Los Hijos de Ipswich El lado oscuro del pacto

- Capítulo 17, Parte I: Purificación Maldita

El silencio se instaló en la enfermería, denso, apenas roto por el tic-tac lejano del reloj y la respiración irregular de Selene.

Tyler la observaba desde el borde de la camilla, con el ceño fruncido, los brazos cruzados, intentando mantener la calma.

Pogue apoyado contra la pared, rompió el aire con un suspiro.—Bueno… —dijo, ladeando la cabeza—. Es obvio que no estás bien, Sel.¿Qué te ocurre?

Además, ¿por qué no querias que la enfermera analizara tu sangre?

Selene bajó la mirada de inmediato. Sus dedos empezaron a arrugar la sábana blanca con nerviosismo, sin encontrar respuesta. El silencio se volvió espeso, casi incómodo.

Tyler se inclinó, tomó su mano con suavidad y habló con voz baja pero firme:—Selene… mírame.

Ella cerró los ojos por un instante, respirando hondo. Cuando los abrió, el brillo de sus pupilas delataba miedo, confusión… y resignación.

—Está bien —murmuró—. Se los diré.No planeaba contarle esto a nadie hasta resolverlo, y menos a ti, Ty. No quería mortificarte... ya es suficiente con tu ascensión.

Tyler negó lentamente, apretando su mano con ternura.—Sabes que nada es más importante que tu bienestar, lumière.

Selene tragó saliva, y por fin lo dijo:—Creo que… de algúna manera he Sido maldecida.

Las palabras cayeron como una piedra en el silencio.Pogue y Tyler intercambiaron una mirada confusa y tensa.

—¿Qué te hace pensar eso? —preguntó Pogue, enderezándose.

—Chase —susurró ella, con un escalofrío en la voz—. Dijo que era posible que mis síntomas encajan.

Además… —su voz bajó un tono— esta mañana vi algo en mi habitación.Una silueta oscura… poco después… empezó la sangre negra.

Pogue frunció el ceño.—Bueno, Collins no es precisamente muy confiable. Pero si lo que dices es cierto sí… suena a maldición. —Luego pasó una mano por su cabello, suspirando—. Genial.

Tyler, con la mandíbula tensa, preguntó sin rodeos:—¿Sabes quién lo hizo?

Selene negó con un leve movimiento de cabeza, la mirada perdida.—No… no tengo idea.

Pogue se acercó y le puso una mano en el hombro, cálido pero firme.—Entonces hay que descubrirlo. Y rápido. Si es una maldición, podría empeorar.

Tyler asintió, con gesto grave.—¿Podría haber sido Chase?

—No lo creo —respondió Selene al instante—. Sabe que si me hace algo, tendría problemas con…

—Con Demioz —interrumpió Tyler, molesto, el nombre saliendo entre dientes.

Pogue arqueó una ceja, recordando el incidente.—Sí, bueno… se lo merecía —gruñó, cruzándose de brazos—. Pero eso deja una gran pregunta: ¿quién lo hizo, y qué tan fuerte es la maldición?

Selene bajó la mirada.—No lo sé… pero pensaba ir a ver a Demioz después de clases. Tal vez él sepa cómo romperla sin que el lanzador la revoque.

Tyler la miró, entre sorprendido y molesto.—¿Planeabas ir a verlo sola? —su tono se endureció—. ¿Y no pensabas decírmelo? Creí que éramos sinceros, Selene.

Ella bajó la vista, arrepentida.—Lo somos, Ty. Solo… no quería preocuparte más.

Tyler suspiró y desvió la mirada hacia la ventana, conteniéndose.

Pogue, viendo la tensión, levantó una mano con ironía.—Bueno, luego arreglan su drama romántico, ¿sí?

Lo primero es romper la maldición antes de que esto se complique.

Tyler lo fulminó con la mirada, pero acabó asintiendo.—Bien. Entonces iremos contigo. Y punto.

Selene lo observó un momento y cedió con un leve asentimiento.—Está bien… pero debe ser más tarde.

—¿Por qué no de imediato? —preguntó Pogue, arqueando una ceja.

—Le prometí a Kate que iría a la práctica de animadoras —dijo Selene con un dejo de fastidio—. Es la primera del semestre… no puedo fallarle.

Pogue abrió los brazos, incrédulo riendo.—¿En serio, Sel? Te acabas de desmayar y hablas de pompones y porras.

Tyler intervino, más tranquilo pero firme.—No creo que a Kate le importe si faltas. Esto es más importante.

Selene suspiró, bajando la mirada.—Supongo que tienes razón… —sacó su teléfono y escribió rápidamente un mensaje. No podré ir a la práctica lo siento.

En segundos, Kate respondió:>

“Está bien no hay problema. ¿Te susede algo?”

Selene tecleó:

> “Sí, todo bien. Me iré temprano, creo que me cayó mal el almuerzo.”

Kate respondió enseguida:

> “Qué mal, amiga. Cuídate, y avísame si necesitas algo

Selene guardó el celular y soltó un suspiro cansado.—Listo. Solo necesito pasar por mi mochila.

Tyler sonrió apenas, intentando aliviar la tensión.—No hace falta, ya la tengo. La recogí cuando Pogue me llamó.

Selene lo miró sorprendida, con una mezcla de gratitud y ternura.

Pogue se giró hacia la puerta, lanzando una sonrisa ladeada.—Bien, tortolitos, vámonos antes de que la enfermera cambie de opinión.

Tyler ayudó a Selene a levantarse con cuidado.Ella apoyó una mano en su brazo, y juntos salieron de la enfermería.El aire del pasillo era más frío, cargado de un silencio inquietante…Uno que presagiaba que lo peor apenas estaba por empezar.

Estacionamiento trasero de la Academia Spencer – atardecer]

El aire frío los recibió al salir del edificio. El sol ya caía detrás de los árboles, tiñendo el estacionamiento de un dorado tenue que se mezclaba con el murmullo lejano de los motores y las hojas moviéndose con el viento.

Tyler caminaba a su lado, en silencio, con la mochila de ella colgada de un hombro.

Selene, aún un poco pálida, se abrigó con su chaqueta, intentando disimular el leve temblor de sus manos.El sonido de sus pasos resonaba sobre el asfalto vacío, creando un compás lento y casi íntimo.

—Gracias por quedarte conmigo —dijo ella al fin, rompiendo el silencio. Su voz era suave, pero cargada de cansancio.

Tyler la miró de reojo, con esa mezcla de dulzura y preocupación que lo caracterizaba… pero, esta vez, había algo distante en su mirada.—No tienes que agradecerme nada.Lo importante es que estés bien —dijo con voz baja, antes de adelantarse hacia el auto.




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