CAPÍTULO 4: EL SILENCIO ENTRE LOS DOS
Desde aquella noche en el descampado, José María no volvió a hablar durante días.
Ni una palabra.
Ni una risa.
Solo miradas largas, intensas, clavadas en Esteban.
A los seis años, Esteban ya sabía disimular. Fingía normalidad delante de su madre, delante del padre —que últimamente pasaba más tiempo dormido que despierto—, delante de los vecinos. Pero con José María no podía. Él lo había visto.
Había visto a Tharion.
Una mañana, mientras los más chicos jugaban con tapitas en el piso, José María lo enfrentó en el patio. Nadie más los oía.
—¿Qué sos?
La voz de José María era baja, seca. No de enojo, sino de miedo.
Esteban bajó la vista.
—Soy tu hermano.
—No. Mi hermano no hace lo que vos hiciste esa noche. Mi hermano no brilla. No vuela. No... mata.
Hubo silencio.
Las palabras eran cuchillas. Verdades demasiado filosas para una edad tan corta.
Esteban respiró hondo.
—No fui yo. Es algo... que está en mí. Desde siempre. A veces lo escucho. A veces me habla. Otras, solo toma el control.
—¿Y por qué?
Esteban lo miró a los ojos por primera vez desde la noche del ataque.
—No lo sé. Pero siempre aparece cuando alguien está en peligro. Cuando alguien que amo tiene miedo.
José María no respondió. Se limitó a caminar hasta él. Se sentó a su lado y cruzó los brazos.
—¿Le contaste a mamá?
—No.
—¿Y vas a hacerlo?
Esteban negó.
—No me creería.
José María lo pensó unos segundos. Luego asintió.
—Yo te creo.
Esa frase pesó más que cualquier otra cosa dicha hasta ese momento. Era un pacto silencioso. No necesitaban apretón de manos ni juramento. Bastaba con estar ahí, uno junto al otro, con el miedo repartido entre dos.
Desde ese día, José María se convirtió en guardián del secreto.
Lo observaba dormir. Lo despertaba si notaba que respiraba agitado. Lo defendía cuando el padre levantaba la voz. Y, sobre todo, aprendió a mirar el mundo con otros ojos.
Porque entendía, aunque no lo dijera, que si Esteban llevaba un ángel dentro..., el infierno vendría por él tarde o temprano.
Y no pensaba dejarlo solo.