Todos se quedaron en silencio, impresionados y dispuestos. Nadie quería acaparar su magia y su poder.
· Por eso os pido que cuidéis vuestra magia y vuestro poder con atención y dedicación, con equilibrio y moderación, con humildad y gratitud -dijo la entidad-. No descuidéis vuestra magia y vuestro poder por pereza o indiferencia, ni por exceso o defecto, ni por soberbia o ingratitud.
Todos se quedaron en silencio, maravillados y comprometidos. Nadie quería descuidar su magia y su poder.
· Si hacéis lo que os pido, el mundo será un lugar mejor para todos -dijo la entidad-. Habrá más luz y menos oscuridad, más vida y menos muerte, más orden y menos caos. Habrá más felicidad y menos sufrimiento, más libertad y menos esclavitud, más paz y menos guerra.
Todos se quedaron en silencio, esperanzados y felices. Nadie quería perderse esa oportunidad.
· ¿Estáis listos? -preguntó la entidad-. ¿Estáis listos para usar vuestra magia y vuestro poder? ¿Estáis listos para compartir vuestra magia y vuestro poder? ¿Estáis listos para cuidar vuestra magia y vuestro poder?
Todos asintieron con la cabeza y gritaron con una sola voz:
· ¡Sí, estamos listos!
Entonces, la entidad se deshizo en una lluvia de luz y color, que bañó a todos los presentes. Cada uno recibió una parte de la magia y el poder de los Antiguos, que se manifestó en su cuerpo y en su mente. Cada uno sintió una transformación especial y única, que le dio nuevas capacidades y posibilidades. Cada uno sintió una alegría inmensa e indescriptible, que le llenó de energía y confianza.
· ¡Lo hemos conseguido! -exclamó Elanor, feliz.
· ¡Lo hemos conseguido! -repitieron los demás, felices.
· Lo habéis conseguido -dijo la voz de los siete espíritus, desde sus piedras-. Habéis usado vuestra magia y vuestro poder. Habéis compartido vuestra magia y vuestro poder. Habéis cuidado vuestra magia y vuestro poder. Habéis cambiado el mundo.
Todos se abrazaron y se felicitaron, celebrando su victoria y su cambio. Todos se miraron y se sonrieron, admirando su belleza y su diversidad. Todos se agradecieron y se despidieron, deseando su felicidad y su paz.
Elanor cogió su piedra azul y se preparó para volver a su hogar junto con los Cinco. Ewan, Selene y los otros Guardianes y portadores hicieron lo mismo con sus piedras. Cada uno se fue por su camino, pero con la promesa de volver a verse pronto.
· Adiós, hijos de los Antiguos -dijo la voz de los siete espíritus, desde sus piedras-. Os deseamos lo mejor. Os esperamos pronto.
· Adiós, espíritus de los Antiguos -dijeron todos, desde sus corazones-. Os damos las gracias. Os veremos pronto.
FIN
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Editado: 28.02.2024