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El ruido  que probiene de la cocina me despierta, la cabeza me palpita, siento los ojos pesados, observo a mi alrededor y noto que estoy en casa ¿Cómo llegué? No tengo ni la menor idea, me levanto con pesar; quiero seguir durmiendo pero aquel endomoniado ruido no me deja hacerlo. Salgo de mi cuarto, camino por el pasillo y llego a la cocina, frente a la licuadora; la cual hace un excesico ruido, esta un chico ¡Un hombre! vestido solo en boxers rojos y mi delantal de cupecakes ¿Quiés es el? ¿Cómo llego aquí? ¿Qué demonios hice anoche? Mi corazón palpita a mil por hora, me toco el pecho y me asusto mas. NO TENGO BRAZZIER. Mis manos bajan inmediatamente a mi entrepierna, tocando la suave tela de algodón de mi ropa interior. Suspiro. Al menos aún la conservo ¿Es lago bueno no?.

-Veo que ya estas despierta-habla el ser lleno de testosterona- Ve a limpiarte y cambiarte, tenemos mucho de que hablar.

-Ok-respondo, no he podido decirle nada mas ¿por qué? me siento lenta, mi cerebro aún no esta en su 100%.

Hago lo que me dice, voy al baño al lavarme la cara y cepillarme los dientes, estoy horrenda, no me he desmaquillado y tengo el rimel por debajo de los ojos acentuando mis ojeras, el labial esta corrido y la sombra de ojos ha llegado a mis cachetes, abro la gabeta de la izquiera, tomo un paño húmedo y me limpio el maquillaje. Me vuelvo a mirar, al menos me veo "mas decente". Voy a mi habitación, me cambio de ropa y salgo, me encamino rumbo a la cocina mientras pienso en ese chico ¿Quién es? ¿Por qué estaba en ropa interior? y lo mas importante ¿Como carajos tiene el trasero mas grande que el mio? 

-Hola guapa-saluda del otro lado del comedor mi mejor amigo- ¿Cómo amaneciste? 

-Con un dolor de cabeza para morirse-le respondo, volteo la mirada y no encuentro a aquel chico-¿quién estaba en la cocina?

-¿En la cocina? nadie guapa ¿por?

-Yo...no nada, olvídalo-le digo 

Camino hacia la cocina y me acerco a la licuadora, esta limpia y vacía, parece como si nadie la hubiera tocado. Me quedo quieta unos segundos y siento una presión en el pecho. Ahora recuedo a aquel hombre, era Nathaniel, mi bello y hermoso Nathaniel. Mi respiración se entrecorta y todos los recuerdos de los últimos días vienen a mi como un golpe a mi cerebro. Empiezo a llorar, mis piernas flaquean y caigo al piso. Del otro lado del departamento escucho pasos apresurdos, Santiago viene y me abraza, no dice nada; y yo solo lloro todo lo que puedo hasta perder el conociemiento por segunda vez en el día.

Cuando despierto ya es de noche, escucho a lo lejos el sonido del televisor, unas risas de fondo y una voz muy conocida, por décima vez Santigo esta viendo "Friends". Me levanto con mas ganas que la primera vez, entro a la ducha y pongo mi playlist e inmediatamente suena "New Rules de Dua Lipa" y al ritmo de la canción me baño.

Trato de verle el lado positivo a todo esto, busco una sola cosa que me haga querer seguir con vida, entre el mar de recuerdos acumulados encuentro la sonrisa de Nathaniel, las lágrimas amenazan con salir pero las contengo; le prometí no llorar, ni por el ni por nadie ¿Cómo se supone que cumpla una promesa así? El pecho me duele, como si me estuviera quebrando por dentro y solo quiero gritar, gritar  y gritar que alguien me ayude, que venga conmigo, a mi lado, que me abrace; por mas que pida al cielo o al infierno el jamás vendrá, ya tiene una nueva familia; es feliz después de todo lo que me hizo, despúes de arrebatarme la última pieza de mi felicidad.

Busco mi celular, busco las fotos que tengo con Nathaniel y sonrío, se le ve tan vivo, joven, alegre, tengo tantas de el; una donde hace caras graciosas, otra donde esta comiendo, disfrazado de DeathPool, en mi cumpleaños, con un vidrador en la mano. Todas ellas fotos hermosas, recuerdos valiosos que solo viviran en mi cabeza......y me odio por eso, me odio tanto que quiero golpearme hasta volver a perder el conocimiento, pero no puedo, no; tengo que vengarme, tengo que hacerlo pagar. Le arrebataré todo lo que me quito, hasta la vida de Nathaniel.

Nicolas Wolfgang, prepárate que estoy lista para darte batalla. 

Foto de Nathaniel,

Que descanse en paz, siempre será recordado como un buen hermano e hijo (y amante)