16:00hs.
Jaidy abrió los ojos, miro a su alrededor con gran confusión e intento moverse. No le fue posible. Se encontraba atada fuertemente con una cuerda gruesa color beige. Probo con mover las manos, y sintió sus muñecas rosar con las frías esposas metálicas, entonces observo con mayor detenimiento y, además de ver un cuarto oscuro con apenas rayos de sol que alumbraban, vio que estaban todos atados en sillas en una hilera. Bridget era la más cercana a la puerta que estaba a su izquierda, después le seguían Riley, ella, su hermano menor, Kapheira, y por ultimo Aaron.
-¿Dónde estamos? ¿Por qué tienen esposas policiales? ¿Qué piensan hacer con nosotros? ¿Cómo llegamos aquí?- Eran algunas de las preguntas que se hacía.
Giraba la cabeza todo lo que podía rápidamente para intentar ver con la poca luz que entraba desde una ventanilla en lo alto de la pared a su costado.
-Debes calmarte.- Susurro con molestia Riley.
La protagonista principal de esta historia volvió su mirada hacia la pelirroja, entrecerró sus ojos para intentar distinguir algo, y noto que parecía irritada por la situación. ¿Cómo le hacía para estar tan calmada? Se consultaba internamente Jaidy, sin encontrar respuesta alguna en esos cinco segundos que como mucho duraba un pensamiento cuando no era la noche y se hallaba sola, con la oscuridad y la luna como únicos testigos y cómplices del embrollo pensativo.
-¿Riley?
-No, tu hermana.- Respondió con sarcasmo, rodando los ojos.- Claro que sí, extra.
Jaidy se quedó un micro segundo en silencio, sin saber que contestar a esa sequedad, ¿Y si la hacía enojar más? Eso era lo último que quería en aquellos extraños momentos.
-¿Extraños? No, únicos.- Se corrigió fugazmente en su pensamiento.
-Mmm…- Murmuro la dormida peli rosa, ajena a su situación.
Riley apretó los puños al escucharla, rememorando todo lo sucedido hasta su presente. A la rubia le asombraba como el presente en cuestión de instantes se convertía en pasado. ¿Cómo lograr disfrutarlo completamente si cuando eres consciente de él es, recién, cuando ya paso? Intentaba prepararse mentalmente para poder sacarle hasta la última gota, y después de muchas reflexiones había caído en que, para hacerlo, debía ir con lentitud. Si no, ¿Cómo disfrutar cada letra, con cada sentido, que soltaba en sus pensamientos, de su boca imaginaria? “Uy, como olvidar a mi personita” pensaba al decir y escuchar la palabra, o una semejante a, imaginaria.
-Debemos salir.- Soltó la protagonista sin pensarlo mucho.
-Puf, ¡Pues claro! Dios, si no me decías no me daba cuenta, idiota.- Puso los ojos tan en blanco que Jaidy pensó que se le saldrían, luego recordó a los zombis, momias, y a eso le siguió una imagen mental de malvaviscos.
Riley se encontraba demasiado irritable por todo lo que aconteció tan de repente. Estaba muy enojada por haber bajado la guardia, sin esperárselo. En el fondo, se sentía culpable. Culpable de no haber podido defender a Bridget.
Era su único trabajo, y lo había hecho mal.
Otra vez.
-Perdón…- Tartamudeo la rubia.
-Agh, no me importa.- Resoplo.- Mejor has silencio y déjame crear un plan.
-¿Mmm? ¿Ray?...- Susurro medio dormida la mejor amiga de la infancia de la nombrada y comenzó suavemente a abrir los ojos.
La pelirroja se detuvo por un instante de maquinar para de reojo ver ese acontecimiento, como esos ojos grandes y verdes, tan brillosos, volvían a recaer sobre ella. ¿Era acaso merecedora, capaz de aguantar, esa mirada tan…? No logro completar la pregunta en su mente, porque su consciente se dio cuenta de lo “estúpido” que era.
-¿Dónde estamos?- Consulto al mirar a todos lados, y devolvió a la realidad a Riley.
-Parece ser un cuarto oscuro.- Objeto.
Bridget rio, tan suave y dulce como de costumbre. La peli rosa no entendía porque esa “broma” tan simple, si provenía de su mejor amiga de la infancia, le sacaba una risa. Llegaba a la conclusión de que se debía a justamente por el título que tenía su relación, pero en verdad, probablemente fuese porque sabía que era la única forma en la que Riley podía bromear con ella sin ser tan seria. Así lo hacía cuando era un momento difícil, y parecía que con eso ella también se calmaba.
-¿Necesita un chiste malo para estar mejor?- Se volvía a preguntar mentalmente como lo hizo un millón de veces al ver que los músculos de Riley se relajaban.
Sin embargo, puede que la razón no fuese el chiste, sino la consecuencia.
-Parece tan… Distinta.- Pensó Jaidy.- ¿Sera por la oscuridad? ¿Esta falta de luz también la abrigara y provocara que se sienta un poco más segura, ligera, para solo ser y nada más?
-Pareciera que estamos en…- Intento decir, pero fue interrumpida.
-¡¿Dónde estamos?!- Pregunto la exaltada de Kapheira al despertar.
-¡Shh!- Chitó la pelirroja.
-¡¿Shh, que?!
-Kapheira, cálmate.- Susurro con firmeza su mellizo, quien solo abrió un ojo como si todo ese tiempo hubiese estado despierto.
-¿Aaron? ¡Ay, dioses, menos mal que estas bien!- Exclamo.
-No levantes la voz.- Le repitió Aaron.
-¡Bueno, bueno!
-¿Acaso entiende lo que significa hacer silencio?- Se preguntó con molestia Riley.
Bridget rio un poco.
-Dejen de interrumpirme, o ya verán.
-¿Ya veremos? ¿Nos estas amenazando?- Interrogo la exasperada melliza.
-¿Qué piensas hacer? Te recuerdo que estamos atados.- Dijo con seriedad Aaron.
Jaidy lo observo un poco más detenidamente. Era un chico de perfil muy afinado, y muy serio, de pocas palabras. Sin embargo, no era como la seriedad seca de molestia que tenía Riley, era una que transmitía calma, raramente.
#4032 en Fantasía
#804 en Magia
aventuras, dioses de los elementos, protagonistas adolescentes
Editado: 07.09.2025