12:03hs.
-¡GUAUUU! ¡Mira qué lindo, Jai!- Aclamo Jack mientras daba un par de vueltas alrededor de su hermana admirando todo.
-¡Tienes razón, Jacky! ¡La vista es muy linda!- Exclamo observando el cielo.
Nuestra protagonista visualizo un sitio y coloco una manta que habían llevado para acostarse a ver las estrellas en un lugar libre. Por suerte habían llegado bastante temprano, así que obtuvieron una buena locación.
-¡Ven, Jacky! ¡Siéntate aquí!- Elevo su tono ya sentada en la manta y dando pequeñas palmaditas al lado de ella.
Su hermano fue a “la velocidad de la luz” y se sentó a su lado.
-¿Y qué vamos a hacer? Yo quiero jugar.- Dijo.
-Vamos a admirar el cielo.- Contesto su hermana con una sonrisa.
Arriba estaba de un color celeste mezclado con azul, nubes muy blancas que parecían iguales, pero todas eran diferentes. Así como los humanos; algunas más livianas, otras más cargadas. El sol brillaba con intensidad.
-Pero… ¡Que aburrido, yo iré a jugar!- Exclamo y se levantó.
-¡Pero, Jack!....- Lo interrumpió su hermana, preocupada.- No conocemos bien este lugar y es muy amplio, no deberías jugar tan lejos… ¿Qué pasaría si te pierdes?
-¡Ay!... ¡No te preocupes, estaré bien!- Aseguro y se empezó a ir.
-Perdón, Jacky. Necesito que te quedes aquí.- Se disculpó, como si estuviera mal lo que hacía.
-Bien…- Acepto a regañadientes y se sentó nuevamente.
-Gracias.- Agradeció Jaidy con una sonrisa, aliviada.
-“Gracias” nada.- Le contesto algo molesto.
La protagonista de esta historia no dijo nada. No pensaba responderle. Pues sabía que así era su hermano menor, y por un lado lo comprendía. Estaba al tanto de que no era el mejor plan para el tan activo Jack Bythesea. Sin embargo, no es como si hubiese podido añadir algo más, pues las chicas llegaron corriendo tomadas de las manos.
-¡Jaidy, Jack! ¡Volvimos!- Exclamo la más pequeña.
-Oh… ¡Hola, Brid!- Saludo con una sonrisa nuestra protagonista.- ¡Hola, Riley!
-…Hola.- Saludo fríamente, pero lo hizo.
-¡Qué lindo lugar que escogieron, la vista es muy linda desde aquí!- Aclamo Bridget.
-Ah… ¡Tienes razón!- Respondió, un poco perdida.
-¿Está todo bien?- Pregunto la peli rosa al ver a Jaidy de aquel modo.
-Claro.- Afirmo rápidamente con una gran sonrisa en su rostro.- ¿Por qué no se sientan? Podemos compartir las formas de las nubes que veamos.- Las invito amablemente.
-¡Mhm!- Asintió y se sentó junto a Riley en la manta.
La pelirroja había quedado en una punta y Jaidy en otra, mientras los dos más chicos se encontraban en el medio.
-Ay…. Que linda vista…- Comento Bridget relajada y recostó su cabeza en el hombro de su guardaespaldas.
-¡Tienes razón!- Aclamo Jaidy nuevamente, como si no hubieran tenido esos mismos diálogos hacia un minuto.
-Concuerdo contigo, Brid… Bridget.- Se corrigió rápidamente.- ¿Y tú le das la razón a todo el mundo? ¿No tienes otra frase?- Pregunto irónicamente Riley.
-Amm…. ¿Pues si?...-Respondió en un murmuro.
-Que idiota…- La insulto.
-No seas así, Ray…- Susurro Bridget para su guardaespaldas.
-¡Mm!- Se quejó bajo, pero cuando su mejor amiga de la niñez le hablaba así le era complicado llevarle la contraria.
-Lo siento…- Se disculpó con un murmuro, sin que la pudieran escuchar.
Siempre solía darles la razón a todos si no deseaban aprender por ella. Era una forma de asegurarse de no discutir con nadie y vivir en paz esos momentos. ¿A ella en que la cambiaba? Solo daba su opinión si deseaban escucharla, sino se callaba. Aunque a veces le dolía en el pecho mantenerse en silencio. Sentía una gran ansia por largar todo su conocimiento, pero no podía ser así. Estaba mal. ¿No?
La protagonista de esta historia se recostó en la manta y observo el cielo, cuando entonces, una fuerte ventisca movió todo. A lo que por intuición, agarro fuertemente la muñeca de su hermano, más no se podía mover, y se sostuvo al suelo. Riley por instinto abrazo fuertemente a Bridget (sin lastimarla) protegiéndola con su cuerpo.
En cuestión de segundos la ventisca se detuvo tan de repente como apareció. La gente estaba muy confundida y más cuando escucharon una voz que resonaba fuerte, pero que aun así era muy tranquila, como si hablase suave.
-Queridos aventureros.- Comenzó.- Me presento, soy…. La diosa Evania.
Todos estaban sumamente sorprendidos. Sin embargo, solo se podía ver muy borrosamente la silueta de la diosa, como si estuviese entre muchísimas nubes oculta. Era notorio su ojo derecho que parecía gigante. Sin embargo, se podía sentir tan cerca que era increíble. Su aura majestuosa y poderosa se hacía notar. Aunque de una manera suave y delicada, pero con cierta potencia a su vez.
-He venido a dar un anuncio.- Explico.- Una pista, para que no os tardéis tanto, para que no tengáis que dar tantas vueltas como un tornado que quiere ir rápido revolviendo todo, sin darse cuenta que así va más lento que una brisa suave.- Empezó con sus metáforas.
La gente estaba súper emocionada, pero nadie gritaba o aclamaba, o grababa.
Pues se sabía bien que a los dioses había que respetarlos, y solo un grupo de personas eran elegidas para obtener una pista, no todos. Eso sí, las personas no sabían por qué, pero esto era porque los dioses aprendieron que antes de entregar un poder debían vigilar a las personas para mantener la paz, o asegurarse con mayor porcentaje de que no sería utilizado para el mal. Entonces, cada uno se encargaba de vigilar a varios inmensos grupos de aventureros y descartaban a los malos. Los que pasaban la primera prueba eran juntados en un mismo equipo y se les otorgaba una pista si les parecía correcto en el momento.
A parte, la diosa Evania era una súper calmada, y amaba la paz. Además de hacer todo lentamente, sin ningún apuro. Cuando la apuraban, o la gente hacia mucho ruido y se exaltaba ella se enfurecía. Ese bullicio la molestaba. Entonces, hasta hubo ocasiones en las que, uno; se retractó de dar la pista, y dos; mintió, llevando a la gente a la otra punta. Eso sí, había recibido unos grandes regaños de Lilith por ser tan llevadera.
Aun así, la gente estaba muy ansiosa por dentro, y la diosa del viento respiro hondo y formulo la pista. Se tomaba su tiempo para todo, sin hacerlo con mala intención, sin darse cuenta que para la gente tan emocionada esos segundos parecían eternos.
“¡¿Por qué no lo podía hacer antes?!” Se preguntaba ansiosa nuestra protagonista. Sin embargo, Evania anteriormente había meditado, intentando encontrar las palabras correctas.
-Si a los dioses queréis encontrar, vuestras acciones debéis controlar; y en el fondo de donde hay mucha vida, en un lugar muy hondo que por humanos no se habita, ahí tenéis que buscar, dentro de esta ciudad. Sin más, me retiro para dejarlos aventurarse. ¡Y suerte con encontrarnos!- Exclamo para con otra ventisca de viento desaparecer tan rápido y sin aviso como cuando apareció.
Entonces, un gran barullo exploto entre los presentes.
-Agh… ¿No podrán callarse un rato?- Pregunto irónicamente Riley tapándose con una mano un oído y con la otra, aun abrazando a Bridget.
-¡Es que!.... ¿No la has visto? ¡Era la diosa Evania!... O parte de ella…- Susurro para sus adentros la peli rosa, exaltada.
La más alta suspiro y soltó suavemente a Bridget.
-Guau…- Murmuro Jack sin palabras.
Sin embargo, a diferencia de su hermano menor, Jaidy tenía mucho por decir. O por preguntar, mejor dicho.
Sin embargo, no era el momento indicado como para seguir dudando sobre la realidad en la que vivía. Podría preguntárselo a si misma más tarde, cuando todos estén dormidos y ella se desvele nuevamente por las dudas que le carcomían la cabeza. Aunque le costaría un poco ignorar la curiosidad que recorría su cuerpo y a gritos pedía respuestas.
#4032 en Fantasía
#804 en Magia
aventuras, dioses de los elementos, protagonistas adolescentes
Editado: 07.09.2025