Los hermanos Tonali: Atractivos y Peligrosos.

Capitulo 27

El sueño de Ciro había sido tan placentero que en ningún momento de la madrugada notó la ausencia de su prometida, tampoco advirtió la visita de su hermano. Todo le fue notificado a horas del desayuno con su amada comiendo a su lado. Reservándose los detalles más ásperos para ella misma.

-No tenías por qué hacerlo. Mi hermano es un problema con el que yo debería lidiar, no tú. - Dijo avergonzado. Entretanto una de las empleadas les servía el desayuno. Ciro quería ser perfecto; se afanaba por serlo, pero detalles así le restaban puntos.

-Por favor, no me costaba nada. Y ya que yo no podía dormir. -Ciro la compadeció. El viaje a Estados Unidos seguía causando estragos en ella: insomnio, poco apetito... Eran síntomas propios de la depresión. Debía solucionarlo antes de que en verdad caiga en un estado anímico severo.

Fueron interrumpidos por la inoportuna, y para Bethany, despreciable, aparición de Brahim quien no esperó una invitación para acompañarlos a la mesa. Una de las empleadas se puso manos a la obra y procedió a servirle su respectivo desayuno. Entre cuñados se lanzaban dagas con miradas feroces en las que expresaban con obviedad el desagrado mutuo.

-¿Qué te ocurrió en el rostro? -Preguntó Ciro, insipiente. Brahim desvió sus ojos de la mujer y los puso sobre su hermano.

-Me peleé en el bar de Marco, anoche. Me metí con la mujer equivocada, es todo. -Dijo, viendo fugazmente a la mujer equivocada, iniciando con su desayuno. Por supuesto que no iba a decirle la verdad. Para Brahim era más fácil, y menos peligroso, ingerir vidrios rotos en lugar de confesarle a su hermano que cruzó los limitantes entre su cuñada y él. Bethany no diría nada para evitar malos entendidos, seguiría así hasta que le pidiera perdón por un pasado que no recordaba.

-Marco me llamó esta mañana, me dijo que te recordara que tu Roll Royce sigue en su estacionamiento. –Informó Ciro, comiendo tranquilo. La respuesta demoró algunos minutos. La atención de Brahim era robada por las manos de la pareja que tenía en frente, tomadas y con sortijas de matrimonio rozándose. Apretaba el cuchillo que sostenía como si esperara un minuto de distracción para cortar esa unión. Las estupideces de su hermano lo enloquecerían.

-En cuanto termine de desayunar, iré a recogerlo. Podrías llevarme y con eso aprovecho para decirte algunos inconvenientes de las empresas. –Habló al fin, regresando a su plato.

-¿Inconvenientes? –Repitió un poco asustado. Los federales seguían respirando en sus nucas, un mínimo desliz y estarían en una jaula de máxima seguridad en el pentágono.

-Nada de qué preocuparse. –Lo alivió.

-Te llevo, entonces. –Se comprometió, olvidándose de que ya tenía la mañana planificada. Bethany no tardó en recordárselo:

-Cariño, tenemos cita con la obstetra. –Ciro soltó una maldición, echándose hacia atrás en la silla.

-¿Obstetra? –Intervino Brahim, confundido.

-Planeamos tener un hijo. –Explicó Bethany. Su cuñado alzó las cejas, realmente asombrado. Su hermano no era un hombre de responsabilidades, no sabría ni siquiera cómo alzar un bebé.

-Llevaremos a Brahim al bar y de allí partimos al hospital ¿de acuerdo? –Planeo Ciro, encajándole los tiempos. Bethany estuvo conforme.

-Subiré a cambiarme. –Dijo la mujer. Se levantó de su asiento y quiso marchar a la habitación, no obstante, Ciro depositó un beso en el dorso de su mano antes de dejarla ir.

Los hermanos quedaron en el comedor, solos. Chocando los cubiertos contra la porcelana del plato.

-Así que tendrán un hijo. –Habló Brahim haciendo que las fisuras del otro se tensionaran. Ya sabía por dónde iba la pretensión. -¿Planeas revertir tu vasectomía? ¿Es posible hacerlo?

-Shhh… -Lo acalló Ciro, ojeando la entrada a que Bethany no se viera asomada.

-Eres patético. –Soltó los cubiertos en el plato, y apartó su comida. Las idioteces de su hermano le cortaron el apetito. -¿Qué crees que suceda cuando no logre quedar embarazada? Sospechará algo.

-La esterilidad existe, también la infertilidad. –Dijo moderando el tono de su voz.

-Entonces recurrirá a la adopción ¿y qué pretextos tendrás? –Él no era precavido. No le importaba que todos los presentes en la casa se enterasen de la discusión.

-Ya lo resolveré. –Dijo, añadiendo un ademán pidiendo calma. Claro que esa posibilidad había cruzado por su mente, pero llevaría los problemas uno a la vez.

Brahim estaba indignado, sí, pero era por su decisión a no tener hijos. El imperio Tonali había pasado de generación en generación y sería una vergüenza que ellos rompieran con esa cadena, aunque a Ciro no pareciera importarle tanto como a Brahim. Solo así pudiera justificar su boda con Bethany.

-Condenarás a esa pobre mujer a la imposibilidad de no ser madre, por ser demasiado caprichoso. –Por primera vez la compadecía desde lo más suave y tierno de su corazón. Sin saberlo, estaba siendo arrastrada a una vida de decepción y sufrimiento, engañada a ser llevada a un cuento de hadas.

-Guarda silencio, hermano. –Le ordenó con autoridad. Ya había rebasado los límites de su paciencia. –Lo que suceda conmigo y Bethany no es de tu incumbencia. Ella hace parte de mi vida personal, no de mis negocios.

Brahim corrió hacia atrás su silla y abandonó la sala comedor, hirviendo en su propia sangre.




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