Capítulo uno:
Bueno no sé cómo empezar, una vida de misterios y secretos. Y esto empezó así.
En fin, mi nombre es Catalina.- si ya lo sé, sé que mi nombre les puede sonar de alguna parte, si de una novela, mi madre es fan de sin senos si hay paraíso. Soy una chica, de 17 años. Cuya madre es una gran abogada de un gran bufete.
Era sábado en la tarde, estoy en mi habitación arreglándome para salir con mis amigas, cuando escucho un ruido me acerco a mi ventana, y miro un camión de mudanza, desempacando. Escucho la voz de mi madre, diciéndome:
— Hija baja, por favor — gritó dulcemente mi madre.
— ya voy — grité, nobajando las escaleras me encontré a mi madre en la cocina y le pregunté:
— viste el camión de mudanzas allá fuera. — le dije mientras entraba en la cocina.
— claro hija, hay que darles la bienvenida mas tarde. — dijo mi madre dándose la vuelta entregándome una lista de instrucciones. Claro mi madre es una mujer, un tanto complicada.
— Que es esta lista. — respondí agarrando la hoja, frunciendo el ceño.
— Es tu horario, para toda la semana, porque me voy de viaje de negocios — dijo mi madre, con una gran sonrisa.
Mi madre es muy adicta a su trabajo, casi no pasa mucho tiempo en casa. Desde que era muy pequeña mi madre no se mantiene en casa, más de dos semanas o más.
—por cuánto tiempo te vas. — le pregunté a mi madre con tristeza.
—un mes completo.— dijo mi madre seria.
— Está bien, — respondí con gran tristeza.
— Y no te olvides, de darles la bienvenida, a los vecinos mañana. — dijo mi mamá mientras salía de la cocina.
Claro, nosotros como vecinos principales, somos los encargados de darle la bienvenida a cualquier vecino, pero algo dentro de mí, me decía que esa visita no me iba a gustar. Claro tal vez era porque esa casa no se alquilaba más de seis meses, y que alguien la alquilara tan repentino, me parecía algo extraño.
— Claro — le respondí agarrando mi bolso para salir.
— cuándo le doy la bienvenida a nuestros vecinos. —dije con una gran sonrisa forzada.
A mí nunca me ha gustado darles la bienvenida a los vecinos, pero es un castigo que tengo que cumplir hasta los dieciocho, por que cuándo tenía cinco, mi madre me obligó a darles la bienvenida a nuestros vecinos, pero la niña no me caía muy bien que digamos, y cuándo estábamos en su casa nos peleamos y nomás le quité un diente, no era para tanto pero para mi madre si, desde entonces me obligó a darles la bienvenida, siempre que me porte bien.
— el lunes en la tarde, — responde mi madre.
—espero que no me falles y vayas, yo me voy temprano y no voy a estar. — dijo mi mamá muy seria y disfrutando a la vez.
Era la primera vez que les doy la bienvenida yo sola a los vecinos, que vergüenza iba a pasar.
— ¿Qué? — le respondí a mi madre.
— no yo, sola no voy, que vergüenza. Qué pasa si es un pedófilo mamá, no puedo.
—no seas dramática Catalina Hernández. —responde mi mamá.
Con una cara que me dice, si no vas te mato.
— Claro, es fácil para ti decirlo, cómo tú no vas. — le respondí, un poco molesta.
Mi madre iba a responderme cuándo tocan el timbre de la puerta.
— voy a abrir la puerta. — contesté rápido
Salvada por la campana, de un gran tema que no quería tener con mi madre. Voy abriendo la puerta cuando encuentro a mis dos mejores amigas enfrente.
— Lina, ya estas lista que bueno. — dijo Rubí.
Bueno, Rubí es una de mis mejores amigas, es una chica de dieciocho años, es delgada, pelirroja, y además tiene un cuerpo que toda chica desea tener. Es la más fiestera, y le fascina beber y es muy extrovertida.
Y del otro lado tenemos a Aurora, una chica igual que mi edad, tranquila, estudiosa, (por no decir la más inteligente de las tres).
— hola Catalina, — dijo muy felíz, Aurora.
—Hola chicas, como están. — les respondí.
— apúrate, Lina vamos llegar tarde al cine, por tu culpa. — respondió Rubí, un poco, molesta.
— no exageres, Rubí no es para tanto. —dijo Aurora más tranquila.
— ya tranquilas, vamos ya. — respondí cerrando la puerta de mí casa.
— que bueno. — respondió Rubí.
Nos subimos al carro, claro el carro es mío, una camioneta del año, las ventajas de ser una hija de una abogada, que aunque trabajen mucho, les pagan muy bien.
Arrancando el carro, mi vista sé detiene enfrente de un joven, de ojos verdes fuertes, su cabello café, de piel blanca, se veía muy atractivo con esos, jeans y su camiseta, color gris y una chaqueta negra, se veía muy bien. De repente el observó mí mirada y me miro, que vergüenza, pensara que lo estoy acosando con la mirada, rápidamente volteo y arranque el carro, solo logré observar por el espejo, su cara con una gran , sonrisa.
Que atractivo era ése apuesto chico, cuándo una voz, me despierta de mí realidad.
— Lina, Lina, me estas escuchando. — dijo mi amiga, Rubí, poniéndome su mano en mí cara
— ¿eh? Claro. — le respondí dudosa.
— claro, a ver que dije Catalina.
— mmmm, sobre la película. — respondí dudosa.
— claro, que no Lina, —respondió Rubí.
— vez, qué no nos pones atención, en que estas pensando. — respondió Aurora.
— ¿En quién piensas, un chico? — dijo muy interesada Rubí.
— Claro que no. — respondí nerviosa.
No sé, porque estaba nerviosa al responder, en mi mente solo pensaba en aquel chico afuera de mi casa ¿será el mi nuevo vecino , ojalá que no , que vergonzoso llegar a su casa y darle la bienvenida ,después que me vió observándolo y no quitarle la mirada, y que se rio de mí, no ojalá no sea mi vecino.
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Holaaa que les parece el capitulo.
Háganme saber si les gusta la historia.
Adiós.
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Editado: 17.12.2022