Los Guardianes de la Hermandad: Cenizas

Capítulo 16

Luna dio un salto a un lado en cuanto vio a Gael salir de la biblioteca. Lo último que quería era volver a encontrarse con él. Aunque sabía que no les quedaría más remedio que verse tarde o temprano, prefería retrasar ese momento todo lo posible.

«Me debes una y de las grandes —le recordó a una Iris imaginaria.»

Haberse llevado a Gael para dejarla a solas con Álex fue el mayor error de su vida. El intento del joven por acercarse a ella había resultado en una situación de lo más incómoda. De haber tardado un poco más en llegar al comedor, se habría visto obligada a salir corriendo.

Por suerte, Gael no la vio. Ella se había apresurado a ocultarse tras el pilar de uno de los arcos que sustentaban los pasillos, y él había salido a toda prisa en dirección contraria. Que era, por otra parte, la misma dirección en que iba Luna. Así pues, cuando el chico se perdió en el entramado casi laberíntico de la orden, Luna decidió retroceder para dar un rodeo hasta su destino.

Durante el trayecto, la joven se fijaba en cada puerta, en lo que podía verse a través de cada ventana y hasta en el rincón más sombrío del edificio. Tenía un interés especial en conocerlo a fondo, y no era la primera vez que salía a explorarlo en secreto. Aunque sus visitas solían ser más bien nocturnas, en esta ocasión, solo estaba intentando aprovechar el cambio de ruta que le había obligado a tomar Gael.

Acabó llegando a una parte bastante alejada de la vida ordinaria de la orden, hacia la parte trasera del edificio. Por allí, no se veía ni escuchaba a un alma. Hasta que sintió pasos acercándose a través de un pasillo transversal al que recorría ella. Tal y como había hecho con Gael, se apresuró a ocultarse tras uno de los pilares. Desde allí, inmóvil para no hacer el más mínimo ruido, vio cómo Álex atravesaba el cruce, más adelante. Intrigada por saber hacia dónde se dirigía, se acercó hasta la esquina y se asomó con discreción.

El joven llegó al final del pasillo y se asomó a través de una de las ventanas. Luego, echó la vista atrás, cómo asegurándose de que nadie lo veía. Acto seguido, colocó las manos en el reborde inferior y dio un brinco para sobrepasar el alféizar. Su figura desapareció de la vista de Luna, que salió de su escondite y volvió a buscarlo a través de la ventana. Lo vio unos metros por debajo de ella, pues el desnivel del terreno en aquella zona hacía que el edificio estuviese sobreelevado. El joven caminaba dejando atrás la orden, y desapareció a través de la maleza que la rodeaba.

—Y tú, ¿qué tramas? —musitó la chica.

Poco después de que le perdiese la pista, Luna se dio media vuelta y retomó su camino. Resultó que a lo lejos vio la figura de Iris. Quiso llamar su atención, pero vio que caminaba demasiado decidida hacia las dependencias de Dreiss. Llamó a una de las puertas. Luego, se dirigió hacia la otra. El mago salió a recibirla. Y, tras conversar sobre algo, cerró con llave la habitación de la que había salido y se metieron en la contigua.



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En el texto hay: intriga, accion, magia

Editado: 30.12.2023

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