Catalina:
La semana había pasado como si nada, aún no podía sacarme de la cabeza a este chico misterioso en la casa de Aarón. ¿Cómo sabía mi nombre?, tal vez Aarón le había contado algo de mí. Y además no podía sacarme de la cabeza ese sótano.
***
Estábamos en la secundaria mis amigas y yo, conversando de todo lo que había transcurrido en la escuela. En esa semana Aarón se convirtió en un miembro del equipo de soccer, además era uno de los chicos más guapos, atractivos y populares.
-¿listas para esta noche, chicas? – preguntó Rubí entusiasmada.
-¿Qué hay esta noche? – le pregunté a Rubí, confundida.
-¿No sabes Catalina?, hoy es la fogata. –Me recordó Aurora, entregándome el volante de la fogata.
La fogata es la fiesta que hace la secundaria cada año, donde los estudiantes aprovechan para bailar, comer, beber y además ingerir sustancias. Era la fiesta que más esperaba Rubí, y otros estudiantes.
-Se me había olvidado, chicas. –les respondí.
-¿En serio, se te olvido Catalina? –me pregunta Rubí, con cara de que no me creía.
No era fan de las fiestas, además preferiría estar en casa que en una fiesta, donde Rubí seguramente me querría ofrecer algo de beber, pero no aceptaría porque la primera vez que acepte, me fue muy mal.
-Sí, Rubí se me olvido. Le respondí.
-Yo no iré, chicas. –dijo Aurora, sonando triste.
-¿Por qué? – le pregunté, sonando compresiva.
-¿No te dieron permiso? – le dijo Rubí, sonando un poco burlista.
-No es eso, solo que Tadeo aún no me invita a la fogata. – Nos respondió Aurora.
-Es verdad, chicas. En la fogata hay que llevar acompañante. –dijo Rubí sonriendo.
-¿Por qué hay que llevar acompañante? –le pregunté a Rubí, si nunca habíamos llevado galán a las fogatas.
-Este año, es diferente Catalina. –me responde Aurora.
-Este año habrá una sorpresa.- Responde Rubí, saltando de emoción.
- Además, el que gane habrá premio.- Responde Aurora.
En ese momento llega Tadeo, es el novio de Aurora. Él es de piel morena, pelo colocho de color negro, ojos color marrón oscuro, además tiene algo en común con Aurora, son los más inteligentes de la secundaria. Tal vez por eso son novios, tienen tantas cosas en común.
-Hola, chicas.- saludo Tadeo, sentándose en la mesa.
-Hola, Tadeo como estas. – le respondo.
-Bien, y ustedes. – nos responde con una sonrisa.
-¿Qué quieres Tadeo? – le responde Rubí, cambiando su humor.
Tadeo no es una de las personas favoritas de Rubí, ¿Por qué? Ella cree que Tadeo no es un buen novio, además que no es de la misma clase que nosotras y que cree que Aurora se merece algo mejor.
-¿Necesitó hablar contigo, Aurora?- Le dice Tadeo a Aurora, ignorando por completo a Rubí.
- Claro, vamos. – le responde Aurora, levantándose de la silla.
-Adiós Aurora, nos vemos. –le dije a Aurora.
-Nos vemos chicas. – nos responde Aurora, y se va.
-Yo también me voy, nos vemos esta noche Catalina. – me responde Rubí, levantándose de la mesa.
-Claro Rubí, nos vemos en la noche. – le respondo y me levantó para irme a casa.
***
Ya estando en casa, me recordé que no tenía pareja para esta noche. Además tenía que comprar algo que ponerme, mamá cuando se va de viaje deja dinero, pero contado, entonces se me ocurrió una gran idea. ¿Por qué no invito a Aarón a la fiesta?, ya lo sé suena tonto, pero esa puede ser una gran idea para averiguar que hay en ese sótano.
Bajando las escaleras y agarrando valor, salgo de la casa y me dirijo hacia mis vecinos, esto es una loca idea.
Ya llegando a la puerta, tocó el timbre y esperó… Pero nada. Entonces tocó la puerta y se abrió sola. La curiosidad me ganó y entró a la casa. Solo había silencio, tal vez no había nadie, era mi oportunidad de averiguar algo, caminando hacia la sala, era impresionante cuantas cosas tenían. En ese momento escucho un ruido que proviene de abajo, tenía que averiguar que hay, caminando hacia el ruido, oigo una voz que me dice:
-¿Hola? Oigo esa voz masculina, y en ese momento me doy la vuelta y tropecé con él.
Quedamos juntos de frente, nuestros rostros tan cerca que podía sentir su respiración, sus ojos azules, además podía oler su fragancia que hacía que me pusiera más nerviosa. Vestía unos jeas color negro, y una camiseta de color celeste, hacia combinación con esos ojos, y una chaqueta negra, que hacía que luciera muy atractivo.
Me alejé un poco de él, porque estábamos muy cerca y eso me ponía nerviosa, aunque lo disimulaba.
-¿Disculpa?, no quería entrar. La puerta estaba… Abierta. – le dije, volteando a ver hacia la puerta, pero la puerta estaba completamente cerrada.
Él solo voltea hacia la puerta, y me hizo una cara de no está abierta.
-¿Yo no veo una puerta abierta? – me dice con una sonrisa.
-Estaba abierta, me imagino que el aire la cerró. – le respondo.
-¿Necesitas algo? – Me pregunta acercándose a mí.
-Sí, ¿Está Aarón? – le pregunté, poniéndome más nerviosa, quería en ese momento salir corriendo.
-No, está mi hermanito le encanta ir de cacería. – me responde sonriendo.
-No sabía, que Aarón tenía un hermano. –le pregunté un poco sorprendida, no podía creer que Aarón tuviera hermanos.
-No le gusta presumir, ya sabes. – me respondió, acercándose a mí y quedando muy cerca.
Estábamos tan cerca, que podría decir que estaba a punto de desmayarme. Para ser sincera, él transmitía algo misterioso.
-¿Cómo te llamas? – le pregunté, alejándome de él otra vez.
-Me llamo Adrián Ferrer, mucho gusto. – me dice, estirando su mano.
-Catalina, mucho gusto. Le respondí con una sonrisa, respondiendo su saludo.
-Sí, ya lo sé. Aarón no para de hablar de ti. Me responde.
-¿En serio? – le respondí muy sorprendida.
Cuando él estaba a punto de responder, entra Aarón y nos interrumpe.
-¿Catalina?, ¿Qué haces aquí? – me dice, mirándome los ojos, todo serio y su tono de voz diferente.
Editado: 17.12.2022