Los Guardianes de la Piedra Mágica

Sexta parte

El dragón se acercó a la piedra y la cogió con suavidad. La acercó a Elanor y se la mostró. La piedra era del tamaño de un puño y tenía una forma irregular. Su superficie era lisa y brillante, y su color era un rojo intenso. Elanor sintió el calor que emanaba de ella y vio cómo pulsaba con una luz propia.

· Hola, Elanor -dijo una voz en su mente-. Soy Ragnar, el espíritu del fuego. Te saludo con respeto y curiosidad.

· Hola, Ragnar -dijo Elanor, sorprendida-. Soy Elanor, la portadora de la piedra azul. Te saludo con admiración y gratitud.

· Veo que tienes la piedra azul, la piedra del aire -dijo Ragnar, con reconocimiento-. Es una piedra hermana de la mía. Ambas fueron creadas por los Antiguos para guardar su conocimiento y su poder. Ambas tienen un espíritu dentro que habla y enseña.

· Sí, así es -dijo Elanor, con asentimiento-. Dentro de mi piedra hay un espíritu llamado Aran, que me habla y me ayuda.

· Aran... lo recuerdo -dijo Ragnar, con nostalgia-. Era un buen amigo mío. Hace mucho tiempo que no lo veo ni lo oigo. ¿Cómo está?

· Está bien -dijo Elanor, con amabilidad-. Está contento de haberme encontrado y de haber visto tu piedra.

· Me alegro de saberlo -dijo Ragnar, con alegría-. Me gustaría hablar con él y recordar los viejos tiempos.

· Tal vez puedas hacerlo -dijo Elanor, con esperanza-. Tal vez podamos conectar nuestras piedras y hacer que se comuniquen.

· Eso sería maravilloso -dijo Ragnar, con entusiasmo-. ¿Qué opinas, Fafnir?

El dragón asintió con la cabeza y sonrió con sus colmillos.

· Me parece bien -dijo el dragón, con benevolencia-. Sería un honor para mí compartir mi piedra contigo y tu espíritu. Tal vez podamos aprender algo el uno del otro.

· Gracias, Fafnir -dijo Elanor, con gratitud-. Eres muy amable y generoso.

Elanor sacó su piedra azul de su bolsillo y la acercó a la piedra roja del dragón. Las dos piedras se tocaron y se iluminaron con más fuerza. Una corriente de energía las recorrió y las unió. Los dos espíritus se saludaron y se abrazaron mentalmente.

· Hola, Aran -dijo Ragnar-. Soy Ragnar, el espíritu del fuego. Te saludo con respeto y alegría.

· Hola, Ragnar -dijo Aran-. Soy Aran, el espíritu del aire. Te saludo con respeto y emoción.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.