Los Finales Felices No Existen.

Capítulo 3.

Así paso el mes con mi rutina de siempre. Me gradué y obvio que no fui al baile de graduación y dos días después cumplí los dieciocho años.

Tenía planeado que mi huida seria en dos días y seria todo por la noche ya que como salí de la escuela y no salía de mi casa no podía levantar sospechas y no tengo amigas para salir con las maletas y decir que voy a una pijamada. Claro esta ¿Cómo sacaría todo mi equipaje?, pues el primer día todo ocurrió así:

Ese primer día estaba muy feliz, llegue de la empresa y me dirigí a mi cuarto, me bañe y me cambie pero no me puse el pijama solo unos jeans y una blusa blanca. Me acosté y apague la luz, espere a que dieran las 1:00 a.m. para salir con todas las maletas con mucho cuidado baje una y luego la otra y salí sin prender ni una luz ni hacer el mínimo ruido.

Sali y cogí un autobús y fui a un hotel, entre y me dieron una habitación, la 127. Entre, coloqué mis maletas y luego me fui y volví a mi casa. Nadie se enteró de que me fui y de que volví.

Al otro día me la pase fuera de casa buscando hotel en el país al que iría. En eso me dio hambre y me comí una pizza personal, que no comía desde que murió papa y me supo a gloria.

Llego la noche y ya era la hora. Me fui a mi casa y preparé la mochila que me llevaría con todo lo que necesitara y me acosté a que llegara la hora de irme. Todo ocurriría así, a las 1:00 a.m. me iría con mi mochila directo al hotel y al día siguiente mi vuelo salía a primera hora a las 7:30 p.m. y tenía que descansar porque era un viaje largo.

Llego la hora…

Ya eran las 1:00 a.m. me levante, abrí la puerta muy despacio y salí de la casa dejando atrás toda mi vida de mierda y todo el dolor. Cogí un Uber para llegar más rápido y me dirigí al hotel de la noche pasada. Entre y me bañé me puse mi pijama y me acosté en la cómoda cama del hotel y con un solo pensamiento me dormí: hoy es el primer día del resto de mi vida.

(…)

Me desperté con el sonido de mi alarma 6:00 a.m. me levante y me bañe con agua fría para quitarme el sueño. Me puse cómoda con unos leggins y una blusa negra con la palabra dead en frente y no podían faltar mis tenis blancos y por último un pañuelo rosa con estrellas plateadas amarrado en mi mano derecha para tapar mis marcas, me peine y ya estoy lista. Vi la hora y marcaba 7:00 a.m. y llegaría al aeropuerto en diez minutos más diez minutos para desayunar algo allá y me quedarían diez minutos de sobra. Sali con mis maletas y mi mochila y a esperar al taxi que llamé minutos antes.

Llego el taxi y le indique a donde me lleve. Llegamos al aeropuerto le pagué al taxista, me dirigí hacia adentro y ya ahí a una pequeña cafetería, me senté y pedí una hamburguesa y un jugo de fresa.

Termine de comer y espere el vuelo.

Treinta minutos después ya me encontraba en el avión después de dejar el equipaje y hacer toda esa cosa del pasaporte y el boleto de avión.

Miraba por la ventana del avión desde mi asiento solo, en primera clase. Empezó a moverse el avión y en cuestiones de minutos ya estaba en el cielo, viendo esa ciudad a la que una vez llame hogar, donde pase los mejores momentos de mi vida junto a mi padre.

Ahora me encontraba en un avión, lejos de ahí. Yendo a…

París Francia.




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