Mientras tanto.
El Maserati se detuvo frente a la entrada principal de Spencer Academy. Selene apagó el motor con un suspiro, cerrando los ojos un segundo para armarse de paciencia antes de enfrentar el resto del día.
Chase ya se había inclinado hacia la ventana, observando a los estudiantes que iban y venían por el campus con su clásica sonrisa sobradora.—Ah, Spencer… hogar de la élite, los secretos y las caras falsas. ¿No es precioso?
—Baja del auto, Collins —ordenó Selene, arqueando una ceja mientras se soltaba el cinturón.
Chase se giró hacia ella, con el gesto travieso de alguien a punto de hacer una travesura.—¿No vas a abrirme la puerta como buena chofer?
Selene lo fulminó con la mirada, abriendo su propia puerta con brusquedad.—No lo creo Collins.
Chase bajó del auto despacio, exagerando la forma en que acomodaba su brazo vendado, como si fuera un mártir de guerra.—Ay, Seli… así es como tratas a un inválido. Qué frialdad, casi me conmueve.
Ella ignoró a Chase, cerrando con fuerza la puerta y rodeando el auto. A unos metros, Caleb, Sarah, Reid y Pogue ya los habían visto llegar. Tyler apareció también, justo cuando Chase se acomodó al lado de Selene, rodeándola con su brazo sano y apoyándose descaradamente en ella.
Reid fue el primero en notarlos. Alzó una ceja, esbozando esa sonrisa sarcástica que nunca faltaba.—¿Qué sucede, Sel? ¿El idiota de Collins quiere hacerte su esclava personal?
—No exageres. Solo le hice un favor. Aún no puede conducir con el brazo roto —respondió ella con calma, apartándose del brazo de Chase con un gesto firme.
Chase levantó la barbilla, orgulloso, y volvió a rodearla con descaro.—Exacto. Mi querida primita Seli no pudo resistirse a la idea de traerme ella misma. Tiene buen corazón, aunque lo esconda muy bien.
Tyler frunció el ceño y, sin decir palabra, fulminó a Collins con la mirada. De inmediato tomó a Selene de la mano, atrayéndola hacia él en un abrazo que sirvió también para apartarla de Chase.
Chase solo rio, burlón y divertido.—Ay, qué sensibles…
Pogue entrecerró los ojos y lo señaló con una sonrisa socarrona.—A mí me parece que solo te haces el mártir para sacar provecho, como siempre.
—Sí, bueno… ¿qué te puedo decir, Pogue? Yo no oculto lo que soy —replicó Chase con suficiencia.
—Un idiota que nadie quiere cerca —remató Reid, cruzándose de brazos.
Selene, aún entre los brazos de Tyler, cambió el tema con rapidez antes de que la tensión escalara.—¿Qué tal te fue con el señor Simms?
Tyler suspiró y se pasó una mano por el cabello.—Lo típico… me advirtió sobre el poder de la Ascensión, de lo tentador que es abusar de él… y que podría corromperme.
—Lo mismo me dijo mi viejo cuando iba a ascender —rió Reid, cruzándose de brazos con aire despreocupado y ladeando la cabeza—. Y mírame: no me volví un psicópata loco por el poder… como el imbécil de Collins, que está aquí, escuchando una conversación a la cual no fue invitado.
—Sí, es cierto —intervino Pogue, frunciendo el ceño con molestia y clavando la mirada en Chase—. Mejor largate, Collins.
Chase rio con su típica sonrisa burlona, apoyando un codo en el respaldo del banco y encogiéndose de hombros con fingida inocencia.
—Vaya, vaya… ni quien quiera escuchar su aburrida conversación —murmuró, dejando que su mirada juguetona recorriera al grupo.
Caleb frunció el ceño y se inclinó un poco hacia Tyler, con gesto serio y protector.—Ty, el poder al ascender es tentador, pero estoy seguro de que estarás bien. Solo sé precavido.
—Lo seré —afirmó Tyler, respirando hondo y apretando suavemente la mano de Selene, transmitiendo determinación y un toque de nerviosismo por la responsabilidad que se avecina.
Selene, mientras tanto, lo observaba con calma, arqueando ligeramente una ceja ante la actitud provocadora de Chase, pero manteniendo el control de la situación.
—Ánimo, baby boy… —agregó Pogue, dándole un golpecito en el hombro con una sonrisa pícara—. Al fin serás mayor de edad. Eso hay que celebrarlo adecuadamente después de la fiesta de tus padres.
—Sí, festejaremos después, pero con moderación —intervino Caleb, frunciendo el ceño y cruzando los brazos, mirando a Tyler con gesto protector.
—Claro, como ordenes, papá Danvers —rió Reid, ladeando la cabeza con sarcasmo y cruzándose de brazos, disfrutando la reacción de Caleb.
Sarah miró a Selene con curiosidad, inclinándose un poco hacia ella.—¿Y ya sabes qué le regalarás?
Selene sonrió, nerviosa, jugando con el borde de su camisa.—Estoy en eso.
—Cualquier cosa que me regales será perfecta si viene de ti, lumière —dijo Tyler, mirándola con ternura, sus dedos rozando los de Selene por un instante.
—Sí, seguro… —intervino Reid con una carcajada traviesa, apoyando la cabeza en la mano—. Y si no le gusta el regalo, siempre puedes compensarlo mostrándole tu lencería. Eso también es un obsequio válido.
—¡Reid! —exclamó Caleb, dándole un codazo que lo hizo retroceder un poco, frunciendo el ceño con mezcla de enfado y diversión.
—¡Auch! —se quejó Reid, riendo mientras se frotaba el costado.
—Siempre tan creativo… —rió Sarah, entre divertida e irónica, sacudiendo la cabeza.
Selene bajó la mirada, mordiendo suavemente el labio inferior, divertida pero un poco avergonzada, y luego se volvió hacia los demás, tratando de mantener la compostura.
Tyler se inclinó hacia ella y le susurró:—¿Estás bien?
—Sí… por qué —respondió Selene, con un hilo de voz, intentando sonar tranquila.
—Nada, solo que te noto un poco extraña —replicó Tyler, frunciendo ligeramente el ceño con preocupación.
—Es solo que estoy nerviosa por tu cumpleaños —mintió Selene, bajando la mirada y jugando con el pañuelo en su bolso.
—Seguro que solo es eso —afirmoa Tyler con una sonrisa tranquilizadora.
Chase los observaba desde un par de pasos detrás, apoyado contra la pared, divertido por cómo Selene trataba de ocultar lo que le estaba pasando. Su ceño se arqueó ligeramente, anticipando lo que ocurriría después.
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Editado: 24.10.2025