Los Giordano

Capítulo II: Enrico Giordano: 1) Stella Rossi.

Stella

Mi primer día de clases tenía que ser un día muy especial. Así que, me puse un crop top escocés azul con un cierre en el centro, unos pantalones grises altos con cierre a los lados de las caderas. Llegaba hasta las pantorrillas. Con unas zapatillas negras y por último mi bolso Michael Kors blanco y negro. No me maquillé porque admito que me dio flojera, fui al natural. Mi cabello suelto.

Al instante de poner un pie en el instituto. Las personas comenzaron a mirarme y a cuchichear. Prácticamente sentía todos esos ojos sobre mi. Tragué saliva y tuve que seguir caminando. Tomé la mano de Larissa con fuerza.

-Esto no me gusta mucho-. Susurré.

-Es que ayer desafiaste al mayor de los Giordano-. Dijo.- Ellos manda aquí.

Los gorilas son los jefes del instituto. ¿Qué mierda?

-Bueno, eso me dio un Rolex y un IPhone nuevo-. Me regodeé en mi victoria.

-Sin mencionar los billetes.

Solté una carcajada. Llegamos hasta el salón y Larissa tenía otra clase y se tuvo que ir.

Yo veía a un grupo cerca de la puerta del salón. Le resté importancia.

De pronto, ese grupito fijó sus ojos en mi, era como si hubiesen visto al mismo diablo. Murmuraban y me imaginé que decían cosas sobre mi por retar al Dios Enrico Giordano.

 

Tomé asiento en el comedor del instituto. Estaba solamente con Larissa, en unas mesas solas. De pronto, Fran y Laura se sentaron con nosotras.

d-¿Cómo es que estás normal cuando la gente te mira como una desequilibrada suicida?-. Preguntó Fran, acomodándose a mi lado.

Me encogí de hombros mientras le daba un sorbo a mi bebida.

-No lo sé-. Respondí.

-Sí, ahora eres el centro de atracción de Santa Dorotea-. Dijo Laura.

-Ya, claro.

Después de la comida fui a la última de clase. Todo el día fue así: la gente me miraba y decían cosas. En el momento de escoger una asiento, al parecer, todos no querían que yo me sentara a su lado. Todos me evitaban, claro, si reté al jefe de este maldito instituto.

La última clase del día era de literatura. Entré y vi los enormes ventanales que daban un hermoso paisaje del campus. Me senté en la penúltimo sitio. Todos los estudiantes comenzaron a llegar. Justo en ese momento llegó la profesora.

-Buenos días-. Su voz era cálida y agradable.- Bienvenidos a clase de literatura, comenzaremos haciendo parejas para observar las diferentes opiniones sobre sus gustos de la literatura, ¿de acuerdo? Ahora todos formen parejas.

Todos buscaron su pareja mientras yo miraba alrededor para ver si alguien quería forma equipo. Nadie hizo equipo conmigo. Así que, quedé sola. Parecía esos niños nerds que suelen ser rechazados por todos. Suspiré, bueno voy yo sola. Saqué mi cuaderno y no tenía a nadie a mi lado.

-Buenos días, señorita Costa-. Dijo una voz gruesa.- ¿Puedo pasar?

Vi de quien se trataba y era Pietro Giordano. Tenía una camisa con mangas negra y unos pantalones oscuros. El cabello recogido y unos mechones que le caían en el rostro. Podía notar que es algo distante, misterioso y algo reservado.

-Señor Giordano, espero que no se le haga costumbre llegar tarde-. La profesora se dirigió a Pietro.- Ya formamos grupos de...

-¡Puedes estar conmigo!-. Interrumpió una chica rubia.

-¡O conmigo!-. Otra chica de cabello negro.

Sus parejas miraron a las chicas que querían estar con Pietro, sus miradas era como: "¿Qué haces? ¿Qué acaso me vas a dejar?". Se me dibujó una sonrisa algo burlona.

-No, no-. Negó con la cabeza la profesora.- Pietro, siéntese con la señorita Rossi que fue la única que se quedó sin pareja-. Hubo una tensión en el ambiente. Las chicas no les agradó. Todos querían ver mi reacción, pero mediante de que Pietro se acercaba al asiento vacío que estaba a mi lado, la tensión se hacía más y más grande. Llegó y se sentó a mi lado. Dejó caer su bolso y apoyó sus brazos y se limitó al mirar hacia el frente. Un olor a Pacco Rabanne penetró mis fosas nasales.- Quiero que le pregunten a sus compañeros sus gustos literarios. Cuando terminen cada uno escogerá un libro que le guste al otro.

De por si era incomodo tener la vista de todos por haber vencido a Godzilla de los Giordano, y ahora tengo al King Kong a mi lado, ahora me verán más que antes.

Crónicas de una muerte anunciada-. Dijo Pietro de golpe, sin siquiera mirarme.

Lo que dijo me había dejado impresionada. Adoro ese libro. Hice una lista y coloqué Pietro y Stella separados con una línea vertical. Anoté esa misma novela en ambos lados.

-¿Por qué te gusta?-. Pregunté.

Pietro se tomó unos pocos segundos. Un momento pensé que me ignoraría, se encogió de hombros.

-Porque la religión y las creencias de los personajes se presenta como una mezcla de fetichismo, superstición, credulidad y simplismo-. Respondió con una indiferencia. Pero su opinión me dejó algo perpleja ya que yo opinaba lo mismo.



#11792 en Joven Adulto

En el texto hay: competencia, poder, hermanos

Editado: 16.02.2019

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