Los Guardianes de la Piedra Mágica

Decima parte

Elanor guardó su piedra azul en su bolsillo y se preparó para explorar el reino junto con los Cinco. No sabían dónde estaban ni cómo reconocerlos. Pero sabían que eran valientes, leales y sabios. Sabían que eran la esperanza del mundo.

Elanor y los Cinco comenzaron a explorar el Reino de las Sombras, buscando pistas y signos de los Guardianes y los otros portadores de las piedras. Pronto se dieron cuenta de que el reino no estaba tan vacío como parecía. Había algunas formas de vida que se habían adaptado a las condiciones hostiles. Había algunos animales extraños y feroces, como lobos, murciélagos y arañas gigantes. Había algunas plantas raras y resistentes, como hongos, musgos y cactus. Había algunas personas solitarias y desconfiadas, como bandidos, ermitaños y hechiceros.

· Tenemos que tener cuidado -dijo Rolf, con precaución-. Este lugar es peligroso y no sabemos quién puede ser amigo o enemigo.

· Sí, tenemos que tener cuidado -repitió Elanor, con acuerdo-. Pero también tenemos que ser curiosos y atentos. Tal vez alguno de estos seres sepa algo sobre los Guardianes o los portadores.

· ¿Y cómo lo sabremos? ¿Qué aspecto tienen? -preguntó Pippin, con duda.

· Lo sabremos por su marca -dijo Lila, con certeza-. Los Guardianes y los portadores tienen una marca en la muñeca izquierda, un símbolo de un árbol con siete ramas. También tienen un color de ojos acorde a su elemento: azul para el aire, rojo para el fuego, verde para el agua, amarillo para la tierra, blanco para la luz, negro para la oscuridad y violeta para el espíritu.

· Entiendo -dijo Gimli, con asentimiento-. Entonces busquemos a los que tengan esa marca y ese color de ojos. Tal vez estén cerca.

· Sí, busquemos -dijo Grok, con entusiasmo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.