Sed de sangre
En lo más profundo del bosque, una joven corría lo más rápido que sus débiles piernas le permitían. Huyendo de las personas que querían devolverla a donde había sido su cárcel desde que tenía memoria. Su cabello negro se ondeaba en una batalla con el viento, mientras que sus ojos nerviosos miraban a todos lados intentando saber si ya estaba lo suficientemente lejos de ellos.
Se detuvo unos minutos para recuperar la respiración sosteniéndose de un árbol. Su mirada, después de volver a observar al bosque desolado, se dedicó a mirar detenidamente todo lo que la rodeaba. Sus ojos adquirieron esa luz que creía perdida, al poder respirar por primera vez con libertad. Sintió una extraña felicidad al poder tocar con sus pies descalzos, el pasto que cubría al suelo, al sentir el leve viento rosando su rostro como una caricia y más allá arriba, el cielo iluminado por millones de estrellas fue lo que la dejo asombrada, olvidando por leves minutos el dolor que cargaba en su corazón.
Estaba tan emocionada que cometió el error de olvidarse de todo lo que la rodeaba y para cuando pudo darse cuenta ya estaba rodeaba de más de 50 guerreros listos para regresarla a donde pertenecía.
- acaso creía que podría escaparse de nosotros, simple ratón de laboratorio
De entre todos ellos hablo un hombre de más de 40 años que parecía ser el líder por la postura de respeto de todos sus hombres le tenían hacia su persona. Sus armas la apuntaban fijamente sin vacilar, esperando la orden de iniciar una lluvia de balas. Sus trajes eran del color negro combinado con detalles blancos que caracterizaban a todos los guardias de aquel lugar.
El cuerpo de aquella chica lentamente fue retrocediendo hasta que su espalda se topó con un árbol y nerviosa miraba a todos lados intentando hallar alguna manera de escapar.
- no se preocupe que muy pronto va a volver a estar en donde pertenece y jamás debió haber salir
Y con esas palabras hizo una señal a sus hombres para luego iniciar una lluvia de balas dirigidas hacia ella.
Intento moverse intentando esquivar la mayor cantidad de balas, pero sus movimientos eran vagos por la falta de energía, ocasionando que su cuerpo recibiera el impacto de muchas de estas. Sus ojos después de mucho tiempo estaban llorando de impotencia por haber estado tan cerca de su tan anhelada libertad que ahora era arrebatada. No se sabía cuantas balas penetraron su piel, causando que de sus heridas la sangre comenzara a brotar en grandes cantidades. Sin tener más energías para mantenerse en pie, sus piernas fallaron haciendo que su frágil cuerpo recibiera el impacto del suelo.
Los disparos cesaron el ver que la joven ya no tenía energías para mantenerse en pie. Ella sentía cómo todo pasaba a cámara lenta, su piel ardía como una hoguera imposible de apagar, sus ojos estaban perdidos en el recuerdo atormentado que le trajo el dolor . Ese brillo que, por unos minutos, le habían regresado a la vida se había esfumado sin dejar rastro alguno de esa niña que anhelaba su libertad. Había perdido la esperanza y las ganas de vivir
Pero entre tanta oscuridad, logro escuchar una voz que con cada segundo fue tomando fuerza, atormentando sus pensamientos, logrando hacer surgir en ella una llama de venganza, de deseo, de ver cómo sus cuerpos eran bañados por su sangre, mientras que en sus ojos se apagaba el brillo de la vida que se le había sido arrebatado a ella.
- yo puedo ayudarte a cumplir tus más oscuros deseos - su voz era como un susurro en el oído, bajo, pero fuerte, haciendo irresistible su propuesta - solo tienes que cederme el control... y el dolor se irá
Cerrando sus ojos, aquella joven ya no tenía ganas de seguir luchando, por lo que había aceptado aquella extraña propuesta, queriendo descansar de todo lo que le había tocado sufrir. En los primeros segundos, no hubo ningún cambio, pero después, se puedo notar como la sangre que salía de las heridas de balas, fue disminuyendo hasta que la última gota cayó. Asombrosamente, las balas salieron de ella como si una fuerza las expulsara, a la vez que las heridas se regeneraba en segundos sin dejar rastro de esta. Su cuerpo se estaba recuperando, tomando más fuerza sin tener ninguno límite. Ella no supo qué pasaba, pero ya no había vuelta atrás, había dejado libre a la bestia para que tomara venganza.
Su respiración volvió a tomar fuerza a la vez que una extraña sed surgió en ella, sentía cómo su garganta ardía en llamas exigiendo algo que la consumiera.
Los hombres que se acercaban despacio, se detuvieron al ver como algo extraño ocurría con su cuerpo , y sin perder tiempo volvieron a apuntar sus armas alertadas.
Sus ojos se abrieron , pero ya no eran esos ojos café, sino que estos eran rojos inyectados en sangre. Ellos alarmados empezaron a disparar sin perder tiempo hasta que se dieron cuenta de que el cuerpo de aquella chica no estaba. Giraron sobre su propio eje apuntado a todos lados , buscándola, pero había desaparecido como si nunca hubiera estado allí.
El grito de uno de los guerreros atrajo la atención de los demás, la habían logrado localizar, pero se quedaron en shock con lo que sus ojos apreciaban.
Allí estaba ella , sus ojos, como dos faros de luz roja rodeados de un mar de oscuridad , eran la viva imagen de un demonio, mientras que su boca estaba mordiendo el cuello de aquel hombre que gritaba de agonía. Cuando dejo de morderlo, de sus labios se logró visualizar dos colmillos filosos , mientras que su lengua , más larga que de lo normal, se deslizaba en sus labios, lamiendo una gota de sangre que quedaba en ellos.
Esta escena perturbó tanto a los guerreros que fueron retrocediendo lentamente mientras empezaron a disparar sin parar.
Su vista, más mejorada , vio con lentitud cómo cada bala se dirigía hacia ella. Con una gran rapidez impropia de un humano, fue esquivándolas todas mientras corría a por el guerrero más cercano para partirle el cuello con sus colmillos.