Capítulo 6 - Parte I

Cada mañana sin falta, Octavia se estuvo reuniendo con Edgar junto al lago, pero a diferencia de la primera vez, ahora contaban con ejercicios físicos, como si estuvieran en un gimnasio ya que esperaba crear en la licántropo una clase de rutina, pero lo que más disfrutaba era cuando peleaba contra el Alfa, donde últimamente han estado involucrando algunas técnicas de artes marciales.

— ¿Ya te rindes? —pregunto Edgar, quién observaba a Octavia de rodillas

—Aun no —la respiración de la chica era algo acelerada, pero era necesario para poder entrar en sintonía con la bestia y fue justo allí cuando sus ojos comenzaron a cambiar.

Octavia se lanzaría una vez contra Edgar, teniendo una notable mejora, tanto en su velocidad como en su estilo para pelear, no siento un arte marcial detenido, ya que se guiaban más a un estilo libre.

—¡Sigue así! —con un movimiento, logro atrapar el brazo de Octavia — pero recuerda cubrirte bien — tras aquellas palabras, le golpeó en la cara con su codo, rompiéndole la nariz.

Una vez fue impactada, la joven Bozkurt retrocedió unos metros mientras la sangre comenzaba a salir por nariz pero no en una gran cantidad, debido a la capacidad de regeneración que tenían los licántropos. Octavia se limpió la sangre con su puño, manteniendo su mirada en el Alfa, ahora sus ojos no era lo único que estaba diferente, sus colmillos y garras estaban comenzando a presentarse

—Vamos Octavia, utiliza esa energía pero no te dejes dominar —le hizo una señal con la mano para que continuará, pero a diferencia de las anteriores veces ahora era un poco más animal, utilizando sus garras, patadas y alguna que otra ocasión, buscando dar algún mordisco, pero cuando por fin logro su objetivo de darle un golpe a Edgar, fue derrumbada y sometida en el suelo, dejándose boca abajo con el peso del Alfa en su espalda

—No te dejes llevar por la adrenalina — la contuvo durante un rato, esperando a que se le pasara el efecto — hoy empiezan tus entrenamientos con Román, te servirá para aclarar la mente.

Una vez se aseguró que la chica se había calmado, se alzó para darle un espacio y ofrecerle su mano para que se levantara, su parte estaba hecha, había aprendido que con el dolor, el enojo y la furia podía cruzar el bloqueo que tenía, y poder usarlo para defenderse, ahora debía de dejar de ser un depredador.

— ¿Era necesario romperme la nariz? — su mirada se enfocó en la mano de Edgar, dudando un poco antes de tomarla

— Mucho — no pudo evitar reírse — el enojo, la furia o todos esos sentimientos es el motor para los licántropos, pero también es muy fácil perder el control. Ahora ve con Roman, él te va enseñará a ponerle una correa.

Una vez abandono el lago, separándose de Edgar, comenzó a caminar por las calles del pueblo, no sabía exactamente donde podría estar Roman pero si ya había llegado, era cuestión de tiempo para que se lo topara, aun asi pensaba que quizás por su aspecto uno de los mejores lugares para iniciar la búsqueda seria la taberna pero allí no estaba, ni siquiera lo habían visto, su búsqueda le llevo al mercado donde se concentraba la mayor parte de las personas del pueblo.

La rubia se detendría brevemente en un puesto de frutas, para comprar una manzana y continuar su camino, a la vez que le daba una mordida a su fruta. Su mirada pronto ubicaría a Azumi, quien se aproximaba a ella junto a April, la mujer quien le venció en la Jaula la noche en que conoció la manada, se preguntaba si podría volver a luchar con ella.

—Octavia ¿Cómo va tu entrenamiento? —menciono la Alfa, una vez se frenó delante de ella

—Bastante bien, creo que ya puedo pelear en La Jaula —alzo sus cejas, sin quitar la mirada de ambas chicas delante

— Sabes que eso no es posible — le hizo una señal para que caminara junto con ellas, rumbo a la salida del mercado — Te expondrías demasiado

Octavia se puso al otro lado de Azumi, siguiendo sus pasos mientras la escuchaba y daba un mordisco más a la manzana, saboreando los jugos dulces que salían en cada ruidosa mordida que le daba

—¿No es posible por mí o por ellos? —pregunto tras tragar, recordando los cazadores que se toparon en el rio

—¿No te has preguntado porque yo no peleo allí? —Azumi observaría de reojo a la chica, una vez terminaron de abandonar el mercado — al igual que tú, mi linaje proviene de las primeras manadas, los Kim y los Bozkurt podrían considerarse primos —hizo una pequeña pausa, dejando que Octavia asimilara lo que le acaba de decir, siendo parte de los motivos de porque su familia fueron de los principales blancos la noche en que Logan la rescato cuando era niña

—La sangre de las manadas fundadoras corren por nuestras venas, los demás lobos son fuertes pero nosotras somos diferentes —la asiática se giró para quedar frente a Octavia y continuar hablando — por ahora no eres una amenaza, Salem te ven como un cuchillo sin filo y te conviene que continúe asi

Azumi sabía que Edgar era un buen maestro, no dudaba de los avances de la chica en los últimos días, pero necesitaba ser honesta y exponerse tambien, darle aquel voto de confianza y que entendiera que si la comprendía, que no solamente la unía a ella que su Padre la cuido durante un tiempo tras rescatarla, tenía el peso de ser la última de los Kim, pero en la mirada de Octavia solo podía notar cierta molestia y frustración, ya había mejorado lo suficiente para poder aguantar un rato peleando contra un Alfa, quería probarse peleando

—Pero al menos ya no hueles solo a frustración —comentó April, quien había permanecido en silencio observándolas — parece que Edgar te dio el empujón que necesitabas.

—El empujón necesario para saber que soy más peligrosa para mí que para mis enemigos —replicó Octavia con cierta molestia en sus palabras, mordiendo por última vez la manzana.

—Lo que te está enseñando Edgar es solo el motor —dijo la Alfa Kim, mientras movía su cabeza como si estuviera desaprobando las palabras de Octavia — pero un auto sin volante es solo un accidente esperando a ocurrir, Roman te enseñará a dirigir todo eso