Paula salió repleta de temor… Al caminar de ida por el mismo lugar, se sintió agobiada y con sus pies pesados. Se lamentó no haber decidido que el señor la llevase hacia su esposo o que por lo menos la encaminara hasta la carretera central como se lo propuso.
El camino en realidad se le hacía ahogante y tétrico por así decirlo. Se podía escuchar cada rama crujir al ella caminar, además de los pájaros a plena madrugada junto a voces que parecían de ultratumba, pero que lo más seguro, eran viejos alcohólicos que habían salido de aquel bar, quizás por eso estaba tan desocupado y ella ahora tan asustada.