A primeras horas de la mañana, Jonas llegaba a la jefatura de policías luego de una ardua noche tratando con vagos y adolescentes pandilleros. En las últimas horas no había dado cabida a otros asuntos en su mente, más que la operación rescate para traer a Anne de regreso, así que siguió directo a la segunda planta, ansioso de conocer los detalles. No obstante, antes de subir por las escaleras encontró a James tumbado sobre una incómoda butaca de madera, estaba dormido.
-James. -empezó a despertarlo dándole suaves empujones. No demoró mucho en reaccionar.
-¿Qué sucede? -se despertó sobresaltado, el policía tuvo que contenerlo para que no se levantara.
-¿Desde cuándo estás aquí? -preguntó Jonas. La respuesta demoró un bostezo y una estirada de brazos
-Llegue a las cuatro de la madrugada. Maddox me había dicho que me mantuviera cerca por si llegaran a necesitarme.
-Lo sé, pero no te lo tomes literalmente, es solo una expresión. ¿Qué pasará con tu trabajo? ¿Y Lauren?
-Lauren está bien, sabe cuidarse sola, además te tiene a ti. Y el trabajo me importa bastante poco, le dije a mi jefe que me tomaba un par de días libres y que no sabía cuándo regresaría.
James pasó sus dedos por su cabello para darle un poco de orden, aunque estaba tan tupido que no hubo gran diferencia. Se colocó su chaqueta y se levantó de un salto.
-Veámos cómo van. -dijo animoso, dispuesto a subir a la segunda planta. Jonas lo retuvo.
-Aguarda un momento. Antes de eso vayamos por algo de comida, y de paso te aireas y terminas de espabilar.
El policía lo llevó a las afueras de la jefatura. Aunque adentro había un servicio de comedor, tenían mejor sabor los hot dogs que ofrecían en un carrito de comida rápida estacionado justo afuera. El pedido de Jonas fue sencillo mientras que James se pidió uno mucho más elaborado, por consecuencia más costoso, se aprovechaba que Jonas lo pagaría. Caminaron hasta sentarse en los escalones que conducían a la entrada de la jefatura.
-¿Tú sabes cómo procederán? ¿Cómo atacarán? ¿Cuando será el golpe? -James lo bombardeó dándole a penas tiempo para masticar y tragar. Bajo su juicio el comando SWAT estaba actuando muy lento.
-No sé mucho al respecto, no suelen compartir detalles tan específicos con un simple patrullero. Pero sí sé que Maddox no está apuntando a fallar, no quiere ponerlos en sobre aviso así que el primer golpe debe ser su knockout.
-¿Qué pasa si no resulta al primer golpe? -Jonas evitó las expresiones faciales que podrían dar una respuesta. Las consecuencias de fallar en el primer intento eran catastróficas y contraproducentes. -¿Por qué Tonali la ha mantenido con vida durante todo este tiempo?
-Eso no lo sabría responder. En definitiva no es normal. -dijo Jonas dando grandes mordidas a su hot dog. James, en cambio, pareció perder el apetito abruptamente. Miraba su comida pensativo, como si fuera una pieza poética abstracta de difícil traducción.
-He investigado mucho acerca de estos hermanos de la mafia y las barbaridades que hacen a quiénes interfieren en sus negocios son atroces. Nunca antes se ha conocido de un caso de perdón. ¿Podría ser Anne la excepción o acaso crees que la tengan en un cuarto de tortura y este siendo...?
-De ser el caso no los hubiese dicho. -le interrumpió Jonas antes de que acabara con la idea. -No hagas conjeturas ni pienses mucho la situación. Que te sirva de consuelo el hecho de que se haya comunicado con nosotros y que estamos en camino de salvarla. Si otra eventualidad surgiera ella encontrará la manera de decírnoslo, Anne es astuta y no se rendirá.
Jonas se levantó y sacudió los pantalones de su uniforme, se acercó a un bote de basura donde arrojó la servilleta de su hot dog y se dirigió de nuevo a James.
-Mi turno ya acabo. Iré a casa a dormir un poco y a recibir a Lauren, ahora que llegue del colegio. ¿Me mantienes informado de lo que ocurra?
-Cuenta con eso. -aseguró James levantándose. Jonas le ofreció la mano para despedirlo, sin embargo, su compañero lo sorprendió dándole un fuerte abrazo. No eran muestras de afecto típicas en él, de hecho nunca le había mostrado aprecio. Lo único que los mantenía emparentados era Anne, sin ella eran enemigos.
-Gracias por todo esto. De no haber sido por ti jamás la hubiera encontrado. -dijo James resistendose al impulso de llorar. Jonas se limitó a palmear fraternalmente su espalda. No creía justo llevarse tantos méritos cuando había sido consciente que durante la mayor parte del tiempo él lo había tomado por un loco incapaz de aceptar la muerte de su esposa.