Los Finales Felices No Existen.

Capítulo 6/ Ocho años despues...

Me despierto con la hermosa luz de mi apartamento (nótese el sarcasmo, se me olvido cerrar las cortinas)– en Nueva York–antes vivía en Paris pero cuando termine la universidad y me dieron trabajo después de un año me mandaron aquí a Nueva York y pues claro que no lo iba a rechazar –y por supuesto el molesto sonido de mi vendito despertador, bueno el quinto ya que he roto cuatro despertadores. No juzguen no me gustan las mañanas.

Me desperezo y me dispongo a alistarme para ir a mi trabajo y no llegar tarde.

Me levanto y voy al baño ahí me ducho me cepillo y listo, luego, voy a mi armario y me decido por un mono largo de color rosa palo y me hago una coleta con mi cabello largo porque me lo he dejado crecer, me doy unos toquecitos de maquillaje solo un poco y es por el trabajo porque yo no me maquillo, y por ultimo cojo mi bata de Cirujana con mi apellido –si, cambie mi carrera y me decidí ser cirujana, fue difícil pero lo logre– mi cartera y las llaves de mi BMW.

Mientras espero que el dichoso ascensor se disponga a llegar al último piso reviso mi celular. Siento que se ha parado el ascensor pero no es en el primero si no en el octavo piso aahh, yo vivo en el piso número veinte de un rascacielos hermoso aquí en Manhattan-Nueva York, al parecer alguien se va a subir, no veo quien es y sigo en mi teléfono luego siento como el elevador cobra vida y vuelve a bajar.

–Hola– dice la voz de una mujer y O. Por. Dios, no me lo creo esa voz yo la reconocería en cualquier lugar, por más que el tiempo pase.

–¿Karen Wood? –pregunto perpleja mientras subo la cabeza.

–¿Maya Blue?, es en serio ¿eres tú? –pregunta la chica a la que una vez de pequeña considere mi mejor amiga, después de apartarla por la muerte de mi padre.

–Si soy yo. ¡Oh por dios Karen cuanto tiempo!– digo mientras ella viene a mí y yo a ella y en medio camino, nos abrazamos.

–Pero maya y ¿qué haces aquí?

–Pues es una muy larga historia.

–Tenemos que ponernos al día amiga mía porque tengo mucho que no se de ti. Te e extrañado tanto.

–Yo mas no sabes cuánto. ¿Sabes qué?… intercambiamos números y nos juntamos después. Es que voy ahora mismo al trabajo.

 –¿En qué trabajas?

–Soy cirujana en el hospital Mount Sinai y ¿tú?

–Woow maya eres toda una profesional…

–Gracias.

–De nada. Yo por mi parte trabajo en mi sueño, tengo una tienda de ropa que yo diseñe, que salen en revistas y que salió el año pasado en la semana de la moda.

–Woow pero tú también cumpliste tu sueño al igual que yo– nos abrazamos otra vez e intercambiamos números.

–Bueno ya llego la hora de separarnos pero me llamas y agendamos una hora para quedar a comer. Una pregunta, ¿vives aquí o solo pasabas? –ella sonríe

–Vivo aquí –grito como una loca de emoción

–Eso es perfecto, bueno nos vemos Karen.

–Nos vemos Maya

Cuando me iba a ir Karen me llama y yo volteo

–¿Sabes una cosa maya? –pregunta y yo niego con la cabeza –nunca dejaste de ser mi mejor amiga.

Ay dios voy a llorar.

–Tu tampoco, y si supieras fuiste mi única mejor amiga y siempre lo serás.

Viene y me abraza.

–Te extrañé Lin, muchísimo no sabes lo triste que me puse cuando te alejaste.

–Lo sé y lo siento pero cuando nos veamos más tarde te cuento todo y el porqué.

–De acuerdo– extiende su mano y la pone entre las dos– mejores amigas Lin.

–Mejores amigas Kay– digo y le extiendo la mano, nos damos un último abrazo y nos despedimos.

Voy y busco mi auto y me dirijo al hospital.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.