Capítulo 4 parte ll– Confesiones y caminos inciertos

Al día siguiente, tras los turbulentos eventos recientes, Selene salió de la ducha con la mente sumida en pensamientos oscuros. Rebuscó entre su ropa, aún con la escena de la batalla contra Demioz latiendo en sus recuerdos. Finalmente eligió una blusa verde oscuro de tirantes, shorts de mezclilla y una chamarra de cuero negra que combinó con unos botines del mismo tono.

Al observarse en el espejo, sus dedos rozaron con melancolía el pequeño corte que aún permanecía en su cuello. Intentó ocultarlo con maquillaje, pero no fue suficiente. Así que optó por cubrirlo con una gargantilla y añadió unos aretes discretos para completar su atuendo.

Tomó su bolso y bajó a la sala. Se sentó en un sillón, distraída, pasando inconscientemente la mano por la gargantilla. No podía dejar de pensar en cómo Demioz la había atacado como si realmente quisiera matarla. Su mente vagaba entre sombras del pasado… hasta que unos golpes en la puerta la sacaron de su trance.

Al abrir, encontró a Caleb, Pogue, Tyler y Reid frente a ella.

**Caleb:** ¿Ya estás lista para ir con los cazadores y averiguar si podemos evitar la llegada de Belial y Neberiuz?

**Selene:** Sí, vamos. Aunque lo dudo… Soy descendiente del aquelarre de Belial, el mismo que supuestamente erradicaron. Además, soy mitad demonio. Y ustedes no se quedan atrás: sus poderes vienen de pactos demoníacos de sus antepasados.

**Reid** (mirándola de arriba a abajo con una media sonrisa): Qué positiva… Por cierto, lindos shorts.

**Selene** (rodando los ojos): ¿Ese es tu intento de elogiarme?

**Reid:** ¿Qué? Solo digo lo evidente bella Sel.

Selene soltó una risita irónica, sin responder.

Tyler, observador, notó el rasguño en su cuello bajo la gargantilla.

**Tyler:** ¿Qué te ocurrió? —dijo señalándolo con la mirada.

**Selene:** Nada grave… Solo un recuerdo de la última pelea.

**Tyler:** ¿Te duele?

**Selene:** Un poco, pero no te preocupes.

**Pogue** (interrumpiendo con una tos fingida): Perdón por arruinar su tierno momento de coqueteo, pero dime, Selene…

Selene y Tyler se apartaron, algo sonrojados.

**Selene:** Dime.

Pogue soltó una risita por la reacción de ambos, claramente entretenido.

**Pogue:** ¿Dónde están los cazadores?

**Selene:** Según recuerdo, viven en las afueras de Ipswich. Sé cómo llegar. Pero… en mi auto no vamos a caber todos.

**Caleb:** Ya lo pensamos. Trajimos el Hummer H3 de Tyler. Así nadie se queda afuera.

**Selene** (mirando a Tyler con una sonrisa pícara): Como es tu camioneta, supongo que tú tienes las llaves. ¿Me las das? Yo conduzco te prometo que chocare tu camioneta.

Tyler la miró durante unos segundos, fingiendo dudar. Finalmente, sonrió.

**Tyler:** Lo sé… y confío en ti.

Sin más. Le entregó las llaves.

**Selene:** Gracias, Ty. Bueno, ¡en marcha!

Todos subieron a la camioneta. Selene al volante, Tyler como copiloto, y Caleb, Reid y Pogue en la parte trasera. Selene encendió el motor, decidida, y se pusieron en camino hacia lo desconocido.

Mientras conducía, Selene lanzó una pregunta con genuina curiosidad:

**Selene:** ¿Y qué les dijeron a Sarah y Kate? ¿No sospecharon que ninguno iba a clases?

**Caleb** (sonriendo, con un brillo cálido en los ojos): Le dije la verdad. Le expliqué todo… y que no quería que se involucrara, por su seguridad. Al principio quiso acompañarnos, pero al final lo entendió. Solo me pidió que tuviera cuidado.

**Pogue:** Yo le dije a Kate que tenías algunos problemas y que íbamos a ayudarte. No le mentí del todo... No hizo más preguntas, solo dijo que estaba bien. Después de todo, estás sola en Ipswich y necesitas apoyo. Si necesitas una charla de chicas, que la llames.

**Selene** (sonriendo mientras giraba el volante): En serio, qué linda.

**Reid** (bosteza exageradamente): ¿Tyler, puedes poner música? Estoy aburrido.

**Tyler:** Claro. —Se inclinó hacia el estéreo y lo encendió.

El Hummer avanzaba por un camino flanqueado por árboles densos, alejándose de Ipswich y adentrándose en una zona más aislada. La vegetación parecía volverse más espesa a cada metro.

Selene mantenía la vista fija al frente, sus manos firmes sobre el volante. Sabía exactamente a dónde iban, pero eso no significaba que estuviera tranquila.

**Reid** (bostezando de verdad esta vez): ¿Falta mucho?

**Selene:** No seas impaciente, ya casi llegamos.

**Caleb:** ¿Y cómo encontraste a los cazadores?

**Selene:** Hace tiempo pensé en pedirles refugio… alejarme de Demioz y empezar de nuevo.

**Pogue:** ¿Y por qué no lo hiciste?

**Selene:** Supongo que me detuvo el recuerdo... Además, no sabía si me ayudarían o me matarían.

**Caleb:** Tiene sentido.

**Tyler:** ¿Cómo sabes que siguen ahí? Si creen que erradicaron tu aquelarre…

**Selene:** Lo único que saben es que del aquelarre Belial y Neberiuz sobrevivieron dos niños: Demioz y yo. Pero siempre estuvimos ocultos. Nunca conocieron nuestros nombres, ni siquiera nuestros rostros.

**Pogue:** No quiero ser entrometido, pero… ¿por qué decidiste traicionar a Demioz?

**Selene:** No lo sé. Convivir con ustedes… y con las chicas… me hizo sentir diferente. Feliz. Normal. Algo que no sentía desde hacía mucho.

Antes de que alguien respondiera, Selene frenó lentamente.

**Selene:** Hemos llegado.

Frente a ellos se alzaba una antigua mansión. En la puerta, un símbolo de un águila tallado en la madera destacaba en medio de la estructura desgastada por el tiempo.

Selene detuvo el auto a medio camino.

**Reid:** ¿Por qué no estacionarte en la entrada?

**Selene:** Por si las cosas se ponen feas. Así no ven el auto.

**Pogue** (mirando a Reid con obviedad): Es bastante lógico.

Todos bajaron del vehículo. La mansión los observaba, imponente, con muros altos y ventanas estrechas. La estructura parecía más defensiva que acogedora.