—*Vaya, vaya...* —murmuró Demioz mientras cruzaba la puerta con una seguridad inquietante—. Parece que llegué justo a tiempo.
**Los cuatro chicos se pusieron inmediatamente en guardia. Caleb se adelantó un paso, con los músculos tensos.**
—¿Quién eres?
**Demioz alzó una ceja, divertido. Sus ojos se detuvieron en Selene, quien parecía petrificada.**
—No me digas que no les hablaste de mí, *mea bella smaragdi*. ¿O acaso no esperabas mi visita?
**Selene retrocedió un paso, nerviosa.**
—Demioz... se suponía que esto era mi responsabilidad.
**El joven se acercó con lentitud, la intensidad de su mirada envolviéndola. Le acarició la mejilla con los dedos, en un gesto tan suave como invasivo.**
—Tranquila. No hay necesidad de ponerte nerviosa.
**Reid se cruzó de brazos, con la mandíbula apretada.**
—Y tú, ¿quién demonios eres, pelirrojo?
**Demioz se giró hacia ellos, ladeando la cabeza con aire arrogante.**
—Mis disculpas, qué grosero fui. Soy Demioz Neberiuz.Un placer conocerlos, hijos de Ipswich.
**Con un movimiento de mano, señaló los sillones.**
—No hay por qué alterarse. Siéntense. ¿Selene, ya les ofreciste algo de beber?
**Selene asintió con torpeza, como si su cuerpo obedeciera por reflejo más que por decisión.**
Excelente. Buena chica.Ahora, amor... ¿nos das un momento a solas?
—Pero yo...
**Demioz entrecerró los ojos.**
—Sabes que no me agrada que me contradigas linda.
**Selene bajó la mirada, conteniendo la respiración.**
—Está bien... —susurró mientras se acercaba a él—. Solo... no les hagas daño, por favor.
**Demioz sonrió sin calidez.**
—No prometo nada, cariño.
**Ella se giró hacia los chicos y les lanzó una mirada cargada de advertencia antes de salir. Tyler la siguió con la mirada, captando su temblor apenas disimulado.**
—No sé ustedes... pero ese tipo me da muy mala espina —murmuró.
—No eres el único, Ty —respondió Pogue—. A ninguno nos agrada.
**Demioz se sentó con aire casual, pero su postura seguía irradiando poder.**
—Bien. Ya que estamos a solas... hablemos.
—¿Sobre qué? —preguntó Caleb con firmeza.
—Asumo que *mea bella smaragdi* ya les reveló algunos detalles. Yo le pedí que viniera a Ipswich para ganarse su confianza. Su tarea era obtener su sangre… gentilmente. Le di un plazo... y está por cumplirse —dijo, lanzando una mirada breve a su reloj.
**Se acomodó en su asiento, cruzando las piernas con una tranquilidad que contrastaba con la tensión del ambiente.**
—Contestaré sus preguntas. Rápido. Sin detalles innecesarios.Empiecen.
—¿Para qué quieres nuestra sangre? —soltó Caleb.
—Simple. Para un ritual insignificante de mi aquelarre... y el de Selene.
—¿En qué consiste ese ritual? —preguntó Pogue, sin ocultar su irritación.
**Demioz rodó los ojos.**
—Sin detalles, ya lo dije. Siguiente.
—¿Y pelirojo Cómo sabes sobre nosotros y el pacto? —interrogó Reid.
**Demioz suspiró con fastidio.**
—Nuestra red de conocimiento es extensa. El Aquelarre Belial y el mío saben mucho... incluyendo pactos antiguos entre humanos y demonios menores. Poder heredado... de primogénito en primogénito.
—Última pregunta —dijo.
Tyler Yo la haré.¿Manipulas a Selene para que siga tus órdenes?
**Demioz lo observó como si lo pesara internamente. Luego sonrió con superioridad.**
—Depende de la perspectiva. Según yo, Selene me ayuda por lealtad. Voluntariamente.
—Ja, claro —replicó Reid con sarcasmo—. No parece que tenga elección.
**Demioz se puso de pie con calma, pero su mirada se oscureció.**
—Bien se acabó el plazo.No más preguntas.
**En ese momento, Selene volvió. Él se giró hacia ella y la envolvió con un brazo, atrayéndola con posesión.**
—Vuelves justo a tiempo, *mea bella smaragdi*.
**Selene se tensó. Sus ojos buscaron a Tyler, como si aún esperara que la protegieran.**
**Selene claramente estaba incómoda con el contacto de Demioz. Él, ignorando su incomodidad, les habló:**
—Ahora, haré la gran pregunta —dijo Demioz mientras recorría con la mirada al grupo—.Les daré dos opciones: me entregan su sangre por voluntad... como Selene cree que harán.O... tendré que arrebatárselas.
**Caleb se giró hacia los demás, firme.**
—No lo creo. No te daremos nada. Tus intenciones no son claras... y definitivamente no son buenas.
—Qué lástima —murmuró Demioz—. Entonces usaremos la segunda opción.
**Luego besó a Selene en la mejilla, ignorando su incomodidad.**
—¿Ves? Te lo dije. No iban a aceptar.
—Por favor... no les hagas daño —rogó Selene.
—¿Te preocupan tanto? ¿O...Ya te encariñaste?
**Selene desvió la mirada.**
—Qué tierno... aunque equivocado. Después me encargaré de corregirte.
—¡Chicos, váyanse! —exclamó ella—. Caleb... no lo enfrenten.
**Pogue, Reid y Tyler se posicionaron junto a Caleb. La decisión estaba tomada.**
—Héroes o idiotas... qué entretenido —susurró Demioz—. En fin, empecemos.
**Selene bajó la mirada, sintiéndose impotente.Demioz alzó una mano. Un aura oscura brotó de sus dedos... y sin más, los chicos fueron forzados a arrodillarse.**
**Caleb, Pogue, Reid y Tyler sintieron una fuerza invisible aplastarlos contra el suelo. El aire se volvió denso en sus pulmones, y cada intento por moverse era inútil, como si la gravedad se hubiese multiplicado solo para ellos.**
**La presión era sofocante, cruel. Una energía oscura que robaba no solo la fuerza de sus cuerpos, sino también la esperanza de resistir.**
**Selene los observó, paralizada. Su mirada temblaba entre el remordimiento y una creciente furia contenida. Había intentado evitar esto. Lo sabía. Y ahora… sus peores temores cobraban forma.**
—No era necesario hacer esto —dijo con voz firme, enfrentando por primera vez a Demioz.
**Él soltó una risa baja, casi íntima, como si estuviera complacido con cada palabra que la hería.**
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Editado: 14.08.2025