Los fantasmas del pasado

Capítulo 18 : Esteban Arnold

Mark buscaba despertarme, ya que de alguna forma me había desmayado.

Su madre, tenia un vaso con agua , de lo que después lo llevo a mi boca.

Yo tome con lentitud, sentía que volvía en sí .

—¿Sasha, ¿Qué pasó?— dijo Mark al tocar mi frente.

— Ahora se como ocurrió lo de Claris y Steve.

—¿En serio? — se sorprendió.

La madre de él nos miraba sin comprender, extrañada, puso su mano en el hombro del hijo.

—¿Qué le ocurre? —pregunto Catherine.

—Nada madre, es algo de nosotros.

Me levanté y fui directo al comedor, Mark me seguía el paso.

Después de contarle lo ocurrido, él tomó nota de todos las visiones.

Janice Thompson :

-Asesinada por Esteban-

Steve Morgan :

-asesinado por el mismo-

Claris Lewis:

-no se sabe-

Albert Lewis:

-de una tuberculosis-

Esteban Arnols:

-por Claris-

Frank Gordon:

-no se sabe-

Francine Bell:

-no se sabe-

—Hasta ahora sabemos tres de ellos y otros tres que no. — dijo Mark al mostrarme.

—Entre todos hay una conexión.... Janice es prima de Claris, Claris novia de Steve y supongo que Esteban habrá sido otro amigo que luego se enamoró de ella. Y por último Albert, abuelo de Claris. Lo único que no se bien es la relación de Frank y Francine.

— Según me acuerdo yo, Nicholas los encontró.

—¿Pero como es que lo vio?

De repente apareció la madre de Mark.

—Perdona por la interrupción, pero hay alguien que te llama por el teléfono.

—¿Quién ?

—Tú madre.

Estaba helada, no quería contestar. Ella estaba poseída...

—Madre, yo lo haré...Sasha no se siente bien— dijo Mark al tomar del teléfono.

Gire a un costado, mis pálpitos volvían a acelerarse.

Cuando lo puso en su oído, Mark al principio escucho la respiración agitada de mi madre y luego un silencio.

— Tú ...

—¿Alison?

— No...

— Si se trata de Esteban, más te vale irte del cuerpo de Alison, causas mucho dolor a Sasha.

Mientras lo decía, del otro lado se escuchaba el sonido del viento, como si estuviera en un lugar desierto, lo único que había era la nada y el silencio.

—No podrás tenerla, bastardo.

— Eso mismo me dijeron una vez....—dijo al fin— Pero el que lo dijo no pudo ver más...ha ha ha ha...

Mark sintió miedo, su piel se estremeció.

— Ten cuidado niño, pronto acabarás en la tumba—se escucho por última vez.

Mark dejo tendido el teléfono sobre la mesita pequeña, fue así hasta el comedor, aturdido y paralizado.

—¿Qué te dijo Mark ?—pregunté.

Pero en el instante en que lo vi supe que no lo estaba.

—¿Mark?

Él se sentó y se cubrió la frente con ambas manos.

—No es tú madre...no lo es...

En la casa de Paula, Ellias miraba sin parar la ventana que proyectaba en la parte del frente.

—¿Ellias? — dijo Paula al traerle una taza de leche tibia.

El pequeño niño no se fijo en ella.

—Vamos, debes tomar algo, no quiero que estés débil.

— Gracias, pero no quiero— musito Ellias mientras apoyaba su cabeza hacia la ventana.

Paula lo miro extrañada, pero de igual modo, dejo la taza sobre la mesa de su derecha. Este expedía un hilo de humo.

Se alejo y dejo a solas al niño. Cuando de repente, Ellias vio que desde lejos entre los árboles, su madre.

—¿Mamá?

Pero no era ella, sus ojos eran demasiado claros. Celestes pálidos.

Su piel tensa y de color papel.

Apoyaba con una sola mano sobre el árbol, mientras que la otra lo saludaba tétricamente.

El retrocedió con pudor, le transpiraban las manos.

— Sasha...¡Sasha! —grito con el propósito de ver a su hermana. Pero luego de no verla, recordó que ella se había marchado.

Como no tenia a nadie a su lado, corrió hacia el rincón para escabullirse entre la oscuridad.

Tapándose con las manos en las rodillas, apretando con mucha fuerza. Causando marcas de presión, producto de su uñas.

Paula estaba abajo, no lograba escuchar del todo desde arriba.

Su casa era tan grande en comparación de Sasha.

Como Ellias acostumbraba a escuchar absolutamente todo, se acercó para oír los sonidos. Para saber si había alguien. Pero ese alguien se le acercaba lentamente hacia él.

Era Alison , que de alguna forma logró entrar.

Ella alzó la mano hacia la altura de la cabeza de Ellias.

Quería tocarlo o tal vez, dañarlo.

Pero lo único que vio Alison (a través de sus ojos) era otra imagen.

Ellias se veía diferente, en vez de su cabello despeinado, era corto y de color pelirrojo.

Su piel más pálida que la de Ellias . Además, su ropa era de otra época, como la de Albert.

Dentro de su cabeza, Esteban murmuraba.

— Kevin...¿Eres tú ?

Pero sin saberlo, Alison también lo pronunció.

Así fue que Ellias lo escucho y con miedo, lo miro lentamente.

—¿Mamá?

Esteban seguía viendo aquella imagen familiar, le provocaban lágrimas de alegría.

— No te veo hace años...tú, eres mi mejor amigo.




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