Capítulo 8: Desapercibido

Al llegar al otro día , supe que no podía ser más que porquería.

—Señorita, Sasha Lewis— dijo la directora al señalarme con el dedo—¿Iras? o sino....

—¿O sino, qué ?

—Te vestirás como Blancanieves —dijo al sonreír.

—Maldición— murmure.

Nicholas seguía observándome como si yo llegara al pozo más profundo del mundo...la decadencia.

— Y por que su prima le dijo sobre..., ya sabes—dijo Mark.

— No se...pero seguiré escuchado— miraba la situación.

La directora media mi cintura y todo lo demás.

«Me pregunto por qué Paula le dijo lo del festival de disfraces»

—Dios eres perfecta—dijo en voz alta.

— Agradecería si no lo dijese en voz alta.

—¿Pero que tiene de malo decirlo? . Eres linda— tomó mi hombro — ¿Acaso no lo vez?, eres perfecta para el papel de Blancanieves.

—Trágame tierra.

—¿Qué? — miro confundida.

— Dije...gracias, a ella— mire a Paula con una sonrisa sarcástica.

Paula sonrió de tal forma que parecía una gato.

—¿Y tu piensas que ella le irá bien? — dijo Nicholas.

—No lo sé...acaso, ¿Quieres ser su príncipe para después besarle? — dijo Mark.

— Eh...no...no...—rodeo los ojos pero a la vez sonrojado.

— Me parece que si— dijo Mark al sonreír entre dientes.

—Qué no.

— Qué si.

— Qué no, dije— insistió Nicholas.

— Qué si Rubius— dijo Mark.

Justo llegue con la misma cara, cuando ellos discutían.

—¿Qué pasa niñas, por que pelean? .

— Nick quiere ser el príncipe — dijo Mark al reírse.

—¿Qué?— mire a Nicholas.

Él giro la cabeza rotundamente.

—¿Estas seguro?

— Si.

— OK—dije al voltear en mi banco.

—Uff...— suspiro Nicholas.

Mark espero hasta que la clase terminará para entregarle un papel a Nicholas.

—¿Qué es esto? — dijo Nicholas.

— Sólo léelo.

Me fui con Mark pero note que Nicholas se quedo solo en el salón.

—¿Qué le pasa?

—Nada, déjalo—dijo Mark al llevarme lejos.

El papel decía:

"Steve te quiere ver, te hablará de algo. Y créeme que al final de todo le tendrás que decir a Sasha"

— OK, ¿Pero de que quiere hablar? ...¿Acaso tiene que ver conmigo?...si es así, genial— dijo Nicholas con sarcasmo.

— Oye, tu también tienes que ver esto— dijo Steve.

—¿Por qué te apareces más a mi, que a Sasha?

— Por qué ella no sabe una cosa. Eso hasta la asustaría— dijo Steve al sentarse al lado de él.

—¿Y eso me dirás?

— No aún. También es posible que no lo creas.

—Dímelo de una vez— dijo con inquietud.

—¿Tan apresurado?

— O me lo dices ahora o esto es pérdida de tiempo.

— OK...—suspiro— Tu también tienes que ver con todo.

— Por ejemplo...

—Eres el descendiente del que me mato. Tu tienes la misma imagen del que lo hizo.

Nicholas se puso pálido.

—Te lo dije, ahora te has quedado sin palabras. Mejor evita tu desmayo, ponte más tranquilo— dijo Steve al irse.

— Oh...demonios—dijo Nicholas al poner su mano en la frente.

En el recreo, Sasha miraba un punto fijo mientras Mark miraba su celular, del cual seleccionaba canciones.

En un momento, Mark vio a Nicholas que se acercaba a ellos.

—¿Y que tal, estas a gusto con lo de Steve? — dijo al hacerle una mueca.

—Cállate—dijo Nicholas al sentarse.

—OK, solo era una pregunta, hermano —dijo Mark al volver a lo suyo.

Nicholas miro por un segundo a Sasha y luego a las personas que caminaban cerca suyo.

—¿Pasa algo? — dijo Sasha al salir del trance— Te noto distraído.

— No pasa nada, estoy bien— sonrió.

—¿En serio?

— Si.

—OK chicos, creo que tengo que irme, mi madre me retira temprano. Cosas del médico—dijo Sasha al levantarse y caminar lejos.

Nicholas suspiro.

—Créeme que yo también te he notado así, y también se lo que te dijo Steve—dijo Mark.

—¿Cómo es posible que él te lo diga antes que yo? — dijo Nicholas.

— Solo quería saber para ver si no corrías en peligro, al igual que Sasha.

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No supe como, pero ya no es como antes, mi don estaba desapareciendo de a poco. Ya no veo a Janice, Steve ni a Albert. Ellos me hacían compañía en todo...y ahora nada.

— Hija, dentro de un rato, nos iremos—dijo mi madre.

—Si.

A pensar de todo, seguí estando tan confundida, cada vez que Nicholas a tratado de hablarme, por alguna extraña razón, lo veo distinto. O quizás sea yo la que esté extraña.

— Malgame...la puta— dije al mirar a un costado.

Espero que no sea amor, por que en eso patética.

Y soy mala para expresar lo que siento. De todo lo que hay en el mundo, el amor, es lo que menos quepa en mi.

Cupido, ese gordito con pañales sólo lanza flechas, letales para idiotas, y a la vez une a otros idiotas. Es mi definición, ¿y que se puede esperar de alguien como yo?. Soy así gente, nadie puede cambiar eso.

De repente sentí como si alguien me observaba por detrás de mí espalda, era como una sensación de escalofrío. Jamás me sentí así.

Ahora era diferente.

— ha ha ha...— se escucho como el viento.

—¿Quién es? —me anime a decir.

— Claris...

—¡Me llamo Sasha! .

Hubo silencio.

— OK, eres cobarde— dice al sentarme en la cama.

Di vueltas hasta poder dormir.

«Si se trata de esos fantasmas que solo molestan, no les hablaré. Rompe paciencia»

Sin poder hacer nada, ya que me encontraba dormida. Alguien tocó mi cuello, pero no sólo me tocaba, sino que sentí un beso.

—¡¿Qué demonios te pasa?!—dije al dar vuelta de un solo giro.

Mi sangre se heló cuando vi aquel espectro, era totalmente negro.

Retrocedí hasta tocar mi espalda contra la pared. Aquel ser se acercó, asechándome con su presencia fría e inquietante.