Los gemelos Alfa

Capitulo 11

Narra Wyatt 

Me levanto y me dirijo al baño para ducharme, pero no sale agua, revisó los demás grifos y nada. Tantos seres acuáticos y no hay agua. Tendré que hacer venir a alguien de mantenimiento. 

Salgo del baño y veo a Melia con una sonrisa 

- Venga vamos a nuestras clases - me dice 

- Después pediré que vengan a revisar los grifos, no sale agua - le digo y ella se tapa la boca 

- Vaya... Eso esta fatal - dice, creo que intenta reír - venga vamos 

Salimos de la habitación y nos dirigimos hacia nuestra primera clase 

- Por cierto Wyatt, tengo una idea para que te puedas duchar - me dice 

- ¿Cuál? - le pregunto 

De la nada encima de mi aparece mucha agua y cae sobre mi. Melia se ríe fuerte.

- ¿Fuiste tú quien hizo que no funcionarán los grifos? - le pregunto muy molesto y ella se ríe más fuerte. Sólo ha pasado un día, señor dame paciencia, porque yo ya no tengo 

- Mira por el lado positivo - me dice riendo 

- No hay lado positivo, voy a cambiarme y regreso en un momento, aún tengo tiempo antes de que empiece la clase 

Salgo corriendo, entro a la habitación y me cambio super rápido, salgo y me dirijo hacia la clase, justo a tiempo. Melia está esperando para entrar. Ella entra y yo detrás, pero antes de pisar la clase me cae encima más agua. Melia se gira y se ríe de mi. 

- Antes no me dejaste terminar, te estoy haciendo un favor - me dice riendo - ahora ya pareces un ser acuático. 

La fulmino con la mirada, es la segunda vez que me lo hace. Tendré que hablar con Talos para que me cambié de habitación. Entra el profesor y me mira, niega con la cabeza 

- Wyatt, no eres un acuático, no tienes porqué venir a clase empapado de agua - me dice el profesor 

Melia se ríe por el comentario del profesor 

- Melia... Debí suponer que esto era obra tuya - dice el profesor - sentaos para que pueda dar inicio a la clase  

Me siento al lado de Melia, es el único lugar disponible. Después de clase me levanto y me voy a la siguiente clase, intentaré evitar a las ondinas. Unas ninfas se acercan a Melia 

- Melia, eres lo peor, deja de hacer el pallasso, a nadie le gusta - le dicen en desaprobación 

- No sabéis divertiros - le dice Melia negando 

Una ninfa se acerca a mi y me mira 

- Lobo, eres una criatura muy sádica, preferimos no estar a tu lado - me dice una ninfa - nosotras queremos la paz entre todos los seres vivos, queremos el amor, y desaprobamos la guerra. Y tu llevas guerra en tus venas 

- No todos los seres piensan como vosotras, para tener paz a veces es necesario la guerra - les digo molesto 

- Tu tono es amenazante, no nos gusta - dice otra ninfa 

- Vámonos ninfas, llevan mucha carga negativa - dice otra ninfa 

Las gruño y ellas se van asustadas. 

- Eso fue genial, tu gruñido las asusto, vuelve a hacerlo, así lo grabo y lo pongo en reproducir cada vez que vengan - dice Melia 

Después de las clases tenemos un rato libre, Melia me lleva a la playa. 

- No quiero ir a la playa - le digo 

- ¿Porque? - me dice con ojos de suplica 

- Porque no quiero que hagas olas y las corrientes marinas me lleven dentro del mar, para luego ser devorado por un leviatán - le digo molesto 

- Eso sería divertido - me dice riendo - pero las ondinas no tenemos poder sobre el mar, solo en aguas dulces. Las ninfas si pueden hacer lo que has dicho 

- ¿Segura? - y ella asiente, quizá sea el único sitio dónde no me pueda echar agua encima 

Así que vamos hacia la playa, me tumbo en la arena. 

- Me gustaría ver a tu lobo - me dice 

- No 

- No seas así de infeliz, solo me lo muestras y ya - me suplica Melia 

Supongo que no nos hará daño, así que me transformo en lobo. Ella me mira con asombro y maravillada 

- Nunca vi un lobo tan bonito y grande, quiero hacer una prueba contigo - me dice y me da una sonrisa ladeada 

Esto no me gusta, noto que todo mi cuerpo se humedece, y a consecuencia mi pelo queda encrespado. 

- Ahora pareces un lobo afro - y empieza a reír 

La gruño por ser tan infantil, Lykaios está muy enojado y toma el control, le muestra los dientes y salta encima de ella, dejándola aprisionada, pero ella sigue riendo más, no puede parar de reír. Quiero matarla, pero debo controlar mi ira si quiero salir de aquí. Así que me alejo corriendo. Regreso a mi forma humana y me voy a la habitación. Dos semanas así y uno de los dos va a morir. Ya no sé que hacer para tranquilizarme. 

Melia llega al cabo de un rato y me pide disculpas entre risas. Nos quedamos en la habitación, es hora de ir a dormir. 

A la mañana siguiente llaman a la puerta, así que Melia abre y vemos a tres ninfas que entran. 

- Venimos en son de paz, queremos ofreceros un regalo, para que veas lo mucho que nos importas aunque tu pensamiento sea diferente - me dice una ninfa 

Vaya, que amables son éstas ninfas, serán muy hippies, pero tienen buenas intenciones, quizás con ellas si pueda llegar a tranquilizarme y no matar a Melia. Les agradezco su detalle, abro la caja y dentro hay un pastel, ellas me indican que lo coma, así que cojo un pedazo grande de pastel. 

- Yo también quiero, no vayas a comértelo tu solo - me dice Melia 

Así que empezamos a comer, les ofrezco a las ninfas y ellas niegan, dicen que es para nosotros, actitud rara.  

Empiezo a reír, ¿que me ocurre? Todo se ve diferente. 

- Que lleva este pastel - les pregunto sonriendo - me hace sentir... ¿Como decirlo? 

- Si, a mi también me hace sentir diferente, es como si todo fuera de color rosa - dice Melia 

Las ninfas sonríen 

- Ya les está haciendo efecto - dice una ninfa 

- Si, el aire ya es mas positivo, así es como os queremos - dice otra ninfa  

- Son unas algas parecidas a la maría, pero más fuerte para los sobrenaturales, nosotras le decimos algas de la sonrisa. 




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