Los Hijos de Ipswich El lado oscuro del pacto

Capítulo 12 – Parte II: Rivalidades y despedidas

La brisa nocturna los envolvió al salir a la calle. El aire olía a asfalto húmedo y las luces anaranjadas de los faroles derramaban un brillo cálido sobre el pavimento. Sus pasos resonaban acompasados, aunque la tensión aún se aferraba a cada uno como una sombra persistente.

Tyler, siempre un paso más cerca de Selene, la observaba de reojo con la discreción de quien teme parecer sobreprotector… pero sin lograrlo del todo. Ella le dedicó una sonrisa tranquila, intentando calmarlo, aunque por dentro sentía todavía un eco extraño, como si algo ajeno aún palpitara en su interior.

Reid caminaba con las manos en los bolsillos y una sonrisa ladeada. Su postura era despreocupada, pero sus ojos se movían rápido, alternando miradas hacia Demioz y Chase, como si calculara cuánto tardarían en empezar una disputa.—Vaya noche… —murmuró, rompiendo el silencio—. Y yo que solo quería una cerveza fría.

Pogue soltó un bufido incrédulo.—¿En serio, Reid? —rodó los ojos—.A veces creo que vives en tu propio mundo.

Chase, que venía unos pasos más atrás, aceleró lo suficiente para emparejarse con el grupo. La luz de los faroles proyectaba sombras alargadas sobre su rostro, pero la sonrisa en sus labios se mantenía intacta.—Bueno, al menos fue… entretenido. —Su mirada se deslizó con malicia hacia Demioz—. Aunque no todos opinen lo mismo.

Demioz no respondió. Sujetaba la vasija como si fuera más un castigo que un objeto, los nudillos blancos y la mandíbula apretada.

Selene lo observó de reojo.No podía culparlo, pero sabía que si esa culpa se enraizaba, sería difícil arrancarla.

Al llegar a la entrada del Nicky’s, se volvió hacia Tyler y los demás.—Adelántense, ¿sí?

Tyler la miró, entendiendo sin preguntar.—Está bien… te veo adentro.—Le rozó los labios con un beso breve antes de entrar junto a Caleb, Reid, Pogue y incluso Chase.

Selene quedó sola con Demioz bajo el letrero de neón que parpadeaba.—Sabes… estás demasiado callado.Es raro que no sueltes algún comentario irritante como siempre.

Demioz soltó un suspiro cansado.—No estoy de humor, cariño.

—Esta bien solo escúchame: lo que pasó no fue tu culpa. Así que deja de martirizarte.

Demioz solto Otro suspiro, más hondo.—Claro…

Selene arqueó una ceja, poco convencida.—Bueno voy a invitar los tragos.¿Te sigue gustando el whisky escocés, no?

—Sí… pero mejor en otra ocasión mea bella smaragdi. Tengo que deshacerme de esto primero. —Levantó un poco la vasija como prueba.

—Está bien… adiós entonces.

Sin más, él se dio media vuelta y se alejó por la calle. Selene lo siguió con la mirada pensativa unos segundos antes de entrar al Nicky’s.

Adentro, el neón parpadeaba sobre paredes cubiertas de madera oscura. La música y las risas eran un contraste casi insultante con el peso de lo vivido. Tyler alzó la mirada al verla.

—Selene Demioz dijo que tenía que hacer algo.

—Mejor —intervino Reid, dejándose caer en su baso en la mesa—. Estamos bien sin el pelirrojo insoportable.

Pogue murmuró entre dientes:—Ojalá Chase también se largara.

—Bah, olvidemos este día y aoguémonos en alcohol —dijo Reid, levantando su trago.

En ese momento, la puerta se abrió y entraron Sarah y Kate.

Kate vio a Pogue y se tensó al instante. Dio media vuelta para salir, pero Sarah la detuvo sujetándola del brazo.—¿A dónde crees que vas? Acabamos de llegar.

—Pogue está aquí… —susurró Kate—. No lo he visto desde que terminamos.

—Ya lo sé, pero eres demasiado grande para huir de tus problemas. Ignóralo y ya ven vamos por un trago.

Kate soltó un suspiro resignado. Sin más, ambas se dirigieron a una mesa apartada.

Reid se volvió hacia Pogue y le preguntó en voz baja:—¿Ya viste quién acaba de llegar?

Pogue volteó hacia la mesa lejana y vio a Kate, quien desvió la mirada rápidamente, evitando el contacto visual.

Suspiró con melancolía mientras tomaba un trago de su vaso. Caleb se levantó y le dio una palmada en el hombro:—Ánimo, hermano. Bueno, ya vuelvo. Voy a saludar a Sarah. Podrías hacer lo mismo con Kate. Sé que terminaron, pero no creo que eso impida que sigan siendo amigos.

Pogue lo pensó unos segundos y asintió:—Lo pensaré.

Caleb se dirigió a la mesa donde estaban Sarah y Kate. Sarah lo recibió animada, dándole un beso en los labios:—Te he extrañado.

—Yo también —respondió Caleb con sinceridad.Luego dirigió la mirada hacia Kate—. ¿Cómo has estado?

—Bien… creo —contestó ella con cierta duda.Luego miró hacia donde estaba Pogue y preguntó con voz baja:—¿Y él?

—Bueno, se las ha estado arreglando —respondió Caleb con una sonrisa ligera.

—Me alegra —murmuró Kate, casi para sí misma.

De regreso a la mesa de Selene y los chicos, Selene observó a Pogue y le dijo con suavidad:—Sabes, creo que Caleb tiene razón. Deberías ir a saludarla. Tal vez puedan arreglar las cosas, o al menos terminar como amigos.

Pogue asintió, con una expresión pensativa:—Sí, tal vez tengas razón… Bueno, voy por otro trago.

Se levantó y se dirigió hacia la barra.

Selene se volvió hacia Tyler, preocupada:—¿Dije algo malo?

Tyler negó con la cabeza y la atrajo hacia él con un abrazo tranquilo:—Ellos llevaban años juntos. Pogue nunca creyó que terminarían, así que debe ser difícil verla ahora.

—Lo siento, Tyler —susurró Selene.

—No es tu culpa —respondió él con calidez.

Reid intervino con su tono habitual de ironía:—Bueno, yo también estaría incómodo de ver a mi ex. Yo, en su lugar, ya habría conseguido a otra chica.

Selene rodó los ojos y replicó:—A veces eres un insensible.

Reid se encogió de hombros y dio un trago a su vaso:—Y a veces funciona.

Sin más preámbulos, la música comenzó a sonar y los clientes se acercaron al centro del lugar para bailar. Las luces tenues y el ritmo envolvente creaban una atmósfera vibrante, casi hipnótica.

Chase se aproximó a Selene con una sonrisa ladeada y le extendió la mano.—Vamos —dijo con tono despreocupado.




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