Su caminata cada segundo fue más y más ahogante. Notó una luz que proyectaba desde sus espaldas, la cual desapareció al girar, encima, sentía una leve respiración en su nuca que se desvaneció al poco tiempo de empezar a temer.
Miró hacia la luna casi llena, que reflejaba luz en medio de tanta oscuridad. De un momento a otro, una vez más, lo que le pareció un vehículo, se robó toda su atención por una luz potente que la arropó, no obstante, al mirar se percató que no había nada, según ella.
Siguió caminando, pero aumentó la rapidez por el terror psicológico que contrajo en sus pensamientos. Otra vez, volvió a percibir la luz y al mirar, notó que en realidad había un vehículo que venía a gran marcha detrás de ella...