Interludios Divinos II

Khalid observo a su pequeña Riley desaparecer. Su sonrisa se desvaneció junto a ella. Fue entonces que Syren apareció atrás de él.
-Kai, tenemos reunión.- Dijo con voz dulce.
-Ya voy...- Respondió volviendo a su malhumor.
-¿Pudiste verla?- Pregunto curiosa.
Los demás dioses sabían sobre la relación que tenía Khalid con la niña, y aunque algunos no estaban del todo de acuerdo lo terminaron aceptando después de una discusión.
El dios del fuego asintió.
-¡Me alegro mucho por ti!- Exclamo contenta.
-Sí, sí, pero no hace falta tanto escándalo.- Respondió.
-Bueno... Lo que digas.- Respondió con una sonrisita.
Khalid se dio la vuelta y empezó a irse.
-¿No vienes?- Pregunto.
-Te sigo.- Respondió sonriente Syren.
Caminaron en silencio hasta la sala de reuniones donde los demás los esperaban para comenzar. Notaron que Khalid estaba más en calma que de costumbre, por lo que pudieron hacerse una idea del porqué. Decidieron aprovechar eso, y Lilith les lanzo una mirada que decía “no lo hagan enojar”. Aunque esa sea la diversión de ellos, más que nada de Evania y Metiory, aceptaron.
Lilith empezó a explicar las misiones que tendría cada pareja, mientras Khalid parecía hacerle caso nulo.
-Bien… Todos sabemos que han estado apareciendo pesadillas, y cada vez hay personas que están haciendo acciones en contra de las reglas.- Contextualizo.- Los Blaycks están volviendo…- Susurro apretando los labios.
El dios del fuego se disgustó. No amaba hablar sobre ellos, le recordaban a mil cosas, y ninguna era buena.
-Necesito que Khalid y Syren vayan a revisar el sello y vigilar la zona.- Dijo y dio más instrucciones que el dios del fuego decidió no escuchar, molesto.
-Yo no hare eso.- Se negó.
-Khalid, sabes bien que si les encargo esta misión es porque ustedes son los indicados para ella.- Aclaro Lilith.
-¿A mí qué? Pueden ir ustedes o los otros.- Se excusó.
-Nadie te está hablando mal, Khalid. Relájate.- Intervino Lukyan.
-Agh. Ustedes no lo entienden.- Se levantó.
-¿Qué no entendemos? A nosotros también nos preocupa y nos pone tan mal como a ti, eh.- Dijo Evania, algo enojada.
-¡Pues no pareciera! Yo no iré a ese lugar.- Puso sus manos en los bolsillos de su pantalón.
-Tienes que ir, Khalid. Yo sé que es difícil para ti, pero…-Hablo con voz dulce Lilith, intentando calmar la situación.
-Sí, sí. Tú lo sabes todo, pero después haces lo que te conviene.- Se fue, pateando la puerta, sin hacerle caso a quien le volviera a hablar.
La diosa de la oscuridad suspiro.
-Debería superarlo de una buena vez.- Dijo de malhumor Metiory.
-No solo eso. ¡Que entienda que a nosotros también nos duele!- Exclamo molesta Evania.
-Lo voy a traer.- Aviso enojado Lukyan.
Sin embargo Syren lo detuvo, lo que hizo que todos la miraran sorprendidos.
-No, quédense aquí.- Dijo, para después desaparecer.
Evania y Metiory se levantaron para irse con Lukyan a buscar a Khalid, pero Lilith los detuvo.
-No. Confíen en ella, debe tener una razón.- Hablo seria y firmemente, aunque por dentro estaba algo preocupada.