Los hermanos Tonali: Atractivos y Peligrosos.

Capitulo 42

Los invitados empezaban a perder la paciencia. Estaba próximo a cumplirse una hora desde que la ceremonia había iniciado y la novia no se aparecía, tanto fue la preocupación que Ciro subió personalmente a averiguar cuál era el problema. No le gustó nada saber que su prometida se negaba a salir de la suite.

-Mio caro, qué ocurre. –Preguntó Ciro golpeando a la puerta convertido en un manojo de nervios. No le importaba tanto la boda, solo quería saber si su amada se encontraba bien, pero no hubo respuesta. Se viró en busca de la dama de honor. -¿Qué fue lo que pasó?

-No lo sé. Yo estuve con ella hasta que Caitlin llegó, así que decidí darles privacidad. Luego regresé y ninguna de las dos estaba, al cabo de un rato Bethany se apareció en un mar de lágrimas y cuando quise intentar consolarla; saber qué le pasaba, me sacó a empujones. –Ciro ni bien esperó que Lorient diera sus explicaciones cuando ya se había virado en dirección a Caitlin. La agarró bruscamente de un brazo y la llevó a un rincón más apartado.

-¿Qué demonios le dijiste ahora? –Dijo entre dientes. No levantaría la voz a riesgo de que Bethany lo escuchara al otro lado de la puerta.

-Todo lo que le dije fue que eres un gran hombre que la hará muy feliz. Perdóname por no saber mentir. –Dijo sin sentir una pizca de temor. Esa actitud desafiante siempre había sido parte de su esencia. Ciro hizo una mueca de rabia y la soltó de una forma agresiva que la hizo golpearse contra la pared.

Miró a todos en el pasillo encontrándolos a todos inútiles allí.

-¡Largo todo el mundo! –Levantó la voz haciendo un ademán. Los guardaespaldas, la dama de honor y Caitlin obedecieron y se marcharon en fila.

Se acercó de nuevo a la puerta y se pegó cuanto pudo.

-Mio caro, por favor déjame entrar para que hablemos de lo que sea que te ocurra. No continúes asustándome. –Dijo Ciro con tono sumiso.

Detrás de él llegaba Brahim, pisando suave y sin preocupación.

-Tal vez se ha ido. –Escuchó las nada alentadoras palabras de su hermano.

-Vete. –Dijo el mayor. Tenía su frente pegada a la puerta y sus ojos estaban cerrados, imaginándose lo peor.

-Es posible. Quizás se escapó por una ventana. –Ciro volteó a verlo con mala cara.

-Si salió por una ventana no estaría escapada, estaría muerta. Son treinta metros de altura. ¿Con quién crees que voy a casarme? ¿Con Spiderwoman?–Dijo en una lógica aplastante.

-Hablé con ella el otro día y hace un momento. No está lista para casarse, no lo va a hacer. –Dijo Brahim comiéndole la cabeza. Cantando desde ya el himno de la victoria. Sin embargo, qué efímera fue su felicidad que se disipó cuando la puerta empezó a abrirse.

-Sí me casaré. –Dijo Bethany de pie en el umbral de la puerta que estaba de par en par. Lo había oído todo.

Su mirada se dividió entre ambos hombres percibiendo en ellos una esencia diferente. Los veía monstruos. Criaturas abominables de gran parecido. Una mueca de decepción transformó el rostro de Brahim mientras que Ciro estaba demasiado preocupado como para notar lo esplendida que estaba su amada.Se acercó a ella, inquietado. Intentó acurrucar su rostro entre sus manos, pero ella fue esquiva.

-¿Mio caro, qué te pasó? –Dijo el italiano. Si se fijaba bien, podía notar sus ojos hinchados y rojos de lo mucho que lloró. Ni los kilos de maquillaje que se había aplicado podían disimularlo.

-Nada. Fue una pequeña e insignificante crisis nerviosa, pero ya me siento mucho mejor. –Dijo Bethany siendo evasiva con la mirada. Si lo veía a los ojos volvería a quebrantarse. Sus orbes reflejan a una ingenua mujer engañada por el hombre que dijo amarla, el mismo que ella creyó amar. Ver su rostro sería devastador.

-Bethany no tienes que hacer esto si no te sientes preparada. -Sugirió Brahim ganándose una petrificadora mirada de parte de Bethany.

-Pero sí estoy preparada. -Dijo autoritaria. Dirigiéndose a su prometido añadió: -Busca a mi papá y dile que venga por mí. Quiero que me entregue a... A ti. -Dijo dubitativa en lo último.

-Por supuesto. -Reparó Ciro no tan convencido. Se precipitó vertiginoso a sus órdenes marchándose del pasillo.

-No estás preparada, yo lo sé y tú también. -Dijo Brahim tajante. Quería entender por qué lo haría cuando se hacía tan obvia la verdad.

Bethany cortó las distancias que los separaban y lo abofeteó con furia. Era su manera de reprocharle que hubiese fingido ser su amigo cuando todo lo que estaba haciendo era manipularla a su conveniencia. Por supuesto que no lo iba a decir a viva voz. Aún no sabía qué tan peligrosos o malvados eran los hermanos Tonali, y hasta no averiguarlo debía mantener un perfil bajo. Jugando su juego.

-Vete. -Dijo. Brahim se la quedó viendo sin entender nada. El dorso de su mano acariciaba su mejilla caliente.

-Estás loca. -Insultó. No se esperó a una explicación, desde luego no le importaba.

La novia, vestida en su enorme vestido pomposo y llamativo, quedó sola en medio del pasillo. Sintió un gran vacío en su interior. Era la incertidumbre de no saber quién era o por qué terminó en manos de los hermanos Tonali.




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