Segunda parte: El descubrimiento del pasado del Janice Thompson
Desperté en el bosque, no se como es que llegué allí. Pero de algún modo seguía permaneciendo en esta época.
—Quiero estar con los demás...no aquí.
A lo lejos, Claris había pasado entre las ramas mientras me llamaba. No le respondía, claro que yo no tenía que regresar.
De igual modo persistía en sus llamados.
Todos los intentos eran inútiles.
Sin que me diera cuenta, el atardecer empezaba a ocultarse.
—Claris, iré yo, no te preocupes. Prefiero evitar que pesques un resfriado— dijo el muchacho de su lado.
Aún se notaba la preocupación en los ojos de mi antepasada.
—Lo prometo— dijo al juntar sus manos.
— Tráela , por que si no mi familia se sentirían muy preocupados.
El atardecer ya se había ocultado por completo, para que la luna ahora ocupase su lugar.
Aquel muchacho encendió una antorcha, al alumbrar su rostro. Pude al final darme cuenta que era Steve.
Con el mismo fuego iluminó su camino del cual iba a tomar.
No tomó mucho tiempo cuando oyó el llanto de una niña.
—Mamá...¿En dónde están?
Steve miró a través de un árbol.
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Tenía frío del cual lo sentí real. Algo había en ese momento que me obligaba a dormir.
—¡¡¡Quiero volver a mi casa!!!.
Me levanté del suelo y arrojé una piedra.
—Seguir con esta vida hará que me vuelva loca....Los fantasmas, las personas, ellas ya deben considerarme así.
Arañe mi piel, sostuve mi rabia en mi garganta.
Ya no podía gritar, solo lo expresaba con la sangre que salía de mis heridas.
—¡Janice!
En ese momento el miedo me hizo despertar.
Steve me sostuvo mis manos con tranquilidad y luego alzó mi mentón para verme a los ojos.
—¿Estas bien?
Steve era diferente, sus ojos eran celestes cristalinos. Su sonrisa, más cálida.
— Janice , preocupas a todos, deja de hacer estas cosas.
— No— lo empuje—Quiero irme, necesito volver..
—No se a que te refieres pequeña Thompson— sostuvo mis muñecas con fuerza—Debes estar cansada, ten— saco su chaleco de color marrón claro.
—Gracias....
Sonrió levemente.
Del hecho hasta entonces, ya había desaparecido. Me encontraba en otro lugar.
—¿Sasha? — me llamó alguien.
Aún me encontraba en un estado de lo más parecido. Mi cuerpo se sentía débil, mi aliento se ralentizaba al igual que mis ojos, de los que trataba de abrir.
Aquella persona beso mi mejilla, era cálido el rose de esos labios. Pero lo sentí diferente.
— Por favor...vuelve en sí—dijo aquel hombre, que con tan solo escuchar su voz supe que se trataba de un amigo.
—¿Nicholas?
Abrí los ojos.
Recibí un fuerte abrazo sumado con dulces palabras, de forma que lograron sacar una sonrisa en mí.
—No te preocupes, lo que pasó no fue tu culpa, yo...te perdono.
— Pero...— intente decir, pero él volvió a besarme.
Casi se sintió sublime,« ¿Acaso...me gustaba tenerlo cerca?»
—Ya, mi herida no fue profunda . El doctor dijo que tuve suerte.
Con mi mano alcance a tocar la herida que él intentaba ocultar.
—No pensé que tú...— lo mire a los ojos— Sentías esto por mi.
Nicholas río en bajo, se notaba nervioso, típico de él.
—Sasha, yo siempre pensé en ti. Se que sonará algo cursi—se detuvo, por un instante pensé que no reaccionaría, pero luego dijo—Me siento bien estando a tu lado...
Le tape la boca con algunos de mis dedos.
— Para, es demasiado cursi Rubius.
Volvió a reír sin parar, al parecer logré que sonreirá como nunca lo había hecho.
— Por eso es que te amo.
—...¿Qué? .
— Eres la chica que hace que me sienta vivo cada día. Y por eso te agradezco...porque pensé que me dejarías sólo. En la oscuridad , en lo profundo de la eternidad.
Note algo diferente en él, algo que no le era propio.
Solté mis manos y me enderecé para después alejarse.
—Nick, tú nunca dices esas cosas. Siempre cursi, pero no así de oscuro...
Era como un vaivén, se me mezclaba la hostilidad y la tristeza.
— Tú provocaste esto...
Su cuerpo se convirtió en otro, su ropa era despojos sucios y manchados de sangre que se derramaba a medida que él se paraba, para enfrentarme.
— Ja ja ja ja....Claris, oh mi Claris . Las profundidades de lo que que antes mencioné, fue el lugar donde tu me mandaste. ¡¡¡Tú !!!,¡¡¡Me mataste!!!
—Deja de decir que soy Claris. ¡Me llamo Sasha Lewis y no tengo nada que ver con ella!
Se silenció cuando había dicho esas palabras.
Pero de igual modo sostenía su mirada vacía, como su alma.
—¿Por qué...?
—¿A que te refieres con el "Por qué"?, deja de manipular de mis amigos, idiota.
—Por qué yo te amaba , como jamás ame a una mujer, de mi vida en todo lo que necesitabas y aun así sólo me despreciabas. Eras tan hermosa, todo lo que era de ti me hacía ilusionar, jamás me viste a mi....solo a otro hombre que convertiste al fin en tu pareja ideal— dijo al acercarse a mí sin dejar lugar para escapar.
Parecía tan real que hasta sentí una gota de su misma sangre pasar por mi clavícula.
Lo único que podía percibir era el aroma a putrefacción.
Intento besarme, pero yo gire a un lado.
—De eso es lo que hablo, solo me esquivas. Y además, te amo demasiado— susurro a mi oído— Pero eso pronto cambiará.
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Otra vez desperté en otro lugar...
Estaba esta vez, en lo más profundo de la tierra y solo había una caja pequeña que cabía a medida , para un cuerpo pequeño.
—¿En...donde...estoy?
Oía ruidos que provenían de lo externo de la caja. Desde los pequeños orificios entraba tierra, este tapaba todo rastro de luz.
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Editado: 20.09.2022