Los gemelos traviesos y su papa

Глава 23

VERÓNIKA

El bullicio de la sala se apaga cuando Miroshnyk aparece en una pequeña tarima improvisada. Comienza su discurso hablando de logros, felicita al equipo y promete bonificaciones. Luego, tras lanzarme una mirada rápida, se dirige al público.

— Pero eso no es todo... Hoy tenemos una nueva incorporación. A partir de ahora, trabajará con nosotros de forma permanente una traductora. Les pido que la reciban con cariño y respeto — Verónika Sergíievna — dice, señalándome con la mano para presentarme.

Me paralizo por completo, pero me levanto con inseguridad. La sala estalla en aplausos, y justo cuando estos se apagan y me dispongo a sentarme, escucho una voz:

— Dmitri Oleksándrovich, ¿para qué necesitamos una traductora fija? Antes nos las arreglábamos bastante bien sin una.

Dirijo la mirada hacia donde viene la voz. Una morena alta, vestida de forma exageradamente elegante, me observa con evidente desagrado.

— Evelina Lúkivna, es por comodidad y eficiencia — explica Miroshnyk. — Ya sabe usted lo difícil que es encontrar un buen traductor, especialmente del chino.

— ¿Del chino? — la morena me mira con superioridad, cruzando los brazos con arrogancia. — ¿Y eso significa que es buena traductora? Porque a mí me parece cualquier cosa — suelta con desprecio, lanzándome una mirada cargada de insinuaciones.

— Evelina Lúkivna, ¿conoce usted personalmente a Verónika Sergíievna? — pregunta Miroshnyk con frialdad.

— No — responde ella, con un gesto desdeñoso. — Pero se nota a leguas que esta niñata no tiene ni idea de traducción. De conocimientos — cero.

Me siento fatal. Nunca me habían humillado así.

Vaya bienvenida al nuevo equipo... La sala se queda en silencio. Pero al segundo, el rugido de Miroshnyk la rompe.

— Evelina Lúkivna, discúlpese con Verónika Sergíievna inmediatamente y salga del salón de conferencias.

— Dmitri Oleksándrovich, yo soy la encargada de personal y sé perfectamente quién es quién aquí — replica ella con fastidio y frialdad. — ¿De dónde sacó experiencia esta chiquilla? Si todavía está verde, seguro que no sabe ni lo básico del chino. Ha venido a distraer a los hombres, nada más...

— Evelina Lúkivna, ¡mídase con las palabras...!

Ruge Miroshnyk, pero yo ya no escucho más. Harta de esa falta de respeto, me dirijo molesta hacia la salida. Yo no pienso trabajar en este nido de serpientes. Escucho que mi supuesto jefe me llama por detrás, pero me da igual. Yo no me apunté para tolerar semejante grosería. Para mí, la paz mental vale mucho más que cualquier salario.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.