Capítulo 10
Salón de La Corte en el Castillo Dracul en Bran, Braşov, Transilvania, Rumania, tras la llegada de Catalin y el Equipo Höller de rescate.
Mientras la familia incompleta se reencontraba, los miembros de La Corte y consejeros empezaron a hablar entre ellos. Había quienes todavía no creían en la posibilidad de que Los Höller aceptaran ayudarles, que ya eran mucho menos de la décima parte de los presentes, y los que empezaron a creer que en verdad eran considerados por la Madre Luna como sus hijos refutaban ese pensamiento pesimista. «Creo que debemos dejar para después la conversación que tenemos pendiente, y tranquilizar a nuestros hermanos vampiros», sugirió Morgan, ya que, al paso de cada segundo, los comentarios se hacían más bullosos.
- Miembros del Clan Dracul, saber que la Madre Luna nos ama como sus hijos es algo que debe alegrarnos y llenarnos de esperanza. La presencia de mi hija Catalin entre nosotros es una prueba de ello –dijo Morgan a viva voz, y todos los vampiros hicieron silencio-. Hija, dinos. ¿Crees que Los Höller quieran ayudarnos? –la pregunta de Morgan fue directa, pero con un tono de súplica.
- Padre, la verdad es que no sé exactamente lo que está sucediendo. Sin embargo, estoy completamente segura que el Alfa Stefan no dudará en apoyar a Los Dracul si estos están corriendo peligro –respondió así Catalin. Ante lo dicho, Lucian relató a los recién llegados lo ocurrido el día anterior.
- Entonces, no tengan duda de que Los Höller seremos aliados de Los Dracul. Marcharemos a la guerra cuando sea necesario para defender al primer clan vampírico que decide dejar el pacto con Satanás –manifestó de inmediato Thomas cuando Lucian terminó de explicar la situación que les preocupaba.
- ¿Estás seguro de eso, licántropo? –preguntó Lucian mirando serio a Thomas. Aún tenían mucho de qué hablar y asperezas que limar entre ellos para que se lleven bien, como familia.
- Completamente. Conozco a Stefan desde que era un cachorro, ya que fui en algún momento el Beta de su bisabuelo, luego me convertí en el guardián de las piedras de luna y compañero eterno de su maestra en el entrenamiento para la batalla. Ahora soy su amigo, y sé que él así como la Luna Amelia, que es hija de la Madre Luna, estarán dispuestos a sellar la alianza con Los Dracul para ir en contra de Satanás, y hacer posible que más clanes vampíricos abran los ojos y se den cuenta de las mentiras que el embaucador les dijo, para que dejen ese pacto que no ha sido justo –las palabras de Thomas sonaban francas y seguras, lo que terminó por convencer a quienes aún pensaban que era mejor pedir perdón a Satanás y continuar con el pacto de que esa idea ya era parte del pasado y que Los Dracul debían mirar hacia el futuro, uno que los convertía en hermanos del resto de pueblos sobrenaturales.
- Y yo, como parte del pueblo de los brujos, quien alguna vez fue la Bruja Suprema, les aseguro que, al tener como aliados a Los Höller, el Consejo de Alfas ampliará esa alianza a todas las manadas, lo que incentivará que los brujos y las hadas se unan a la misión de proteger y salvar al Clan Dracul del exterminio –la participación de Killari fue oportuna, ya que reforzó lo dicho por Thomas, despejando toda duda que quedaba. Muchos de los vampiros ahí reunidos la recordaban como la máxima autoridad de los aquelarres, por lo que sabían que no estaba hablando de más, sino que lo hacía con la verdad.
- Entonces, ¿ustedes hablarán por nosotros ante el Alfa Höller? –preguntó uno de los consejeros mientras expresaba alegría y fe en su sonrisa y mirada.
- No, ellos no deben hablar por nosotros –respondió Lucian la pregunta anteriormente hecha-. Nosotros debemos mostrar arrepentimiento y acercarnos directamente a Los Höller.
- Eso quiere decir que debemos despertar a la Reina Reyhan. El Rey Morgan no debe presentarse solo ante el Alfa Höller y su Luna –comentó a viva voz otro miembro de La Corte.
- Ese es un proceso que toma tiempo, ya que ni bien mi madre abra los ojos y recupere la consciencia, no estará en condiciones para presentarse ante Los Höller –mencionó Lucian antes de manifestar quiénes serían los responsables de ir ante Stefan y Amelia para pedir ayuda-. Ante la situación que nos apremia, creo que es mejor que sea yo y mi compañera eterna quienes seamos lo encargados de presentarnos ante el Alfa y la Luna Höller –todos los vampiros empezaron a murmurar, ya que no había pasado mucho tiempo de la fallida incursión que Lucian encabezó hacia territorio Höller en Perú.
- Si vas tú, puede ser que el Alfa rechace cualquier oportunidad de aliarnos a ellos –manifestó un consejero, por lo suscitado hace una semana atrás.
- Debo ser yo quien vaya junto con mi compañera eterna –empezó así Lucian a explicar el por qué debían ser él y Laura que realicen esa misión-. Ambos debemos pedir perdón por los errores cometidos. Demostrar sincero arrepentimiento y humildad no nos hará daño. Eso es algo que nos hará mejorar y nos fortalecerá.
Catalin aguantaba las ganas de vitorear al ver que su hermano en verdad guardaba bondad en su interior, que solo era cuestión de tiempo para que mostrara que era un digno hijo de la Madre Luna, un vampiro con alma. Ese primer paso hacia la redención enorgulleció a Morgan, quien también debía pedir perdón por los daños cometidos al resto de pueblos sobrenaturales, lo cual haría tras despertar a su compañera eterna del sueño en que la mantuvo para que no sufriera por la huida de la amada hija.