Séptima parte

Los dos espíritus comenzaron a hablar entre ellos, recordando su pasado y compartiendo su presente. Elanor y el dragón los escuchaban con atención y admiración. Los Cinco los miraban con asombro y envidia. Nadie sabía qué pasaría después, pero todos sentían que estaban presenciando algo único y maravilloso.

Después de hablar con los espíritus, Elanor y el dragón decidieron hacer un trato. El dragón le permitiría a Elanor llevarse la piedra azul y parte del tesoro, a cambio de que ella le contara más sobre el mundo exterior y le ayudara a encontrar a los otros portadores de las piedras. El dragón le dijo que había otras cinco piedras, cada una con un color y un elemento diferente: la piedra verde, la piedra del agua; la piedra amarilla, la piedra de la tierra; la piedra blanca, la piedra de la luz; la piedra negra, la piedra de la oscuridad; y la piedra violeta, la piedra del espíritu. El dragón le dijo que cada piedra tenía un espíritu dentro, que eran amigos de Ragnar y Aran. El dragón le dijo que quería reunir las siete piedras y los siete espíritus, para restaurar el poder y la gloria de los Antiguos.

Elanor aceptó el trato, pero con una condición. Le dijo al dragón que ella también estaba buscando a los Guardianes, los descendientes de los Antiguos, que tenían una marca en la muñeca izquierda. Le dijo al dragón que ellos podían saber más sobre las piedras y los espíritus, y que tal vez fueran los portadores que buscaban. Le dijo al dragón que tenía que respetarlos y no hacerles daño.

El dragón aceptó la condición, pero con una advertencia. Le dijo a Elanor que los Guardianes eran muy esquivos y misteriosos, y que no se fiaba de ellos. Le dijo a Elanor que tenía que tener cuidado y no dejarse engañar por ellos. Le dijo a Elanor que tenía que recordar su destino y su misión.

Elanor asintió con la cabeza y sonrió con sus ojos. Le dio las gracias al dragón por su generosidad y su sabiduría. Le dijo al dragón que estaba feliz de haberlo conocido y de haber aprendido de él. Le dijo al dragón que esperaba volver a verlo pronto.

El dragón asintió con la cabeza y sonrió con sus colmillos. Le dio las gracias a Elanor por su valentía y su curiosidad. Le dijo a Elanor que estaba orgulloso de ella y de su espíritu. Le dijo a Elanor que esperaba volver a hablar con ella pronto.