacer nada? ——. ¿Por qué?
—No creemos que estén listos para esa información; simplemente no podemos —dijo Eleken.
Pyren continuó: —Es por eso que esa tarea está a manos de ustedes. Estamos a contrarreloj; deben rescatar a Sōül cuanto antes o recolectar su éter.
—No se preocupen… Lo vamos a lograr.
—Fácil decirlo, Wilson —masculló Yeison—. Necesitamos que haya más cadranes para vencerlos y quitarles el éter… Solo espero que sean lo suficientemente tontos como para planear algo así —arguyó empezando a irritarse por la presión; eso de salvar un mundo se nota complicado.
—Concuerdo, aún no t-t-tenemos experiencia con los poderes nuevos, y para ello t-tendríamos que luchar más o algo parecido… ¿creen que dejen de enviar a los c-cadranes ya que estamos los seis? —habló Deimon mirando nervioso a los demás, quienes pusieron un gesto de incomodidad por sus palabras.
—Creo que los seguirán enviando, pue parecen que quieren quitarnos los orbes con los espíritus —supuso Teilor con aburrimiento descansando su cabeza sobre su mano.
—Ya eso lo iremos viendo tras despertar —desestimó Pyren, quien iba a continuar, más se vio interrumpido por Jilton, quien habló con algo de indignación.
—Pero ¿cómo así eso de que ustedes esperarían a que seamos adultos? ¿Querían atrasar nuestro encuentro? ¿Acaso no creen que seamos capaces de usar bien sus poderes?
—¿Los culpas, Jilton? —respondió Yeison con suma obviedad en sus palabras—. Esto de tener poderes y una doble vida no es para algo de adolescentes… ¡Es una carga para adultos, no para nosotros!
—Agregado a eso, nosotros somos muy caóticos; usar nuestros poderes en un universo que no es el nuestro provoca catástrofes increíbles —señaló Eleken recordando todas las tormentas eléctricas en el mundo que han sido por su culpa.
—Si ya permitir que alguien más use nuestras habilidades no es una buena idea, que sean unos jóvenes no brinda mucho augurio —agregó Hydren.