Los hijos de la luna: Octavia Bozkurt

Capítulo 2

Tres días habían tardado en llegar a la Capital desde Pueblo Signe y los diferentes como enormes edificios no tardaban en hacerse notar, aunque no toda la capital contaba con aquellas estructuras, cada zona tenía su encanto, digna para ser apreciada como una obra de arte, sin duda alguna aquel lugar era el corazón de la región y al igual que la arquitectura de la ciudad, cada persona tenía su ritmo, su propio estilo y sabor pero había algo que compartían una gran parte de las personas que se veía por aquellas calles, se trataban de unos brazaletes de diferentes colores, pero todas eran del mismo modelo, con el emblema de Salem (un ojo con una S en su interior)

Cada brazalete correspondía a una raza de criatura sobrenatural, era parte de un registro obligatorio que tenían las diferentes razas que habitaban el mundo, cada una contaba con una identificación propia y un rastreador en caso de que quieran ubicar a alguna persona o saber si estuvo en algún sitio en específico, una política implementada para poder controlar a aquellas criaturas y aunque no era obligatorio que la llevaran visible para “respetar” la privacidad y la humanidad de cada individuo, era obligatorio que nunca se la quitaran, incluso apenas se retiraban, mandaba una señal a la central sobre dicha desconexión.

-Este lugar es increíble -mencionaba Octavia quien observaba a todas direcciones

-Con el tiempo pierde su encanto –respondía con serenidad Leonardo, sin retirar su mirada del camino

-Igual no pienso quedarme mucho, dudo que mi Padre este por aquí

La rubia tenía razón, buscar a su padre en aquel lugar podría ser una misión suicida como absurda, siendo un prófugo de la ley, tendrían a unas cuantas personas siguiendo su rastro por cielo y tierra, la metrópolis no era sin duda un lugar más llamativo para que alguien en su condición, aunque suelen decir que el lugar más peligroso, es el más seguro debido a que sería el último lugar donde se esperaría que se encontrara alguna persona pero esperaba que aquel no fuera el caso, lo menos que quería era llamar la atención de la división de cazadores de Salem

-Aparte ya lo habíamos hablado, conseguiré algo temporal que me permita tener lo suficiente para moverme a otra ciudad y me dé tiempo para investigar – tras aquellas palabras, Octavia soltó un leve suspiro, aun observando por la ventana.

-Conozco a un par de personas que podrían ayudarte a conseguir trabajo, pero tendrías que jurarme que te comportaras

-Lo dices como si te fuera dado algún problema en el viaje

-¿Un problema? Me diste por lo menos cinco dolores de cabeza ¿Quieres que te recuerde como hiciste que el de la gasolinera se orinara encima?

-Ya, pero te dije que no volvería a ocurrir eso…

-Da igual Octavia, tu raza se consideró muy peligrosa y los de Salem se encargaron de cazarlos durante mucho tiempo así que dudo que solo te den una multa.

En un momento el auto se detuvo frente a una casa de dos plantas, ubicada en una zona con mucha vegetación a diferencia de otros sectores donde habían pasado antes de llegar al lugar y por la paz que se podía sentir, era una zona donde se podría considerar que vivían los de la clase alta o por lo menos, de la clase media alta, no se veía a nadie caminando por el lugar, a diferencia del centro donde parecía que se tenía que esquivar a todos para poder avanzar y la vida parecía ir muy pero muy deprisa.

-Esta es mi casa

-Se ve muy bonita

Ambos se bajaron del vehículo pero antes de acercarse a la entrada de la casa, Leonardo saco una mochila aircontact del maletero del vehículo y Octavia una mochila que tenía siempre consigo. El interior de la casa era amplio, lo que llamaba más la atención a primera vista eran diferentes fotografías colgadas en la pared, en su mayoría se trataban de paisajes, los otros eran diferentes personas, quizas familiares del chico, se acercó a una de estas, observando con atención a las personas que acompañaban al chico, cuando estuvo a punto de tomarla, a voz de Leonardo llamo su atención

-Ven, te mostrare la casa y tu habitación

No podía dejarla tirada en la calle, si había aceptado llevarla a la ciudad, lo menos que podía hacer era hacerse responsable y darle un techo donde pudiera dormir, no podía dejarla a su suerte, sin dinero y sin conocer la zona. El recorrido por la casa fue rápido, enseñándole la cocina, el baño, el pateo y finalmente la habitación donde se quedarían los días que estuviera en la capital. La dejaría ponerse cómoda mientras bajaba a preparar algo para cenar, como también hacer algunas llamadas.

Pasaron unos minutos antes que Octavia bajara con el cabello mojado y ya cambiada, encontrándose a Leonardo en la cocina, mientras revisaba una olla con mucha atención utilizando una cuchara de madera, tomando un poco de aquella comida para poder probarla.

-Huele rico ¿Qué cocinas? –le interrumpía la chica, mientras se acercaba a su lado.

-Estofado de carne con arroz – se giró para observar a su nueva roomie, fijándose en el brazalete marrón que llevaba en su muñeca diestra – hable con un amigo, tiene un club en el centro de la ciudad y le vendría bien alguien de tu clase… Ya sabes… Con garras

-¿Y de que se trataría el trabajo?

-No lo sé, me dijo que fueras mañana a conocer el lugar… Venga ayúdame a poner la mesa




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