Jacob estaba vigilando el hotel al que había entrado Antoni D’angelo con una chica de cabello blanco, según sus últimas investigaciones sólo salía con ella, parecía tener un vínculo con esa mujer.
—Mi nombre es Jacob Smith y estoy haciendo un recuento de todo lo que he averiguado en las últimas semanas después del atentado a los D’angelo en su propiedad cerca de Queens —dijo a una grabadora de voz mientras estaba en su vehículo con los binoculares en los ojos apuntando al auto al que estaba entrando Antoni—. Bien, ¿por dónde comenzar? Después de que hubiera un atentado en la casa de los hermanos italianos quedaron muchas preguntas en el aire, preguntas que tanto la policía como Caro se niegan a contestar, tan sólo dan rodeos y omiten el tema en general, me temo que el sistema policial de Nueva York está corrompido.
»Desde ese entonces me he dedicado a seguir a los hermanos de cerca y tener que usar un poco de mis privilegios de agente del FBI para indagar un poco en todo el mundo que rodea a esa familia. Desde el día uno he notado que Antoni D’angelo suele venir al hotel central de Manhattan con una mujer de cabello blanco, digo esta característica porque es la más notoria en su persona, al menos visualmente. Se quedan varias horas o incluso hasta un día entero y finalmente sale sólo él, siempre pasa a recogerlo el mismo auto con la misma persona conduciendo, un tipo con una cicatriz horrible en la cara y que parece estar siempre de muy mal genio.
»En cuanto al otro hermano, Giancarlo, él parece que siempre está yendo de aquí para allá con este mismo sujeto, parece ser el chofer de la familia. Este D’angelo tiene pinta de ser un hombre de negocios, de la cárnica se va a reunir con sus abogados, que cabe remarcar que son de una firma muy prestigiada aquí en Nueva York, después va a empresas a intentar ofrecer servicios o inversiones, esto lo he notado a simple vista por supuesto. He de agregar una nota aquí y es que la mayoría de las empresas a las que va, por no decir todas, tienen que ver con la paquetería, comercio o distribución. Es un punto importante que destacar.
»En la cárnica siempre hay un señor de edad avanzada, yo imagino que vive ahí o algo así porque pocas veces lo he visto salir del lugar. Tengo entendido que es el señor Miguel Ángelo Rinaldi, el antiguo mayordomo de la familia. Los hermanos se reúnen con él casi todos los días y después cada uno de nuevo se va por su lado, pocas veces se suben juntos al mismo auto.
»Hay veces en las que Antoni D’angelo llega al hotel de siempre en un auto diferente, parece ser su vehículo personal pues no tiene chofer cuando llega en él. Lo mismo pasa con Giancarlo, a veces viaja en un coche sin chofer. Mi siguiente movimiento será esperar a ver a alguno de los dos hermanos salir con su auto personal, cuando lo estacionen y sepa que llegan a un lugar en el que no saldrán pronto, me acercaré a forzar la puerta para ver si puedo recabar alguna información adentro.
»Me cansé de estar atrás de un escritorio, de leer informes falsos, de que me mientan en mis narices, es hora de empezar a hacerlo como un verdadero agente del FBI lo hace. Fin de la entrada uno —terminó.
Apagó la grabadora y siguió mirando por los binoculares a Antoni alejarse en su auto, él encendió el suyo para ir tras el del italiano.
«Apenas encuentre alguna pista que los inculpe, iré a tener una charla muy seria con usted, señorita», se dijo mientras veía por las ventanas del hotel a Anne cerrar las cortinas.