Los Hijos de Ipswich El lado oscuro del pacto

Capítulo 4: La verdad sobre Belial y Neberiuz

Tyler se acercó y ayudó a Selene a mantenerse en pie.

—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.

—Sí... lo estoy. Gracias, Ty.

Caleb la ocsecvó con serenidad.—¿Qué fue exactamente lo que dijo Demioz? ¿A qué se refería?

Selene exhaló lentamente. Paseó su mirada por los chicos, intentando ordenar sus pensamientos.—Lo único que sé... es que el ritual no solo servía para hacer a Demioz inmortal y poderoso. También era para traer a los demonios Belial y Neberiuz a Ipswich.

Pogue frunció el ceño.—¿Para qué?

Selene bajó la mirada.—Para sembrar el caos. Destruirán todo a su paso... dejando solo terror y muerte.

Reid cruzó los brazos, endureciendo la expresión.—¿Y por qué dijo que eran sus padres?

Selene suspiró, sabiendo que lo que iba a decir no sería fácil de aceptar.—Demioz y yo... somos descendientes de Belial y Neberiuz.

Los chicos intercambiaron miradas de incredulidad. Selene continuó, con voz temblorosa.—Hace generaciones, nuestros ancestros hicieron un pacto oscuro. Ofrecieron a sus hijos como sacrificio a cambio de poder.Los demonios aceptaron... pero impusieron una condición.En alguna generación, ciertas mujeres jóvenes, sanas, y especialmente seleccionadas de los aquelarres de Belial y Neberiuz serían utilizadas como recipientes, para dar a luz a hijos fruto de la unión entre humanos y demonios.

—¿Para qué? —murmuró Reid, aún en shock.

—Para ver si alguno se convertiría en su primogénito y heredaría el poder total del aquelarre correspondiente —explicó Selene con tristeza—. Pero llegó la orden de cazadores del Sanctus Aquila Aurea... exterminaron a todos los que tuvieran tratos con lo profano.

Tyler tragó saliva.—¿Incluso a los recién nacidos?

Selene bajó la mirada.—Me temo que si.

Pogue frunció el ceño, desconcertado.—Eso no explica por qué Demioz los llama "padres".

—Aún no termino —dijo Selene, con la voz baja—. Tras la matanza de los aquelarres, solo unos pocos lograron sobrevivir.Tuvieron que esconderse durante generaciones.Mi madre y la de Demioz fueron las últimas descendientes... y entonces nacimos nosotros.Hasta donde sabemos, somos los últimos de los linajes de Belial y Neberiuz.

Tyler se mostró confundido.—¿Y cuál es su propósito?

—Supongo que liberar a Belial y Neberiuz. Servirles como ellos deseen... —Selene hizo una pausa, dolida—. Yo creía que nuestra misión era revivir a los aquelarres, no despertar a dos antiguos y poderosos demonios. Pero como ven... Demioz me engañó.

Reid asintió con pesar.—Así que por eso ustedes tienen poderes, y pueden usarlos sin restricciones...

—Sí —respondió Selene con un susurro.

Caleb frunció el ceño.

—Entonces... ¿ustedes son mitad demonio? ¿Sus verdaderos padres son Belial y Neberiuz?

—No lo sé con certeza. Lo único que sé es lo que les acabo de contar.Demioz nunca me reveló todo. Solo lo que él quiso compartir.

Pogue exhaló con incredulidad.—Entonces... ¿tú eres hija de Belial?

Selene sostuvo la mirada, con un dejo de duda.—Podría ser. Pero como dije... no estoy segura.

Un silencio pesado cayó sobre el grupo. La verdad recién revelada se cernía sobre ellos como una sombra antigua y latente.

Reid la miró con curiosidad y una sonrisa ladeada.—Y dime, bella Sel...

—¿Sí? —respondió ella, cautelosa.

—Parece que tuviste un pasado interesante con ese lunático de Demioz. Dijo por qué evitó que murieras… y bueno, te besó.

—Es complicado —murmuró Selene.

Tyler intervino con cierta duda en la voz.—¿Siguen juntos?

Selene suspiró.—Lo estuvimos… hace tiempo.

Caleb la observó de reojo.—¿Lo odias?

Ella bajó la mirada por un instante.—Lo único que puedo decirles es que, aunque debería odiarlo… no lo hago. Al menos, no completamente.

Pogue frunció el ceño.—Entonces, ¿por qué lo apoyabas y le obedecías ciegamente, a pesar de cómo te trataba?

Selene respiró hondo.—Demioz y yo fuimos criados juntos. Nuestras madres murieron al darnos a luz. Desde que tengo memoria, solo éramos él y yo.

Reid arqueó una ceja.—Pues a mí me parece que tenía intenciones de matarte.

—Tal vez. Pero si lo hubiera hecho… no sabría cómo reaccionaría el demonio Belial.

Caleb frunció el ceño.—¿Y no sabes cuándo aparecerán?

Selene negó con la cabeza.—No con certeza. Según las leyendas del aquelarre... podrían manifestarse en semanas, tal vez en meses.

Reid apretó los puños, frustrado.—¿Entonces estamos al borde de un apocalipsis, sin saber cuándo comenzará? ¿Y qué harán esos demonios mientras se preparan para invadir Ipswich?

Selene lo miró con gravedad.—Enviarían a sus criaturas primero… para preparar su reino.

Tyler tomó aire lentamente.—¿Y hay alguna manera de detenerlos?

Selene bajó la mirada, su voz apenas un susurro.—No lo sé… Tal vez Demioz lo sepa.

Caleb la miró con intensidad.—Pero no lo dirá.

—No —confirmó Selene—. No lo hará.

Los Hijos de Ipswich intercambiaron miradas.El tiempo corría. La guerra se acercaba.

Todos se miraron, sintiendo el peso de la revelación caer como una sombra fría e imposible de evadir.No sabían qué ocurriría en los días siguientes,Pero sabían que **no tenían mucho tiempo**.

Caleb cruzó los brazos, mirando a Selene.—Si tenemos unas semanas o meses antes de la llegada de Belial y Neberiuz, debemos prepararnos.

Pogue asintió, inquieto.—¿Pero cómo? No sabemos cómo detenerlos.Selene respiró hondo.—Solo sé que no podemos enfrentarlos como hicimos con Demioz. **Ellos son mucho más poderosos.**

Reid chasqueó la lengua.—Genial. ¿Entonces qué hacemos?¿Esperamos a que nos destruyan?

Tyler observó a Selene con atención.—¿Hay alguien que pueda ayudarnos?¿Alguien que sepa más sobre ellos... y no sea Demioz?

Selene se quedó pensativa.—Tal vez…

Caleb dio un paso hacia ella.—¿Quién?

Selene exhaló lentamente.—Los cazadores.

Pogue frunció el ceño.—¿Los que exterminaron a tus ancestros?




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