Los gemelos del millonario

Capítulo 10: Débil

Owen

Volver a tocarla hace que sienta una descarga por todo mi cuerpo, mis ojos quedan fijos en los suyos, podría decir que sigue igual, pero no es así, ya no es la chica inocente que conocí, ahora veo maldad en sus ojos y físicamente la encuentro mucho más hermosa y atractiva, lo peor de todo es que parece estar bien, ser feliz, estos años mi vida ha sido un infierno pensando en ella, me he refugiado en el alcohol, he dejado de cuidar de mí, pero ella parece estar bien y solo deseo ver un poco de amor hacia mí en sus ojos, por más que busco no veo eso, ni siquiera veo desprecio, es como si ya no sintiera nada, Serena lentamente se aleja de mi agarre sin dejar de mirar mis ojos.

—Ten cuidado con lo que haces Owen —pronuncia con calma

—Debemos hablar

—Hablaremos de trabajo mañana, hoy solo vine a

—Sabes que no quiero hablar de trabajo —mascullo acercándome a ella —te fuiste Serena, abortaste y te fuiste, tomaste el dinero de mi madre y ahora años después apareces aquí diciendo ser la viuda de mi padre, diciendo que todo te pertenece, no entiendo nada —ella ríe

—¿Te dijo tu madre que tomé el dinero? —la miro confundido —por Dios Owen, ahora suenas hasta más estúpido de lo que ya sabía que eras.

—¿De qué hablas? Serena

—Me dijiste que abortara, por qué reclamas ahora el pasado si tú pediste verme lejos —aprieto mis puños

—Mi madre me engañó Serena, me hizo creer que solo buscabas dinero, que estabas con otros hombres —ella sonríe triste

—¿Sabes por qué pasó? —se acerca un poco más a mi volviéndome loco con su perfume —porque eres débil Owen, un poco hombre que siempre vivió haciendo lo que su mamá quería, incluso mira, tu padre murió y ni siquiera pudiste verle muerto —sus palabras me dañan demasiado y ella se aleja —tendrás que vivir con ello toda tu vida por tu cobardía y ahora solo te queda ir a una tumba en donde no puedes verle y él no puede escucharte —bufa —soy ahora la dueña de este lugar, tu jefa, trátame como tal y evita hablar del pasado, este solo te hace ver ridículo, te hace ver cómo un niño sin voluntad propia que solo es manipulado por su madre —Serena se aleja de mí y la veo caminar hacia el ascensor, paso las manos por mi rostro deseando haber sido diferente, ya es demasiado tarde.

—Owen —miro a mi madre cuando habla —esa mujer

—Te lo dije madre, todos tenemos lo que merecemos —miro a mis hermanos, luego a ella y bufo alejándome de ellos, los cuales dudo que puedan volver a poner un pie en este lugar y es que Serena no solo está aquí para trabajar, busca venganza, se nota en su mirada, en su forma de hablar.

Entro a mi oficina y pateo la silla con fuerza, tengo tantas cosas que preguntarle, pero ella simplemente me dejó con la palabra en la boca y ni siquiera sé en que parte del edificio está ahora, busco mi lapto y comienzo a buscar las cámaras del edificio que están por todos lados, solo que no me deja ver las grabaciones, maldigo en voz alta, perfecto, me han quitado el acceso. Salgo de mi oficina mirando mi teléfono sin saber cómo es que ella ahora está aquí, ¿casada con mi padre? Tiene que ser una broma ¿y cómo se conocieron? Doblo por un pasillo, pero me detengo al ver a unos metros a un niño pequeño jugando con un auto, frunzo el ceño, ¿qué hace un niño aquí? Alguien me saluda a mi espalda y miro a mi empleado sonriendo, cuando vuelvo la vista al pasillo el niño ya no está aquí, niego con la cabeza y retrocedo en mis pasos sabiendo que he dejado algo importante en mi oficina, abro la puerta de esta y me quedo petrificado mirando al pequeño de antes que ahora está sobre mi escritorio y cuando me mira sonríe, siento que pierdo el color de mi rostro y salgo rápido de mi oficina, corriendo y con el corazón a mil entro en la oficina de mi amigo que me mira con una ceja alzada.

—Estás pálido —dice riendo

—Acabo de ver un fantasma —me mira como si estuviese loco —un niño pequeño, me persigue a todos lados —susurro sintiendo un escalofrío.

—Owen —Michael suspira —los fantasmas no existen —me habla como si fuera un niño

—Le vi, dos veces —él bufa

—¿Ya tuviste la reunión con la nueva dueña? Dime, ¿cómo es la vieja de la que tu padre se enamoró? —me pierdo en sus ojos mientras él espera

—No es una vieja —alza una ceja —es joven y es Serena

—¿Serena? —asiento —¿tu Serena?

—Ya no es mía

—Debes explicarme eso —él se pone de pie —joder debí estar en esa sala —ríe

—Mejor que no, te hubiera despedido —mi amigo me mira incrédulo

—Dijiste que me ibas a traer los diseños —asiento, claro, eso fui a buscar a mi oficina

—Estaba el fantasma ahí

—Owen deja de hablar tonterías, Serena te está volviendo loco, ¿en serio la viuda de tu padre? Esa chica

—Ni lo digas —bramo viendo la cara de asco que tiene y salgo de su oficina, fuera, en el pasillo vuelvo a ver al pequeño y siento que toda mi piel se eriza, me acerco a él con cuidado

—Oye —le hablo, pero ni me mira —niño —él levanta la mirada —¿quién demonios eres? —se encoge de hombros —deja de perseguirme —le señalo y ríe —maldito fantasma —bufo

—¡Hey tú! —escucho que me llaman a mi espalda y volteo, trago en seco al ver al pequeño de pie con los brazos cruzados ahí, me giro rápido viendo que ya no está con quien hablaba y luego volteo nuevamente y ya no hay nadie, ¿qué demonios? Me estoy volviendo loco.

Soy rápido en salir de la empresa y subo a mi auto, por qué ver a ese niño? No entiendo nada, conduzco como loco y detengo el auto en un bar, entro a este necesitando beber algo y pido lo primero que viene a mi mente, tomo la botella y me sirvo un trago pensando en mi padre y Serena, hay tanta preguntas y dudas que rondan en mi cabeza, tantos años y ella aparece así de la nada, obtenemos lo que merecemos, eso le dije a mi madre, pero no merezco que mi padre se halla casado con la única mujer que he amado en toda mi vida aunque nunca supe valorarla, los minutos pasan, luego las horas, la bebida en la botella acaba y no doy respuesta a ninguna de mis preguntas, salgo de ese bar viendo algo borroso y subo a mi auto, comienzo a conducir y las lágrimas se juntan en mis ojos haciéndome ver todo mucho más borroso, intento frenar cuando veo el auto frente a mí, pero lo que hago es dar un volantazo que me hace salir de la calle y chocar contra un árbol, luego todo se vuelve oscuridad.




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