Syren se aproximó a la puerta del dios Khalid. Tomo aire, cerro su puño izquierdo y toco el acero que ardía con sus nudillos.
-¿Son idiotas? Les dije que no iré, y no pienso repetirlo.- Hablo bastante enojado.
La diosa del agua, con algo de dolor, volvió a tocar la puerta tan caliente con sus nudillos. Era normal que fuese así, pues cuando este se enojaba empezaba a hacer el ambiente más caluroso.
-¡Dejen de tocar! ¿Quién es que está molestando tanto?- Su voz demostraba enojo.
-Syren…-Dijo con voz un poco adolorida.
-¿Ah?- Se levantó y abrió la puerta, casi tirando a la diosa del agua encima de él.- ¿Qué haces? ¿Eres tonta?
-Kai…- Lo miro preocupada.
-Agh. No te hagas la pobrecita, no iré.- Miro a otro lado.
Syren no dijo más nada, simplemente abrazo a Khalid, quien quedo mudo y quieto. Se aferró a él con cariño, lo que para él fue un golpe de agua fría que le empezó a bajar la temperatura. Observo a la diosa del agua, yacía callada y con los ojos cerrados. Termino devolviéndole el abrazo, aunque no sabía muy bien cómo. No estaba acostumbrado y tampoco le gustaba mucho el contacto físico. Además de que solía lastimar a los demás cuando lo hacía.
Su temperatura siguió bajando más de lo normal por el abrazo, que lo hizo empezar a liberar parte de esos sentimientos que lo agobiaban con respecto a los Blaycks. Era raro, pues pensó que un tacto tan simple no podría hacer esas cosas que ni las palabras podían.
Khalid miro a Syren por unos instantes y se alejó. Era raro lo que sentía, también complejo. A lo que la diosa del agua, imaginándolo, solo le dedico una pequeña sonrisa.
-Deberíamos aprovechar que vamos a pasar por todo Tririe y comprar esas CarboNueces que tanto te gustan.- Dijo con dulzura.- ¡Oh! ¿Y me compraras esos granitos? ¡Son taaaan ricos!
-Bien, bien. Yo invitare.- Accedió al volver a su compostura, pero dedicándole una pequeña sonrisa.
Así entonces volvieron a la sala de reuniones. Syren miro a sus compañeros como si les dijera “quédense callados”. Lilith suspiro aliviada al ver a Khalid bien. Termino de explicarles su misión y estos se fueron.
En la salida de su hogar se transformaron en humanos y comenzaron a caminar hasta un helicóptero que los llevaría hasta Tririe.
-¿Listo?- Miro a Khalid.
-Ya.- Le respondió a Syren, dedicándole otra pequeña sonrisa y suspirando al ver a su costado.- Por ti…-Pensó, apareciendo el recuerdo de una persona en su cabeza.
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aventuras, dioses de los elementos, protagonistas adolescentes
Editado: 13.02.2025