Los hermanos Tonali: Atractivos y Peligrosos.

Capitulo 33

Eran las tres y catorce minutos de la madrugada (hora newyorkina). James se levantó de su cama y salió de su habitación para dirigirse a la de su hija. Abrió la puerta con extremo cuidado, procurando que las bisagras no sonaran y la encontró durmiendo, tranquila. Se la quedó viendo por varios minutos, pareciéndole la niña más hermosa que había visto en su vida. Mucho de su encanto era debido a su madre, de eso no tenía dudas.

Cerró la puerta y regresó a su habitación. Se sentó en el borde inferior de la cama y sacó su celular móvil para realizar una llamada. El tono de marcada tuvo sus segundos de valía.

-Señor Beghue ¿Tiene idea de qué hora es aquí en Italia? -Dijo Michael con voz adormilada.

-No más tarde que en Estados Unidos, se lo aseguró. -Dijo tajante. No levantaba mucho el tono de voz por temor a despertar a Lauren. -No pierda más el tiempo y dígame por qué le urgía hablarme. ¿Ya encontró algo? ¿Sabe dónde está Anne?

-El problema de ustedes es que se creen que nosotros, los detectives privados, somos una especie de pitonisa que consultamos el futuro con una bola de cristal o jugando a las cartas. Le aseguro que mi trabajo lleva más tiempo que sentarme a remover cartas.

-Es decir que todavía no tiene nada. Empiezo a pensar que estoy perdiendo tiempo con usted.

-Si prefiere puede desistir de mis servicios y rendirse a la idea de que Anne Johnson está muerta. -Dijo tranquilo. Ya estaba acostumbrado a esa clase de mal trato de sus clientes. James bufó. Por más incompetente que Michael pudiera parecerle, era su única opción de averiguar qué ocurrió realmente con Anne.

-Dígame, ¿qué quiere?

-Necesito una suma de diez mil euros. -James quedó estupefacto. Llegando a pensar que había oído mal.

-¿Diez mil euros? -Rectificó. -¿Para qué quiere esa suma?

-Necesito comprar una casa.

-¡Usted me está tomando el pelo! -Gritó olvidándose que su hija dormía al lado. Michael no se asombró por su reacción. -Si de verdad pretende que yo realice esa transacción, deberá decirme primero algo que ha hubiese descubierto.

Michael exhaló. No era su estilo ofrecer testimonios que creyese inexactos todavía.

-Le suena de algo el nombre "Ciro Tonali." -El corazón de James se disparó. Tenía una vaga idea de quién era.

-Sí, un poco.

-Este sujeto mantuvo una relación sentimental con ella por un tiempo, y ahora es como si nunca la hubiese conocido.

-Él... -Carraspeó nervioso. Lo que diría a continuación no iba a ser sencillo. -¿Él la asesinó?

El suspenso que Michael ofreció con su silencio le resultaba perturbador.

-Respóndame. -Apresuró asustado.

-No sé si la haya asesinado, pero si puedo decirle que fue el encargado de desaparecerla.

-¿Desaparecerla?

-No hay registro, datos, ni antecedentes que corroboren siquiera la existencia de Anne Johnson. No significa que esté muerta. Tal vez la tenga secuestrada en algún sótano o cuarto de tortura. -James palideció ante los horrores que pasaron por su mente. Hablar con tacto no era de Michael. -¿Es suficiente información?

-Sigue siendo muy escaso, pero de igual forma le haré la transacción. -Aseveró James cortando la llamada.

Si se veía las manos, podía notar lo temblorosas que se le habían quedado. Él, como periodista que era, había realizado un reporte del imperio Tonali. Una de las mafias más temidas y poderosas del mundo. Anne, antes de partir a Italia, también le había mencionado un poco al respecto. Pero había sido muy poco, no había querido preocuparlo. No entendía de dónde Michel había sacado la suposición de que había mantenido una relación con un hombre como ese.




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