Los futuros dioses.

Capitulos perdidos: Seis meses antes.

04/07/2024 22:05hs.

Jaidy se encontraba acostada en su saco de dormir, rememorando todo lo que había pasado luego de haber podido escapar de aquella mansión y el grupo de mafiosos.

En su presente, justo se cumplían seis meses desde ese acontecimiento tan escalofriante y lleno de adrenalina. Luego de él, Kapheira y Aaron decidieron unirse a la travesía que tenía nuestra protagonista con las chicas y su hermano menor. Gracias a ello, pudieron avanzar más rápido con la pista que les había otorgado la diosa del viento.

Pasaron desde el pueblo Whirdale, a recorrer dos más que también quedaban en la isla Jembyreko, de la diosa de la oscuridad. Allí, aprovecharon para hacer misiones y ganar más dinero, pues se les había aparecido a ellos y otros grupos de aventureros Lilith, como una enorme sombra, con otra pista:

“La oscuridad siempre viene acompañada de una brisa, es su complemento, es su acompañante, no hay noche sin viento. Por allí donde todo corre, es su próximo destino, queridos aventureros.”

Así que rápidamente, los mellizos supusieron que hablaba de la isla Nagkagin, de la diosa del viento. La reconocieron tan fácilmente porque allí, en el pueblo Pandigo, vivieron toda su vida junto a sus padres. Por eso, decidieron que, al ir para allá, los visitarían. Aunque a Riley no le apetecía mucho, pero termino aceptando por su mejor amiga y para observar cómo era el ámbito familiar de los “dos extraños molestos” que la seguían a ella y Bridget a todas partes.

Cuando llegaron, los recibieron en la entrada Hannah Sharma y Kaito Smirnov. Fueron súper gentiles con los compañeros de viaje de sus hijos y hasta les dejaron quedarse a dormir en su casa mientras estuviesen en el pueblo. Esta era de un color crema, con unas tonalidades amarillentas, de dos pisos, el techo rojo desgastado, y una escalera para subir al porche. Las casas por allí, eran muy altas para la costumbre de Jaidy.

Por dentro tenían muebles bastante modernos, pero no le quitaba lo acogedor. Los mellizos tenían habitaciones separadas, y después de otra pelea entre ellos, se acomodaron juntos para dejar la de Kapheira e invitados libres. Riley y Bridget se quedaron con la última nombrada, pues la pelirroja había dicho que no pensaba dormir en una cama ajena con propietario designado.

Para Jaidy había sido una experiencia muy linda. Le gusto conocer a los padres de sus nuevos amigos y observar cómo se relacionaban. Kaito era muy calmado, pero gracioso, y Hannah era muy amable, pero intensa. Nuestra protagonista reflexiono mucho como, aunque las personalidades son muy distintas, la relación podía funcionar de igual manera.

-Disculpe, señora Hannah. ¿Por qué esta con el señor Kaito? - Se atrevió a preguntar un día.

- ¿Mm? ¿De qué hablas, Jai? - Le devolvió la consulta.

-Hablo de que, ustedes dos son muy distintos, ¿Verdad?

-Oh, pues creo que sí. - Rio un poco. - ¡No sabes lo desordenado que es! A veces me deja los pelos de punta.

- ¿Cree?

-Sí, creo. Nunca me he fijado muy bien en nuestras diferencias.

- ¿Por qué? - Indago, la curiosidad ganándole a su vergüenza.

-Porque, ¿Qué sentido tiene fijarse en que tan diferente eres? ¿Acaso no somos dos personas de igual manera?

-Mmm… Si, lo son…

- ¡Entonces tenemos más que algo en común! - Exclamo. - Además, Jai, lo que yo no tengo, el sí. Y así, al revés.

-Se complementan…

- ¡Exacto, ya lo vas entendiendo!

-Cariño, no grites tanto. - Pidió su esposo cuando apareció de repente.

Entonces, desde aquel día, Jaidy venia reflexionando mucho respecto a las diferencias. Amaba aprender cosas nuevas, aun cuando eso significaba resolver una duda y que aparezcan cinco más. Era creyente de que la curiosidad la mantenía viva. ¿Sino, por que le recorrería todo el cuerpo todo el tiempo?

Luego de la visita a los padres de los chicos, y no haber encontrado nada, decidieron recorrer otros pueblos cercanos, y en uno, se encontraron con un tour que daban para los visitantes por una mina con cristales preciosos.

- ¿Podemos ir? ¿Podemos ir? - Pregunto emocionada, Bridget en su momento.

- ¡Mira, Rosecita! Aquí dice que si pagas dos monedas de plata también puedes extraer tú mismo uno de los minerales brillantes para llevártelo, ¡Y con él pueden hacerte una pulsera, collar o tobillera! - Exclamo el hermano de Jaidy.

La protagonista principal sabía que, con eso, Jack quería que se lo pague. Le sonrió y saco su monedero para ver si podía hacerlo.

- ¿Y, que dices? - Consulto, desesperado.

Su hermana era consciente de que no debería aceptar, pero no podía negarle esa experiencia única con la emoción contagiosa que emanaba.

-Si vamos, lo hare. - Le aclaro, sonriente. Pues todos aún no habían aceptado.

- ¡Por mi está bien! - Afirmo Kapheira.

Su mellizo solo asintió.

-Agh. Ya que…- Se quejó Riley.

- ¡YUPIII! ¿Y también me compraras lo que dijo Jack?

-Ni siquiera sabes que dijo, ¿no?

-Am… ¡No, pero se escuchaba divertido!

Los demás rieron, menos la pelirroja.

-No.

- ¿Eh? ¿Por qué no?

-Porque no.

- ¡” Porque no” no es una respuesta!

-No me importa.

- ¿Solo sabes decir no?

-No.

Bridget estaba por hacer berrinche, cuando Kapheira hablo.

-Vamos, chica, solo son dos monedas de plata. Nosotros también compraremos la experiencia.

-He dicho que no.

- ¡Pero, Ray, Riley! ¿No has escuchado lo que dijo Kaphie? - Reclamo la peli rosa, con los ojos cristalizados.

-No me importa.

-No le importa nada. - Pensó Aaron.




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