Los fantasmas del pasado

Capítulo 16:  Lejos de mi sangre 

 


 

Abrace fuertemente a Ellias mientras trataba de escuchar del otro lado de la pared. 

El grito debió haber sido mi madre, algo pasó para que lo hiciera. 

—¿Puedes ver lo que hace,  Steve? 

— Si, y no es agradable lo que hace. 

— Dime que está haciendo—dije con nervios. 

—Ella sacó un arma del baúl del sótano, se dirigió hacia aquí. 

Ellias me lastimaba, porque sus uñas me empezaban a rasguñar. 

—Pasará todo Ellias. Mami no hará nada. 

Él sabía que mentía pero igual asintió con temor. 

Mire por la ventana. No quedaba de otra...

Obligue a Ellias a aferrarse a mi espalda,  mientras salía por la ventana,  arriesgaba mi vida y la de mi hermano. 

Susurre con tranquilidad, que todo estaría bien. 

Sin embargo, al mirar hacia el pavimento, mis piernas temblaban, cerré los ojos y respire profundo. 

Agarre fuerte del marco de la ventana y pase hacia la otra que estaba cerca,  mientras lo hacía,  mi madre ya había sacado el seguro del arma. Ellias lloraba sin poder detener el temor que no lograba ocultar. 

 

Cuando pude llegar cerca del patio, advertí a Ellias  que se sostuviera . Con valentía salte a donde estaba algunos arbustos. 

Apenas llegué al suelo mi madre ya había volado la puerta de mi habitación. El sonido había retumbado en toda la casa, cuando lo escuché emprendí la corrida. 

Pero algo me detuvo, sentía que ella estaba muy cerca. Y de pronto al volver hacia la casa, mi madre estaba en la sala observando. Hasta sus ojos me llegaban a mi, de un modo como si me dijera que sí yo avanzaba algo me pasaría. 

Pero no temía por mi sino por mi hermano, Ellias. 

Aunque ahora él los viera,  no quería meterlo en todo esto. 

— Ellias no la mires, te prometo que la volveremos a ver...pero esta vez seré yo la que te cuide. 

Parecía un peluche, solo me miraba con ojos vidriosos. Inertes. 

Asintió con rapidez. 

Entonces, volvimos a correr sin voltear atrás. 

 

 

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Alison , al ver que Sasha se iba,  tomó un arma y fue hacia la puerta pero de la nada se cerró de un portazo .

—¿¡Pero qué diablos!?

Algo invisible la empujó lejos de la puerta. 

Volvió a pararse y repitió lo mismo. Sus movimientos eran inútiles, aquella cosa invisible la volvió a apartar de la puerta. 

—¿Qué le pasa a esta casa? ,¡¡¡Déjame buscarla!!!.

— No te dejaremos...Tú la volverás a matar. 

— Qué estupidez dices,  ¡Si eres el inútil que me la arrebato, sal de donde estés!.

Pero no apareció. 

— Cobarde...si no pudiste tener,  mala suerte. Ella será mía. 

Un objeto la lastimó,  ya que este salió volando hacia su cabeza. 

Le cayó otro objeto, pero este era más pesado. 

Una herida se abrió en su frente. Alison reía en lo bajo. 

— Claris siempre me prefirió a mi...no a un ciego que no lo ve nada. Tu no sirves,  y para el colmo quieres recordar— dijo Alison al mirar a su alrededor— Posee a todos ,  para que ella se rinda ante mi y la llevaré a mi lado. No podrás evitarlo,  porque le fallaste a Claris desde el principio. 

Hubo silencio. 

—¡Ja! ...todo siempre es claro cuando hay silencio. 

— Estás equivocado, Esteban— dijo Steve al aparecer— De algún modo sobre todo y cuando lo haga te mandare al infierno si es necesario. 

Alison sólo sonrió con arrogancia. 

— Te estaré esperando. 

Steve lo miro indiferente. 

En toda la casa se cerraron las puertas y ventanas. 



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No se en donde me podía encontrar, pues ya estaba lejos de mi casa. Ya se hacía de noche,  no podía encontrar a alguien que me socorriera. 

Mark estaba lejos, Nicholas no podía. 

Quizás sólo me queda otra que dejarlo a lo de mi tía. 

 

Al llegar a la casa,  observé a mi hermano,  se encontraba débil. 

Cuando toque el timbre no te que en toda la casa, las luces estaban apagadas. 

Parecía que solo alguien se encontraba, por que una silueta caminaba de un lado a otro. 

«Ellias...me gustaría que te quedaras conmigo pero no quiero ponerte en peligro» 

Alguien se acercó a la puerta, cogió las llaves y la abrió. Se trataba de Paula. 

—¿Prima? ...¿Qué pasa, porque llevas Ellias a tu espalda? 

—No me creerás si te lo dijera. 

— Dímelo igual. 

— Yo veo fantasmas, en mi familia jamás se lo he contado más que a mi hermano. Pero ahora no sólo ellos lo ven,  sino que un demonio nos está siguiendo y quiere matarme. Por eso te pido que cuides a Ellias por mi,  yo debo encargarme de todo. 

— Pero...— dijo Paula al quedarse sorprendida. 

—Mi madre está poseída por este demonio,  por eso te ruego que si la ves no le abras la puerta. Mantén todo cerrado. 

— Prima...

— Sé que es difícil de creerlo,  pero ahora eres la única en la que puedo confiar. Si tú dejas en descuidado a mi hermano,  no sabes cuanto me causaría  si lo llegará a saber...— suspire— Por favor,  no pido mucho más que créeme.

Paula tomó cuidadosamente a Ellias en sus brazos y me miró preocupada. 

— Mi madre...te cree loca, prima. Tú también ten cuidado,  porque si ella te ve,  no se que pasara. 

— Gracias,  y gracias por decírmelo. 

Ella asintió y luego cerró la puerta. 

Volte sin mirar atrás,  porque sabía que Paula era la amiga más fiel que tenía. No sé por qué,  pero sentía mucha confianza en ella. Solo espero que no me defraude la suerte, por ahora. 


 




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